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jueves, 25 de abril de 2024 | Última actualización: 21:31

Puerta grande para Ponce y El Fandi en la Corrida Ripollesca de la Feria de la Magdalena

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Castellá realizó un gran papel, pero su falta de acierto a la hora de matar, lo dejó sin premios

Corrida ‘Ripollesca’ que no ‘Goyesca’, como se había anunciado,  en la Plaza de Toros de Castellón, donde el arte de la pintura no acabó de entenderse  bien con el de la tauromaquia. Ponce, protagonista de la fiesta salió por la puerta grande, gracias a las dos orejas concedidas en su primer toro, una de justicia, y la otra…El Fandi le acompañaba, llevado a hombros por la oreja conseguida en cada uno de sus toros. El francés-sevillano Castellá, que realizó una buena faena se fue sin premios por la falta de acierto a la hora de matar.  

Esperanza Molina/Castellón Información

Corrida Ripollesca Magdalena 14III15 (5)Muchas ilusiones estaban puestas en la corrida Goyesca de la Feria Taurina de la Magdalena 2015, organizada en honor a Enrique Ponce, por el aniversario de su alternativa.

Corrida Ripollesca Magdalena 14III15 (8)Y la primera imagen que ofreció la plaza al público, no acabo de desmerecer, pero de Goyesca poco más que el atuendo del personal. El diseño, encargado a  Ripollés era más una imagen de sí mismo que una sombra de lo que podían entender los aficionados como ‘goyesco’…. Si Goya levantara la cabeza...

Y es que todas las barreras de la plaza presentaban diseños de la mano de Ripollés, algunos mejores que otros. Y en el coso, sobre la arena de albero símbolos de colores amarillo, rojo y negro, que vistos de lado o de través, podrían recordar algo a la Paloma de Picaso, e incluso a las miniaturas de Miró.Corrida Ripollesca 14III15 (8)

La plaza estaba bonita y sobre todo, diferente, eso no se podía poner en duda… pero como Goya no estaba para reivindicar, fue aceptado por público y toreros, como una muestra más de aquello de que ‘Castellón es diferente’.

Corrida Ripollesca 14III15 (16)Antes de empezar la jornada de toros, Ripollés levantó una serie de barreras, cuyos símbolos tampoco eran para tirar cohetes, y recordaban más bien a algunas de las excentricidades de Dalí en sus mejores tiempos de ‘impresión’.

Y hasta aquí, goyesco o no, se aplaudió el esfuerzo

Quitar los dibujos y empapar el personal

Pero el problema se suscitó cuando, después de salir los toreros, la cuadrilla, de presentar tres tablas con tres diseños de Ripo y de que el pintor regalara un capote pintado a Ponce, los operarios de la plaza salieron para borrar los dibujos de la arena, por miedo a que resbalaran los toreros. La gente comenzó a silbar; el reloj a correr, y los operarios ya no sabían si raspar o desparecerse ante el abucheo del público.Corrida Ripollesca 14III15 (32)

Quitar los dibujitos del suelo no era cosa de cinco minutos. Algún genio aconsejo utilizar el agua. Pero sea porque no funciona o porque no cabe la maquinaria de riego, los operarios salieron portando una larga manguera. Risas, protestas y silbidos.

Pusieron la manguera en marcha y a poco dejan a toreros y cuadrillas como una sopa, El remedio fue peor que la necesidad. El suelo mojado, la manguera, con poca presión, no llegaba a ninguna parte. Con mucha, mojaba al público. Gente chillando. La hora pasada en casi 20 minutos. Y hasta los diestros tuvieron que pedir que se abandonara la faena de refrescar el ruedo. Glorioso.

Dos orejas para Ponce

Comenzó la lidia con toros de García y Olga Jimenez para los diestros enrique Ponce, El Fandi, y Sebastiá Castella.

Corrida Ripollesca 14III15 (48)Enrique Ponce llegaba ya con media plaza ganada y dispuesta a ser agradada. El primero de la tarde, Carcelero, negro bociclar de 523 Kilos, era bonito pero falto de fuerzas. Entró una vez a varas y proporcionó a Ponce una buena faena. El torero, elegante, con buena traza defendió y dominó al toro. Fue recibido con ovaciones por la plaza. Tras matar de una estocada, el público lo pidió todo. El presidente se hizo de rogar un poco, y a continuación concedió una merecida orejay otra, que según los entendidos, respondía más al nombre que a la faena.

Llegó el segundo, Doctor, negro, de 555 Kilos. Muy bonito y con mucho estilo, para El Fandi. Si el diestro tenía ganas, el toro tenía más. Entró bien al picador al que casi llegó a desmontar. Respondió bien a las banderillas, tres pares de El Fandi, que se lució como quiso, con clase y, sobre todo con el último par,  con el estilo del mejor recortador, eludiendo al toro con los riñones para plantarle dos banderillas de espaldas.Corrida Ripollesca 14III15 (57)

Y la faena fue buena. De principio a fin. De rodillas, de pie. Toro y torero dieron espectáculo y se llenaron con la plaza. Entró a matar con una estocada hasta el puño, certera, rematada.

El público pidió triunfos..... El presidente se hizo de rogar. El público empezó a enfadarse. El presidente, casi a regañadientes, concedió una. Y el público pidió la segunda, como la de Ponce. El presidente dijo no. Silbidos y bronca al presidente.

Carcelario tumba a caballo y picador

El tercero, para Sebastián Castella, se llamaba Carcelario, negro, de 508 Kilos. El toro tenía mucha fuerza, se le veía con ganas, corredor, pero primero había que fijarlo. En el tercio de varas, el astado se fue por donde quiso y embistió contra el caballo que  estaba ante la puerta del patio de caballos.

ECorrida Ripollesca 14III15 (102)ntró con tanta fuerza, que levantó en el aire al caballo y al picador, que acabaron cayendo al suelo, con el toro encima. El susto fue mayúsculo. Aunque toda la cuadrilla acudió para alejar al toro, los momentos fueron interminables. El caballo no se movía y el picador estaba atrapado en el suelo, por el peso del caballo...

Y no pasó nada. El caballo se levantó cuando comprobó que no había peligro a la vista, y el picador pudo salir y levantarse por su propio pie. Todo quedo en anécdota, pero el público brindó al picador un aplauso de reconocimiento.

Dos varas, bien en banderillas. Buena faena de Castellá que le hubiera podido dar una oreja de no haber pinchado a la primera a la hora de matar.

Conjunto de despropósitos entre Ponce y Gestor

Llegaba el cuarto de la tarde, que no fue sino un conjunto de despropósitos. Un astado de Olga Jimenez, de nombre, Gestor, negro listón y con 524 Kilos. La salida del toro de toriles, fue aplaudida con fuerza. Era un toro que prometía, pero tenía tantas ganas, que se estrelló de lleno contra la barrera situada debajo del presidente. Entró a varas, como quiso, pero en el tercio de las banderillas imponía tanto, que la cuadrilla hubiese preferido dispararlas desde lejos. El pobre astado se llevó varios pares en los riñones.  Y si no había sido poco, cuando comenzó la lidia tropezó y dio un salto y una voltereta en el aire sobre sí mismo.Corrida Ripollesca 14III15 (110)

Ponce cumplió. Gestor, para entonces, estaba ya descolocado y falto de todo, caminaba dudoso, tambaleante,  como toro que llama a la muerte o que está a punto de morir. Visto lo visto, Ponce no esforzó más que lo justo y pidió el estoque. Entró a matar, pero ya el toro iba muerto, borracho. Había quien pedía el descabello directamente. Pero Ponce intentó la suerte de matar. El toro lo seguía con ojos suplicantes por la plaza y no acababa de cuadrar las patas. Para Ponce resultó un toro molesto. Pinchazo, y al final, estocada. Aplausos.

Segunda oreja para El Fandi

Quinto genial el de hoy, Fotógrafo, negro listón, de 524 Kilos, para el Fandi, que buscaba, como poco, salir también por la Puerta Grande de Castellón.

Como sus compañeros, un toro con gas y con fuerza. Entró dos veces a varas, estuvo a punto de levantar al caballo. El Fandi hizo uso de su privilegio y volvió a plantar cuatro pares de banderillas. En el primero, corriendo junto al toro, hasta que realizó el cruce y plantó las dos en todo lo alto. La segunda, dejándose llevar por el toro, hasta realizar un quiebro perfecto. En la última, cuarta, engañando al toro para ponerlas de espaldas. Lejos de resguardarse del astado, se prestó a la persecución. Fotógrafo estaba furioso, lo persiguió por el ruedo, mientras el Fandi corría hacia atrás con la mano levantada. Lo paró con la mano.

La plaza ya estaba dispuesta a dejarse querer, pero el Fandi necesitaba más. Recibió de rodillas, hiló pase con pase, serie con serie,  con la derecha y con la izquierda. Toreó con ganas. El astado le dio juego, acudió a las citas, primero en la distancia, luego en corto. El público se emocionó.

A la hora de matar, pinchazo y estocada. El toro estaba muerto pero se negaba a doblar. El Fandi le acariciaba el lomo mientras la cuadrilla intentaba llamarle la atención para que doblara las manos. Pidió el descabello. Volvió a acariciarlo. Le dio un par de pases; el toro lo miró. El fandi le tendió la muleta en el suelo, y realizó un descabello perfecto. Hubiera podido conseguir dos orejas si la muerte hubiera llegado con solo una estocada. La plaza reclamó la oreja y el presidente la concedió.

El sexto, Veraneante, de Olga Jimenez, 502 Kilos y de color castaño bociclado. Salió a la plaza, también, con mucha fuerza.  Entró al caballo que quiso, el que no tocaba. Una vara ligera. Pero cuando el toro salió, el caballo se fue al suelo y el picador rodó hasta ponerse a salvo. Entró al otro caballo. Segunda vara. Y luego dobló de manos. Castellá se dejó la piel en la faena, era el único que no había conseguido triunfo. Serie tras serie, el público aplaudió entusiasmado. Pero llegó la hora de la verdad, y de nuevo, Castellá tuvo dudas. Media espada y descabello a la segunda. Aplausos.