Indica que la regulación de los humedales y la sentencia de Benicàssim le impiden actuar si no es para uso agrícola
El concejal de Transición Ecológica, Fernando Navarro, afirma que no puede activar los bombeos para desaguar la Marjalería solo porque se inunden las viviendas con la subida del nivel freático si no hay alerta por lluvias y en según qué condiciones. Fernando Navarro indica que la regulación de los humedales, aunque no estén reconocidos, y la sentencia de Benicàssim le impiden actuar si no es para uso agrícola.
Esperanza Molina/ Castellón Información
La problemática de la Marjalería de Castelló es mucho más compleja que un mero resumen o la afirmación de: “que hubieran construido en otro sitio”, como les indicaba por la mañana una de las concejalas del equipo de gobierno.
Esto sucedía cuando algunos vecinos se agrupaban para protestar porque, tras las lluvias intensas de la última semana sube el nivel freático de algunas zonas como La Molinera, Bovar o Senillar y el agua entra dentro de las viviendas, pero el ayuntamiento no pone en marcha los tornillos de Arquímedes y los sistemas de bombeos para ayudar a desaguar esa acumulación hídrica.
Es algo que los vecinos no entienden: “Si nos estamos inundando y el ayuntamiento tiene dispositivos para sacar el agua ¿por qué no lo hace?”
Resulta mucho más controvertido cuando se les dice que, según la ley son ilegales y la ley impide que se les ayude.
Y estas afirmaciones se realizaban después de un pleno municipal en el que casi se les daba un premio a ‘los okupas’ que se meten dentro de una vivienda que no les pertenece porque entre los propietarios puede haber un ‘banco malo’.
La situación de la Marjalería no es nueva ni se creó en los últimos 20 años. De hecho, su desecación para aprovechar los terrenos como zona de cultivo está ya recogida en las historias de la fundación de la ciudad y la evolución del término municipal y viene descrita a través de las distintas prácticas agrarias que se han sucedido.
La diferencia, ahora, o desde hace 70 años, es que muchas de esas casas de ‘aperos’ y labor se transformaron en viviendas, en muchos casos con el visto bueno de las autoridades y con todos los permisos en regla.
Preguntado por el tema, Fernando Navarro, 
concejal de Transición Ecológica, no se andaba con tapujos: “La ley prohíbe desecar un humedal”, y hacía alusión a la sentencia que calificó como tal al Cuadro de Santiago del proyecto de Benicàssim Golf, que indica, también afecta a toda la Marjalería de Castelló.
Navarro venía a decir a Castellón información, que caben pocas soluciones por no decir ninguna, si no es que los mismos propietarios sean quienes tomen la iniciativa para evitar esas inundaciones, tal como indica la Declaración de Impacto Ambiental (Date) del nuevo Plan General. Y eso tampoco parece muy viable por mucha minimización de impactos que se programen en las viviendas situadas sobre los terrenos clasificados ahora como No Urbanizables.
La situación es la siguiente: según el departamento de Transición Ecológica, la ciudad dispone de bombas y tornillos de Arquímedes para desaguar en segundos varias piscinas olímpicas. Pero tanto el Patricova como otras normativas no permiten utilizar esos sistemas si no se dan las condiciones adecuadas: Alerta extrema de lluvias o precipitaciones por encima de una serie de litros por metro cuadrado.
En el caso de la Marjalería, el nivel freático es muy alto; cuando llueve se inunda muy pronto, pero es preciso que la precipitación sea muy abundante para que se active el protocolo y se pongan en marcha los bombeos. Y si no llueve y la acequia no acumula suficiente agua, tampoco se puede activar el sistema, aunque las aguas de las zonas altas inunden los terrenos más bajos, habitados, como sucede habitualmente por decantación, porque solo se pueden tomar soluciones en función e las necesidades agrícolas.
Y para colmo de males, el colector central de las obras que se realizaron en la década de los 70 está roto, por lo tanto, se incrementa el riesgo de inundación; pero este colector pertenece al Ayuntamiento solo en una tercera parte, las otras dos dependen de Diputación y Generalitat.
Al final, es la pescadilla que se muerde la cola. Las viviendas construidas antes de agosto de 2014 podrán legalizarse cuando se realicen los planes de minimización de impactos, pero mientras no pueden hacer nada y si se inundan la culpa es de ellos por estar donde están, en zona inundable… claro, que quienes lo afirman con tanta ligereza no saben o no quieren recordar que la mayor parte del casco urbano de Castelló también está situada en zona afectada por inundaciones.
Navarro afirma que lo ha explicado ya en varias ocasiones a los vecinos, que no es una novedad y que ellos conocen la situación. Pero la situación amenaza con ahogar a los afectados.
En este sentido, la alcaldesa se ha reunido con los afectados, antes del pleno municipal y les ha anunciado que mañana visitará la zona para evaluar la situación de primera mano.
