La celebración de las Comisiones Informativas se ha trasladado a la planta baja y la fachada sigue cubierta de telas y andamios
Las obras para la rehabilitación del edificio del Ayuntamiento de Castellón han llegado ya hasta el salón de Plenos. Con el reinicio de la actividad municipal, tras el mes de agosto, la dinámica ha sufrido pequeños cambios. Las Comisiones Informativas se han tenido que realizar en la planta baja, la Sala de Comisiones se veía desnuda… y se acumulaba el trabajo en el registro, con grandes colas y mucho polvo.
Esperanza Molina / Castellón Información
El edificio municipal de la plaza Mayor sigue inmerso en unos trabajos de rehabilitación que, como todas las obras, han puesto patas arriba despachos, escaleras, salones y dependencias.
La fachada municipal sigue forrada de andamios y cubierta con telas. Las ventanas, cerradas a cal y canto, cuando no se trabaja sobre la marquetería. Forman el grueso de esta restauración que pretende conservar la piedra, evitar las canalizaciones de agua y acabar con el deterioro que el paso de los años ha producido en la histórica fachada.
En el interior, las obras han tomado ya las dependencias de la planta noble.
La Sala de las Comisiones, presentaba hoy una imagen destartalada, desnuda de los cortinajes y adornos, de sus cuadros, la edad del edificio Consistorial dejaba a la luz las sombras de los años.
Como consecuencia de estos trabajados, hoy, que se reiniciaba la actividad municipal, las Comisiones Informativas han tenido que buscar otra ubicación y se han celebrado en la sala pequeña de la planta baja.
En el salón de plenos, sillones y muebles se escondían debajo de plásticos protectores, mientras se acuchillaban ventanales y se daba un lavado de cara a todo el salón.
Es previsible que la normalidad vuelva al salón de plenos durante la próxima semana… hay quien opina que los trabajos van con retraso… pero la intención del equipo de Gobierno es, que al menos, estos trabajos puedan estar finalizados para la celebración del pleno municipal de septiembre el último jueves de este mes.
No es la primera vez que se realizan obras en la zona noble y en el salón de plenos del Ayuntamiento… y ¡curiosidades de la vida!, la imagen de esta sala también ha cambiado a lo largo de los años.
En la década de los 50 del siglo pasado se produjo una remodelación integral del edificio… entonces la presidencia estaba situada en el frontal opuesto, como muestra alguna fotografía de la época. Y ‘la capilla’ donde ahora trabaja el gabinete de prensa, con la imagen de la Mare de Déu de Lledó en el techo, se utilizaba precisamente para lo que había sido diseñada, para escuchar misa…
En aquella remodelación se le dio una imagen más majestuosa a aquel salón, con la influencia de las ideas de la época.
Y fue durante el mandato del alcalde Daniel Gozalbo, cuando las obras volvieron a inundar aquella sala y se sacó a la luz el fresco atribuido al pintor Oliet, que ahora se mantiene al descubierto en el techo del salón.
También en aquella época se proyectó la intervención durante el verano, pero septiembre llegó antes de lo esperado. Como consecuencia de ello, algún pleno municipal hubo de celebrarse en el salón de plenos de la Diputación Provincial.
El resto de las intervenciones realizadas ha sido de menor calibre. La restauración de las bancadas de los concejales llevó a colocar butacas donde después y, con acierto, se recobraron los bancos. Más incómodos pero más en línea con la decoración tradicional de la sala.
Elemento fundamental de esta estancia son las lámparas majestuosas que cuelgan del techo. Los cables que las sujetan sobrepasan el techo y están sujetas con poleas en la cuarta planta. Se hizo así porque las poleas ayudaban a subirlas y bajarlas para su limpieza… Ahora ya se limpian sin cambiarlas de posición, por lo delicado del mecanismo... y pocos han sido los periodistas que cubren las sesiones desde la mesa de prensa, los que no han mirado alguna vez hacia arriba temerosos de que les caiga encima la luz de Castellón.
Con todo, esta mañana se respiraba calor y polvo en el edificio. El polvo inundaba el suelo, las escaleras y se trasladaba también como una fina arenilla hasta la planta baja donde, por cierto, colas de personas esperaban su turno para ser atendidos.
Y como parte de esta historia, también ‘los fantasmas’, a los que aludían algunos trabajadores municipales, aunque con ironía y sorna, porque “ellos también se han marchado y no volverán hasta que se acaben las obras”.
La rehabilitación del edificio municipal tiene un presupuesto de 470.000 euros, y además servir para ‘poner guapo’ el edificio han sido un medio eficaz para recordar la historia de la ciudad a través de las ilustraciones que decoran las vallas que rodean al edificio.
