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Con el paso de los años nuestros estilos de vida van cambiando, las familias tradicionales dejan paso a nuevos conceptos relacionales; el trabajo, hasta ahora, apartado de la esfera del hogar, entra con fuerza en este ámbito y es por eso que nuestras casas deben adaptarse a este ritmo de vida, en ocasiones frenético, que hemos pasado a llevar.
El DIY (do it yourself) está cada vez más presente en nuestras vidas. El automontaje de muebles o incluso la realización de proyectos manuales con los que aderezar la decoración de nuestras casas están cada vez más en boga. En este sentido y gracias a Internet, el usuario puede encontrar la inspiración para materializar aquello que quiere a través de páginas web especializadas como Homify o redes sociales como Pinterest, por citar algunos ejemplos que facilitan en un clic de ratón un universo de posibilidades entre las que elegir.
El hogar tradicional, con espacios completamente definidos, deja paso a las estancias diáfanas y amplias herederas del 'loft' en una suerte de centro neurálgico de actividad.
Las casas y apartamentos son cada vez más pequeños y es por ello que la tendencia actual gira en torno a la desaparición de barreras arquitectónicas que hacen que los espacios se fusionen y sus límites aparezcan cada vez más difusos.
Ahora, la cocina y el salón son los reyes de la casa. Hemos pasado de la sala de estar y la cocina, lugar tradicionalmente relegado a la preparación de alimentos, al como dicen los anglosajones 'living room' o habitación para vivir, un lugar en el que ver la televisión, jugar con los niños, tomar un café o incluso trabajar.
Las cocinas modernas llegan hasta el salón y lo hacen para quedarse: islas centrales y barras hacen las veces de separadores entre un espacio y otro pero permitiendo en todo momento interactividad social.
A juego con este nuevo matrimonio, unos muebles que deben ser multiusos y funcionales, ya que por ejemplo la mesa del comedor puede transformarse en despacho o centro de manualidades. Los espacios de almacenaje deben ser amplios y las cajoneras repletas de compartimentos. Todo bajo la máxima de la organización y el orden sin dejar de lado la funcionalidad y teniendo muy en cuenta la calidad.
Por ello la decoración y acabados gira en torno al minimalismo. Muebles de líneas rectas, sin tiradores son la tendencia predominante en este 2015, materiales naturales se entremezclan con otros artificiales y los muebles lacados siguen siendo los más demandados ya que son fáciles de mantener. La gama cromática va desde el negro, pasando por los tonos neutros hasta el más puro blanco, el más utilizado por su aporte de luminosidad a los espacios.
En cuanto a los electrodomésticos, sigue la tendencia de conjuntarlos con el espacio general. Así, encontramos aparatos ocultos, acabados en acero inoxidable y electrodomésticos con un plus de diseño añadido para sofisticar nuestras cocinas. Unos electrodomésticos cada vez más eficientes y respetuosos con el medio ambiente a la par que efectivos, ya que al compartir espacio con el salón deben evitar olores, humos y sobre todo molestos ruidos.
Pero no solo el mobiliario y los electrodomésticos cambian, puesto que el suelo y las encimeras deben seguir con la línea general de la decoración. En cuanto a las encimeras, los tradicionales granitos y mármoles comparten espacio con materiales sintéticos e incluso la madera. Los suelos, por su parte, se funden en armonía con el minimalismo y las líneas puras siendo la tendencia predominante la temática vintage o los diseños geométricos.
En definitiva, 2015 nos deja un estilo más racional en el que el usuario es cada vez más práctico y selectivo sin dejar de lado el confort y la calidad en un lugar en el que pasará la mayor parte del tiempo en que se encuentre en casa, su hogar.
