Antonia García Valls. Portavoz del PSPV en el Ayuntamiento de la Vall d'Uixó.
Ayer tuvimos pleno en el Ayuntamiento de la Vall d’Uixó. Una vez más tuvimos que escuchar descalificaciones personales y políticas por parte del equipo de gobierno. Bueno, cuando no se tiene argumento político, esto es lo más socorrido.
En el pleno se consumó el despropósito y paripé del IBI que ha propiciado el alcalde desde el mes de febrero. Y se destapó la mentira en que nos ha tenido Clavell desde ese momento.
Hay que ir a los antecedentes. A partir de 2008 en la Vall se aplicó la revalorización catastral que por ley había que hacer. Una revalorización catastral contra la que un PP en la oposición se manifestó, recogió firmas, dijo que no la aplicaría. Pero una revalorización catastral con la que el PP estuvo de acuerdo desde el minuto cero en que entraron a gobernar. Y los documentos firmados por la entonces alcaldesa Bonig, así lo corroboran.
Esto les ha permitido recaudar cada año desde 2008, un millón de euros más. Es decir, en los últimos seis años, seis millones de euros. Que no han servido para reducir la deuda municipal. Quiero recordar que tenemos un préstamo de ocho millones de euros del pago a proveedores.
Justamente esto coincidió con la llegada de la crisis económica, con la consiguiente pérdida de valor de los inmuebles y las dificultades económicas de muchas familias.
Si el PP hubiera tenido voluntad política de no cargar en las espaldas de la ciudadanía vallera esta revalorización catastral, lo podía haber hecho desde el principio, puesto que el tipo impositivo que se aplica desde la revalorización es el que el PP decide desde el 2008 y que pese a la subida progresiva en los valores catastrales, mantiene hasta este año. Priorizaban su afán recaudatorio por encima de valorar la situación de las familias valleras.
Siempre la culpa era del valor catastral. Pues bien, cuando se plantea la posibilidad legal de minorar esos valores catastrales, los socialistas, viendo que el alcalde no movía “ficha”, solicitamos un pleno extraordinario para solicitar esta posibilidad. Con fecha posterior al registro de esta petición de pleno, el alcalde, por decreto hace la solicitud.
¿Para qué? Para nada. Nunca tuvo la intención de que los valleros pagáramos menos IBI. Lo cual no deja de ser, por lo menos, y por decirlo de un modo suave, curioso. ¿Cómo pide la minoración catastral y pretende mantener la recaudación de IBI y además que en esta cantidad esté la tan publicitada eliminación de la tasa municipal de recogida de residuos? Claramente no cuadra. Claramente ha engañado a la ciudad.
Acaso, ¿pensaba que le iban a decir que no? Cumplíamos todos los requisitos para que dijeran que sí. Había creado expectativas de que así podía ser.
Y ahora se destapa con una bajada ridícula del tipo impositivo. Con esto viene a dar la razón a los socialistas que, desde el primer momento planteamos bajadas de tipo para compensar la subida de los valores catastrales.
Justo todo lo contrario de lo que ha hecho el alcalde de Villarreal, un alcalde socialista. Claramente hay diferentes maneras de tratar a la ciudadanía. Con sensibilidad, generosidad y buena gestión o con “paripés”, despropósitos y mentiras, como ha sucedido en la Vall con el gobierno municipal que preside Clavell.
































