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sábado, 20 de abril de 2024 | Última actualización: 22:37

La solidaridad en el mar y la tragedia del buque Shtandart ruso, un barco ‘sin país’, con tripulación ucraniana

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Estuvo refugiado en el Puerto de Castelló durante la pandemia de la Covid cuando todos los puertos le negaron la entrada

El gran ausente de Escala a Castelló ha sido el Shtandart ruso, un buque de pabellón soviético, con gran parte de la tripulación ucraniana. Rusia le ha cerrado las puertas por motivos políticos, pero la nave tampoco ha podido participar en los eventos de Escala a Sète y Escala a Castelló por las restricciones internacionales contra la Federación Soviética. Lo que pocos saben es que el Shtandart pasó la pandemia en Castelló cuando todos los puertos le cerraron sus puertas. Y es el mayor valedor de la capital de la Plana.

Esperanza Molina/ Castellón Información

Las guerras no son buenas para nadie, y mucho menos cuando generan muertes, divisiones, y enfrentamientos. Y cuando arrastran consecuencias para propios y extraños. La invasión de Ucrania ha dejado en tierra (y aguas) de nadie a los rusos que no comparten la política de la federación rusa, y tanto ellos como los ucranianos buscan refugio fuera de sus fronteras.

Sin duda alguna, y como ya publicaba Castellón Información, el buque Shtandart ruso, ha sido el gran ausente, tanto de Escala a Sète, como de Escala a Castelló. La normativa internacional contra la guerra se ha cobrado una factura. Por su pabellón, el soviético, no ha podido participar en eventos de los que era ya un ‘amigo declarado’, todo y que gran parte de su tripulación es de origen ucraniano.

Castelló pudo visitarlo en la primera edición e Escala a Castelló, en 2018. Y todo estaba preparado para que fuera uno de los grandes protagonistas de esta edición de la fiesta del mar en la capital de la Plana.

Pero, además, mucha gente de Castelló ignora que la vinculación del Shtandart y su capitán con la capital de la Plana es mucho más estrecha de lo que se conoce, y, de hecho, frente a no poder haber estado en la quinta edición de Escala a Castelló, ha sido uno de los principales valedores y defensores de Castelló entre los marinos de los navíos antiguos de todo el mundo.

La solidaridad en el mar

 width=Como bien recordará el lector, en marzo de 2020 se declaraba oficialmente la existencia de una pandemia mundial, la de la Covid. Aquella que propició el estado de alarma tanto en España como en medio mundo, y que confinó a toda la población española dentro de casa durante dos meses.

Aquel mes de marzo de 2020, Castelló preparaba sus fiestas de la Magdalena. La Comunitat Valenciana había comenzado ya sus Fallas.

Pero en la ciudad francesa de Sète también ultimaban los preparativos de su gran evento del mar: Escala a Sète, que luego habría de prolongarse a la capital de la Plana con Escala a Castelló.

Pero el coronavirus lo anuló todo. En tierra hubo muchos que tuvieron que solicitar permisos especiales para volver a casa, y eso, aunque estuvieran lejos, pudo realizarse en mayor medida y en el mínimo tiempo.

Pero para quienes se encontraban al otro lado del mar, o los que navegaban por mares y océanos, fue mucho, mucho más complicado. Tanto, que muchos hubieron de esperar meses para poder retornar.

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Shtandart Escala Castello 2018

Algo así le pasó al buque Shandart. La declaración oficial de la pandemia mundial le pilló en medio del mar, y todos los puertos se cerraron a cal y canto.

Pese a ser un ‘navío histórico grande’, el Shtandart no era un mercante ni con las ventajas de aquellos buques comerciales que mantuvieron su actividad en la medida que fue posible.

No, el Shandart se quedó en aguas de nadie y sin posibilidad de guarecerse en ninguno de los puertos a los que pidió auxilio.

En el Puerto de Castelló el puesto de la Autoridad Portuaria estaba vacante. Francisco Toledo había sido nombrado presidente de Puertos del Estado y Rafa Simó todavía no había sido nombrado oficialmente. Cuando el Shandart pidió refugio, la negativa fue absoluta.

Fue entonces cuando intervino el ayuntamiento de Castelló, y concretamente su titular en la alcaldía. Castelló no podía dar la espalda a uno de aquellos buques que, con tanta generosidad, había visitado Escala a Castelló cuando la capital de la Plana trataba de poner en marcha el primero de sus eventos náuticos internacionales.

El resultado de toda aquella negociación que provocó no pocas tensiones, fue la apertura de las aguas de Castelló al Shandart ruso durante la pandemia.

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Shtandart Escala a Castello 2018

Ahora bien, el Shtandart podía atracar en el Puerto de Castelló, pero sus tripulantes no pudieron pisar tierra durante meses. Sin embargo, estaba a resguardo de los temporales, había evitado su única alternativa que era fondear y flotar en el mar mientras se abrían los puertos. Y atracado en el puerto disponía de agua, electricidad, y por tanto, de comunicaciones. Además, podía solicitar asistencia sanitaria si hubiera sido necesario. En resumen, vivió su confinamiento ‘dentro de su casa’, en el buque, pero con la cercanía de saber cubiertas sus necesidades.

Contaban la otra noche, en el Coctel que se ofreció a autoridades e instituciones en la Nao Victoria, que hubo una autoridad municipal que ayudó a proveer de alimentos y productos de primera necesidad a los tripulantes del Shandart. Con su propio vehículo transportó las mercancías más necesarias para que los tripulantes del barco ruso pudieran pasar la pandemia.

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Vladimir Martu, capitán del Shtandart en Escala a Castelló 2018

Y fue precisamente ese gesto, lo que más agradece el capitán del Shandart, y lo que posteriormente fue trasmitido a todos los navegantes y marinos del mundo, por boca de los tripulantes rusos y ucranianos del buque con pabellón ruso.

Castelló había cumplido con creces la máxima de ‘la solidaridad en el mar’. De esa manera, pronto la ‘solidaridad’ de Castelló también cruzó todos los mares, lo que ha incrementado la reputación de la capital de la Plana en todo el planeta.

Pero si el Shandart pudo refugiarse en Castelló durante la pandemia, no ha podido ganar la batalla a la política de su propio país y al conflicto generado por la ocupación de Ucrania de la Federación rusa.

Seguramente el lector ha escuchado durante los últimos meses cómo, en respuesta a esta agresión, el bloque de Norteamérica y Europa ha aplicado medidas para ‘aislar’ a Rusia en esta geopolítica internacional.

Escritores, deportistas, artistas, investigadores… todos ellos sufren las consecuencias de este aislamiento que les impide participar en cualquier evento internacional organizado por el bloque de los países de la Otan o de la Unión Europea.

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Shtandart Escala a Castello 2018

Y el Shandart no ha sido una excepción. Shandart lo asume ¡que puede hacer!, pero en estos momentos es un buque histórico, de pabellón ruso sin patria. Porque el Shandart tiene vetada su entrada a Rusia porque no comparte muchas de las políticas del gobierno soviético. Pero tampoco puede participar en los eventos que, como Escala a Sète o Escala a Castelló forman parte de su corazón y de su economía. Porque uno de los ingresos del Shandart proviene de su participación en estos festivales y de su función como Sail Training, barco escuela y formador en navegación.

Frente a estas restricciones internacionales el ayuntamiento de Castelló no ha podido hacer nada.

Si el lector tiene curiosidad por conocer la historia del barco, Castellón Información reproduce una de las informaciones que publicó con ocasión de la visita del Shandart en la I Escala a Castelló en 2018.

Historia del barco ruso Shandart del Zar Pedro I

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Standard Escala a Castelló 2018

A principios del siglo XVIII Rusia consiguió uno de sus principales botines de la Guerra con Suecia: el acceso al mar Báltico. En la desembocadura del río Neva fue fundada la ciudad de San Petersburgo, la futura capital del imperio.

En 1703, en el astillero de Olonets por orden del zar Pedro el Grande, fue botada la primera fragata de la flota del Báltico, el ‘Shtandart’. Su primer capitán fue Pedro I en persona, aunque en esa travesía navegó con el pseudónimo de Peter Mihajlov.

El buque de guerra recibió su nombre en honor al estandarte imperial. Antes de 1701 éste mostraba un águila sosteniendo en sus garras los mapas de los tres mares a los que Rusia tenía acceso (el de Azov, el Negro y el Blanco). Tras la adquisición del Báltico se añadió el cuarto.

Para muchos, el nombre de Shtandart se tradujo coloquialmente como ‘el deseado’, ya que respondía al sueño del zar de tener una salida al Báltico, y su construcción simbolizaba este logro.

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Shtandart Escala a Castello 2018

El Shtandart se construyó en solo cinco meses, y la participación personal del zar Pedro I fue decisiva para ello. El zar había aprendido técnicas de construcción naval de los holandeses durante su visita a la Gran Embajada de Europa occidental (1697-98).

En la gran cabina había una brújula colgando sobre una mesa cuya inscripción solo se puede leer desde la parte inferior. Una leyenda rusa relata que esta brújula colgaba sobre la hamaca de Pedro I y que, cuando se despertaba, siempre controlaba la brújula para asegurarse de que la fragata estaba en curso.

La gran Guerra del Norte (1700–21), durante la cual se construyó el “Shtandart” duró 18 años más tras su botadura. El Shtandart tomó parte en acciones militares hasta el año 1719 cuando fue dado de baja. Tras esta, Pedro I promulgó un edicto de conservación del “Primogénito de la flota” (cómo él lo denominó) en calidad de monumento a la industria naval rusa.

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Shtandart Escala a Castello 2018

Desgraciadamente, sin cuidados ni atención, el “Shtandart” y otros barcos atracados en el canal de Kronwerk se deterioraron muy rápidamente.

En 1727, una comisión enviada por Catalina I revisó el estado del buque y decidió llevarlo al dique seco para ser restaurado. Pero el tiempo y el agua ya habían deteriorado tanto el casco que, durante los intentos de elevarlo, el cable cortó el casco en varias secciones. El viejo Shtandart fue desguazado y un nuevo decreto fue promulgado por la emperatriz: “En honor a su nombre, dado por su majestad Pedro I se construirá uno nuevo”

Pero esa orden Tardo más de 300 años en ser ejecutada…

La construcción de la fragata réplica Shtandart es la historia de la realización de un sueño, un símbolo de determinación y de compromiso con unos objetivos.

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Valdimir Matu Escala a Castello 070418

Reconstruir una réplica del famoso buque de Pedro el Grande fue posible gracias a la energía y resolución de una nueva generación. Es la prueba de que nada es imposible si estás dispuesto a ello. En 1994 un grupo de entusiastas de San Peterburgo comenzó la construcción. Los diseños del barco fueron recreados a partir de diversas fuentes.

La fragata se divide en dos áreas: la parte histórica (las cubiertas) y la moderna (la bodega). Pañoles para barriles de agua, cabos para las anclas, balas de cañones y pólvora alojan ahora el necesario equipo moderno (dos motores diesel, bombas de agua, tanques, etc), el comedor, la cocina y los alojamientos de la tripulación. Todo aquello por encima de la cubierta principal es fiel a los diseños originales: Mástiles y masteleros, jarcia, cabrestante, cañones, la madera tallada y el timón.

Se combinaron métodos antiguos de construcción naval con las más modernas tecnologías. Mucho tuvo que ser aprendido y descifrado en el lugar, intentando pensar como los carpinteros de ribera del siglo XVIII. Otras técnicas se aprendieron en libros de la época y acudiendo a diferentes archivos.

El equipo se componía por excelentes personas. El grupo de entusiastas se convirtió en un equipo unido por objetivos comunes capaces de realizar las tareas menos pensadas.

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Shtandart Escala a Castello 2018

El 4 de septiembre de 1999 el renacido Shtandart fue bautizado. Su viaje inaugural fue en el verano del año 2000 haciendo la ruta de la Gran Embajada, llevada a cabo 300 años antes, viajando por aquellos países y ciudades donde el joven emperador Pedro I se instruyó en la construcción de barcos para crear la nueva Rusia fuerte.

El Shtandart original medía entre 25 y 30 metros de eslora y casi 10 metros de manga; tenía un calado de 3,3 metros y 220 toneladas de desplazamiento. En origen su tripulación era de entre 120 y 150 personas.

Tenía tres mástiles y como el Galeón español navegaba con velas cuadras a las que incorporaba una vela latina en la popa.

Su tripulación habitual ahora, es de 10 oficiales y 30 aprendices.

Notas:

La descripción de la historia del barco y el proceso de reconstrucción fue relatada por su capitán Vladimir Martu, en una conferencia impartida en I Escala a Castelló 2028. https://www.castelloninformacion.com/escala-a-castello-el-shtandart-baraja-la-posibilidad-de-crear-una-base-mediterranea-en-portcastello/