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viernes, 17 de mayo de 2024 | Última actualización: 12:22

65º Aniversario de Cáritas diocesana

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Casimiro López Llorente. Obispo de Segorbe-Castellón

El 26 de febrero se cumplen 65 años de la creación de nuestra Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón por mi predecesor, Mons. José Pont i Gol. Esta efeméride es una ocasión propicia para hacer memoria agradecida del pasado, mirar con realismo el presente y afrontar el futuro con esperanza y compromiso renovado. Damos gracias a Dios por todas las personas –voluntarios, trabajadores y colaboradores-, comunidades y grupos que, con su entrega personal o con su aportación económica, han hecho posible el servicio de la caridad de nuestra Iglesia diocesana. Sin ellos no hubieran sido posibles las múltiples y variadas acciones en favor de los más pobres y necesitados.

La fuente de la caridad en la Iglesia es Dios mismo que es amor, ágape, caridad. El amor de Dios manifestado y recibido en Jesucristo es el motor de vida de cada cristiano y de toda la comunidad cristiana. Hemos sido ungidos por el Espíritu del Amor y nos compete hacerlo vida de modo preferencial con los más pobres. Practicar la caridad es tarea individual, pero sobre todo es tarea de toda la comunidad eclesial en todas sus dimensiones: parroquial, diocesana y universal.

El servicio de la caridad no es algo opcional, sino obligado para todo cristiano y toda comunidad eclesial, como lo son el anuncio de la Palabra de Dios y la celebración de los Sacramentos. Estas tres tareas son inseparables y se implican mutuamente. Para la Iglesia, la caridad no es una especie de actividad de asistencia social que también se podría dejar a otros, sino que pertenece a su naturaleza y es manifestación irrenunciable de su propia esencia. Palabra, Sacramentos y Caridad no son acciones yuxtapuestas; se complementan mutuamente y unas llevan a las otras.
La caridad no solo ha de ser afectiva, sino también debe ser efectiva, creíble y sacramental. Con este fin, la práctica de la caridad necesita una organización de modo que el servicio preferencial a los más pobres sea ordenado, implique a toda la comunidad y responda de forma efectiva a las necesidades de cada momento. Cáritas Diocesana, presidida por el Obispo, es el cauce ordinario y oficial de la Iglesia diocesana para la acción caritativa y social.

Cáritas diocesana no puede perder nunca de vista que tiene su fuente en el misterio mismo de Dios-Amor, que sale a nuestro encuentro en Jesús. Su identidad y tarea es hacer visible y patente el amor preferencial de Jesús por los más pobres, alentar y encauzar este amor en la comunidad diocesana, haciendo que sea lo más eficaz posible al servicio de los que menos tienen. Enhorabuena por todos estos años. Sigamos en la brecha. ¡No tengamos miedo! El Señor camina con nosotros en todo momento.