Castellón Información
La Unidad de Mineralogía Aplicada y Ambiental de la Universitat Jaume I (UJI) se encargará del seguimiento, análisis y control de la contaminación atmosférica en Vila-real, tras la adjudicación del contrato por un periodo de dos años prorrogables por parte del Ayuntamiento. De esta manera, la Concejalía de Agricultura, Medio Ambiente y Cambio Climático sigue apostando por el control de la calidad del aire en la ciudad, con mediaciones sistemáticas y continuas cuyos resultados se ofrecen “con total transparencia” desde la web del departamento de Medio Ambiente.
“Desde el año 2000, la Universitat Jaume I ha venido encargándose del seguimiento y control de la contaminación atmosférica de Vila-real, a través de los distintas estaciones de medición instaladas en diferentes puntos de la ciudad”, señala el concejal del área, Josep Pasqual Sancho. “Este análisis nos ha permitido contar con una información muy valiosa sobre la calidad del aire en Vila-real y la evolución de las emisiones en nuestra ciudad, cuyos resultados revelan una notable mejoría en los últimos años atribuible a distintas circunstancias”, argumenta el edil. Para ello, Vila-real cuenta con dos puntos de medición de la calidad del aire, uno de ellos fijo, instalado en el almacén municipal, y el otro móvil, que durante el 2014 estuvo en la escuela taller.
Según los últimos datos recopilados por la UJI, a lo largo de los años de estudio se observa una mejoría en la calidad del aire ambiente en Vila-real -exceptuando en el año 2005 que hubo un empeoramiento- y a partir de 2009 se cumplen los valores límite de partículas PM10 y PM2,5 marcados por la legislación. Según los expertos, la disminución observada en los niveles de concentración de los diferentes contaminantes se debe a dos hechos. El primero se enmarca en la primera reducción notoria, que se produjo en el periodo del 2002 al 2006 debido al acuerdo en la patronal del sector industrial para implantar medidas correctoras en sus procesos de producción con el fin de minimizar las emisiones. El segundo se registró a partir de 2009, cuando “realmente se observaron niveles de concentración suficientemente bajos que permitieron cumplir los valores límites”. “En esta segunda fase se produjeron menos emisiones a la atmósfera desde el sector industrial, al reducir su nivel de producción debido a la crisis económica. Además, esta desaceleración también ha llevado asociada una disminución del sector transportes, la otra fuente de emisión de contaminantes importante”, destaca el estudio.
“Estas circunstancias han derivado en una reducción notable en las emisiones de partículas contaminantes, dando como resultado una mejor calidad del aire en nuestra ciudad. No obstante, debemos mantener el control y seguimiento de las estaciones medidoras en pro de garantizar el mantenimiento los parámetros más saludables para las personas, siempre promoviendo el desarrollo sostenible que asegure y preserve los ecosistemas naturales y los bienes materiales”, concluye Sancho.
