Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y jubilado
Hoy quiero hacerle este pequeño homenaje personal a quien en mi opinión, es sin la menor duda, el mejor deportista español de todos los tiempos.
Eso la reconfirma cada año por estas fechas, en la pista central de Roland Garros en Paris, en la que ya ha recibido durante el presente siglo más veces ese trofeo, que el resto de los tenistas que compiten cada año allí, sumándolos juntos.
Hoy mismo, cuando estoy escribiendo esta columna en la noche del 3 de Junio, ha cumplido él sus 36 primaveras y las ha celebrado con el sabor agridulce de una victoria que tenía ya encarrilada frente al número tres del ranking mundial actual, Alexander Zverev, que lamentablemente ha caído lesionado con un fuerte esguince que le ha impedido continuar en el partido.
Viendo el rostro de Nadal, al ver caer lesionado a su oponente y compañero, comprende uno la grandeza de este deportista.
En su pista favorita, donde ha escrito las páginas más brillantes de su carrera deportiva, se le ha visto compartir la decepción de su amigo, pese a significar su paso a una final en la que le espera otro hueso duro de roer, el danés Casper Ruud, al que se podría considerar “cuña de su propia madera”, al haberse formado como tenista de la élite mundial, en la Academia que tiene montada en Mallorca el propio Rafa.
El tenis de la incipiente figura del tenis danés, presenta las mismas características fundamentales que el de Nadal.
Constancia, una voluntad inquebrantable de no entregar ni una sola bola por difícil que sea, sin pasarla al campo contrario.
Eso le ha llevado a agotar a Cilic, uno de los mejores bombarderos sacando, que tras ganar el primer set, no pudo ganar el partido y cedió los tres siguientes ante la estrategia de Ruud, que le había estudiado y analizado perfectamente.
Sin prisas, pero sin pausas supo agotarle y acabó superándole en 4 sets, los dos últimos sin apenas oposición.
Aunque a lo largo de un partido puede pasar todo y pese a que Nadal tiene una lesión incomoda en su pié, todo nos hace pensar que Rafa conoce mejor que nadie los puntos débiles de su alumno, compañero y presumo que amigo.
Apuesto por el 14 Roland Garros para Nadal, que le convertirían, si mal no recuerdo, en el que acumula más Grandes Slams ganados, ya que a los ganados en el polvo de ladrillo de Paris, hay que añadir también los ganados en Forest Hills(USA), Melbourne (Australia) y Wimbledon (Inglaterra) en todo tipo de pistas, es decir en hierba como en cemento.
Si a esos títulos les añadimos todos los conseguidos en otras categorías nos encontramos con:
21 Grand Slams, 36 Masters 1000,22 ATP 500, 10 ATP250 completando su increíble e inmejorable palmares con 1 Oro Olímpico en dobles.
Pero todos esos títulos, tanto en individuales como en parejas e incluso los acumulados para el tenis español, formando parte del equipo de Copa Davis en todos los formatos imaginables, nunca le han hecho cambiar de actitud ante la vida.
Precisamente por eso, por su educación, deportividad, actitudes solidarias con sus conciudadanos cuando su ciudad fue sacudida por las fuerzas de la naturaleza y por su nobleza de espíritu, he querido rendirle hoy mi homenaje personal aun a sabiendas de que difícilmente llegara a leerlo.
No importa, porque lo que me ha movido a escribirlo es su forma de ser, vivir y ejemplarizar unos valores éticos y morales de los que carecen aquellos que deberían tomarle como ejemplo.
Hasta la semana que viene amigos.
