Los aficionados a las dos ruedas disfrutan los fines de semana haciendo rutas por los pueblos de Castellón
Deogràcies Pagà/ Castellón Información
Es de saber popular que Castellón es una de las provincias más montañosas. No es de extrañar, sus pueblos están inundados por multitud de parques naturales. Algunos tienen la suerte de disfrutar cada día lejos de la capital, mientras que otros han de conformarse con verlo los fines de semana. La gente se organiza en grupos de senderismo, otros a punta de cartera almuerzan lo típico de cada lugar en los bares. Por último, existe un colectivo que decide disfrutar de esos parajes en la carretera. Los moteros conquistan cada puerto de montaña y cada cima.
Raúl Donate es un aficionado de las motos, suele quedar los fines de semana para surcar alguna carretera de la provincia. Su día comienza, dedica mucho tiempo a ponerse su atuendo habitual en estas salidas, se prepara todos los elementos necesarios para no matarse en el asfalto: Pantalones, guantes, botas, chupa especializada con protecciones y casco. “No hace falta ponerse el mono, no vamos tan rápido. Lo más importante es disfrutar del paisaje y del almuerzo con los amigos. Además, cuando estas comiendo es más cómodo quitarse la chaqueta que tener la parte de arriba del traje bailando en tu espalda. Con un mono de dos piezas es suficiente”, argumenta Donate.
Este motero se levanta pronto, desayuna bien y toma café. Luego “cogemos las motos y vamos a la gasolinera donde hemos quedado con todos los compañeros”, explica. Ahí revisan la presión de los neumáticos y llenan el depósito. Después, disfrutan de la ruta. “La subida que más me gusta es ir al Castillo de Villamalefa desde Onda y almorzar allí”, señala.
Ferran Mallol es otro motero castellonense aficionado a las carreteras. “Castellón tiene muchos pueblos de montaña en los que divertirte curveando con la moto: Ares, Montanejos o la carretera de Alcora hasta Atzaneta”, profiere Mallol. El recuerdo que más aprecia es cuando bajaba de Morella, a la altura de les Coves de Vinromà se rompió el cielo y cayó un diluvio. “En ese momento tuvimos que refugiarnos hasta que dejó de llover”.
Sin embargo, la protección en la moto es mínima, tener un techo, un cinturón da más seguridad. “Lo importante es ir con precaución”, responde Mallol. Añade: “La moto es muy buena opción para hacer turismo provincial ya que tienes una sensación de libertad que no te la da otro vehículo”. “Después de estar toda la semana trabajando, desconectar con la moto es la mejor medicina, porque notas el viento…. Es libertad”, describe Donate ayudado de un sinfín de aspavientos. Mollol concluye: “Recomiendo a la gente que salga a conocer los pueblos del interior, muchos de ellos están declarados unos de los más bonitos de España y la gente no lo sabe”.
