Son muchos los escépticos y descreidos de las encuestas electorales a pesar de los métodos utilizados y el extenso trabajo de campo realizado que las validan en sus amplios conocimientos adquiridos y en su credibilidad.
Como buenos seguidores de la Primitiva o de la Bonoloto solo se fijan si los números al final coinciden con sus deseos, olvidándose de que una encuesta refleja una tendencia en un momento y un contexto determinado, con numerosas fluctuaciones según el desarrollo de puntuales acontecimientos, pues la volatilidad también es un factor determinante, como el mercado bursátil.
Los ciudadanos de Andalucía han aupado al Partido Popular sobre la base de unas premisas políticas y sociológicas no por conocidas, ignoradas por casi todos los partidos que concurrían a las elecciones.
Sintetizando:
1.- Continuidad. Basada en dos principios básicos: estabilidad y huida de cualquier ruido, disputa y alaraca interna de el/los partidos que sustentan un gobierno.
2.- Candidato fiable, con bagaje político, alejándose de improvisados aspirantes surgidos de la chistera milagrera de algún mago de salón.
3.- Campaña electoral. Hábil, con mensajes claros, contundentes, esperanzadores, creíbles. sin bandazos ni errores manifiestos.
4.- Voto útil. Aspecto erróneamente olvidado y que tantos éxitos le dio al Partido Socialista de antaño.
La conjunción de estos factores pronosticaban un triunfo amplio, sin discusiones, aunque su éxito haya superado todas las expectativas.
De los derrotados, uno de ellos, Ciudadanos, desaparecido, ya vaticinado sin necesidad de recurrir a encuestas ni expertos politólogos.
Podemos, o como quiera que se llame allá donde se presenta coaligado, hermanado o camuflado, con pérdida de doce "asientos" en el hemiciclo andaluz con lo que duele no sentarse durante cuatro años en un sillón.
Y, el Partido Socialista, no por el número de diputados electos, tres, sino por el hecho de haber sido barrido en todas las provincias andaluzas y en municipios emblemáticos por su larga trayectoria histórica.
No me voy a extender en el declive del PSOE por algunos anunciado y postergado deliberadamente desde hace tiempo. Ya habrá ocasiones, pues en estos días estamos asistiendo al llamado relato de la derrota, cuyos argumentos políticos y los encargados de transmitirlos deseamos su pronta desaparición.
También pueden optar por el silencio, o como hace la portavoz del gobierno valenciano cuando "la cosa pública" se la tuerce, bailando alegre, que para eso está la música marchosa.
