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miércoles, 24 de abril de 2024 | Última actualización: 00:11

La izquierda prometida

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La izquierda llegó a nuestras vidas con anuncios y promesas de bienestar. Nos sacaban de la cueva para enseñarnos el progreso y prometían políticas sociales para blindar la dependencia, acabar con la emergencia social y garantizar empleo a todos aquellos que lo demandaran. 

Llegaba la felicidad a nuestros hogares de manos de Pedro Sánchez, que se presentaba como el Mesías para cambiar el rumbo de las cosas. Eso sí, para conseguirlo se rodeó del gobierno más caro de la historia democrática de España. Aunque el detalle, poco parecía importar. 

Hoy, cinco años más tarde, los sueldos del presidente del Gobierno de España y de sus ministros no solo se mantienen, sino que se han incrementado para enfrentar el coste de la vida. Esa que el PSOE ha convertido en lujo. A nuestro alrededor, sin embargo, hay quienes se han quedado sin nómina sometidos a un ERTE o directamente en la calle. 

Cuesta creer que Sánchez rompiera relaciones con Argelia y nos provocara la mayor crisis energética jamás vivida. Cuesta creer que la izquierda se negara durante meses a rebajar impuestos a las familias con rentas medias y bajas como pedía el PP. Cuesta creer que el presidente del Gobierno de España haya tardado cuatro meses en aplicar la rebaja del IVA a los productos básicos como nuestro presidente, Alberto Núñez Feijóo, reclamaba en septiembre. 

Pero la realidad en ocasiones supera lo impensable. Porque hoy Pedro Sánchez está más ocupado en pactar con sus socios la reforma del delito de malversación o la suspensión del delito de sedición que en atender las necesidades que nos quitan el sueño a los españoles. Los suyos no son problemas reales, pero en realidad son los únicos que a él le importan si con ellos se aferra a la presidencia del Gobierno de España cuatro años más.

Empieza el año vecinos, y enero ha llegado con aires de cambio. Trabajar con políticas capaces de ayudar y no de marginar. Atender la realidad en lugar de darle la espalda. Auxiliar a quien lo necesita y trabajar por todo lo bueno que compartimos. Tendremos la oportunidad libre y democrática de decidir qué futuro deseamos para nuestro pueblo, nuestra Diputación y nuestra Generalitat Valenciana el próximo 28 de mayo. Y en diciembre, previsiblemente, las urnas nos vuelvan a llamar para elegir un nuevo gobierno para España. En nuestra mano está el futuro. ¡Feliz Año!