Cevisama abre sus puertas con el reto de demostrar al mundo el músculo de una provincia que tiene en la cerámica un ejemplo de vanguardia. La feria es una plataforma en la que nuestras empresas exhiben todo lo bueno que tiene esta tierra: el diseño, la excelencia, la investigación y los materiales.
Almassora forma parte de esa vanguardia. Somos un municipio que abraza a grandes firmas que nos premian con piezas únicas que demuestran el trabajo que hay detrás de cada catálogo. Y esta semana no solo hemos tenido la oportunidad de emocionarnos con el resultado de tanto esfuerzo en una empresa puntera, Pamesa, sino además apreciar el conjunto del trabajo de este clúster en la feria Cevisama.
Hablar de cerámica es hablar de nuestra provincia. Es reconocer el potencial de un sector que es bienestar y calidad de vida para miles de vecinos de nuestro municipio. Las familias que debemos proteger con políticas que garanticen un tejido productivo sólido y estable.
Hoy nos enfrentamos a una feria Cevisama que abre sus puertas sin que las ayudas que Pedro Sánchez anunció hace tres meses en su visita a Castellón hayan llegado. Y sin visos de que lo hagan. Porque este 3 de marzo concluye el plazo para presentar alegaciones a un borrador que el Gobierno de España, en manos del PSOE, ha diseñado sin tener en cuenta las consideraciones de un sector que se arruina.
Los 450 millones anunciados por Moncloa siguen sin llegar. Los 50 millones que anunció Ximo Puig desde el Consell, tampoco se han inyectado. Es el sello socialista, vivir de los anuncios sin hacer nada. Bien lo sabemos en Almassora, donde la alcaldesa nos garantizó el pasado año que el CSI Pío XII abriría por las tardes. Se le debe haber olvidado. Tampoco debe acordarse de que hace tres años nos cerró el consultorio médico de Pla de la Torre privando a residentes y visitantes de un recurso de salud básico y próximo.
Trabajaremos para cambiar las cosas. Sin propaganda, con hechos. A partir de 28 de mayo.
