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viernes, 19 de abril de 2024 | Última actualización: 10:07

La Guardería de Sant Vicente Ferrer vuelve a echar el cierre mientras el PP pide ayudas municipales

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Cáritas gestiona el centro desde hace 16 años, dirigido a familias en riesgo de exclusión social

La Guardería de Sant Vicente Ferrer, conocida también como Guardería de Bancaja, vuelve a echar el cierre por falta de recursos. Así lo ha denunciado la portavoz del Grupo Municipal Popular, que pide al equipo de Gobierno que destine recursos para evitarlo. La antigua Guardería de ‘Bancaja’ cerró en 2001. Hace 16 años Cáritas se hizo cargo de ella para atender a familias con falta de recursos y en riesgo de exclusión.

Castellón Información

Juan Manuel Aragonés, director gerente de Cáritas Interparroquial comentaba en una entrevista concedida a Laura Calles, de Castellón Información, que la pobreza tiene cara de mujer. Mujer porque son ellas las que se ocupan de la familia, las que necesitan que se les de soluciones para poder incorporarse al mercado laboral… las que necesitan quien cuide de sus hijos para poder acceder a ese difícil equilibrio de la igualdad.

El cierrre de la Guardería de Sant Vicente Ferrer vuelve a poner cara de mujer a la pobreza y a la falta de recursos. Y es que esta Guardería, ha sido gestionada por Cáritas durante los últimos 16 años, y ahora vuelve a echar el cierre por falta de recursos.

La portavoz del Grupo Municipal Popular, Begoña Carrasco, denunciaba esta situación y acusaba al equipo de Gobierno de no haber puesto nada de su parte para mantenerla.

Según la portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Castellón, Begoña Carrasco, lamenta “el absoluto pasotismo” que está manteniendo la alcaldesa de la ciudad, Amparo Marco, y el conjunto de su equipo de Gobierno, ante el anuncio oficial de cierre de la Escuela Infantil San Vicente Ferrer de la Fundación Caja Castellón, que lleva gestionando Cáritas Interparroquial desde hace 16 años. “PSPV y Compromís presumen de compromiso social, de ser un gobierno para las personas, pero una vez más se les cae la careta y quedan en evidencia, puesto que no solo se están quedando al margen en el cierre de un servicio que es fundamental, sino que además tiene el agravante de que estamos hablando de niños de familias con riesgo de exclusión social”, critica Carrasco.

La portavoz popular advierte que viene manteniendo contactos con Cáritas Interparroquial y la plantilla de personas que prestan el servicio. “Los trabajadores de la Escuela Infantil ya han recibido la comunicación oficial verbal de que la Fundación Bancaja no va a renovar el convenio con Cáritas y, por tanto, de que cesan en su puesto de trabajo. Las evidencias de que el servicio se va a dejar de prestar a los castellonenses que lo necesitan, los que peor lo están pasando, es más que un hecho”, indica. De este centro dependen 52 menores de 0 a 3 años, quienes proceden de familias con escasos recursos económicos.

La concejal culpa del cierre al equipo de Gobierno por no haber sabido mediar a tiempo, y prestado auxilio a la guardería: “El bipartito del Ayuntamiento de Castellón juega a la confusión. Dice que está a disposición de la Fundación Bancaja, con el fin de ayudarle a solucionar los problemas económicos que arrastra para dar continuidad al funcionamiento de la Escuela Infantil, pero también tenemos constancia de que este asunto no es nuevo, de que lleva muchos meses arrastrándose, y de que el concejal del área de Servicios Sociales ha dado largas para no abordar el problema. Una vez más, los titulares y las grandes declaraciones van por un lado, y su inacción política por otro lado”, declara Begoña Carrasco.

El Grupo Municipal Popular, indicaba Carrasco, ya preguntó el pasado lunes al gobierno municipal, en Comisión Informativa, por la delicada situación de esta guardería que lleva varios días publicándose en prensa.

“La resolución de este asunto es una cuestión que depende exclusivamente de voluntad política. El Ayuntamiento presume de que tiene recursos disponibles, e incluso puede recurrir a los 300.000 euros que tiene asignados de la Diputación a través del Plan 135 para utilizarlos como gasto corriente y solventar esta situación. Exigimos una respuesta inmediata de quienes gobiernan en el Ayuntamiento y no demorar más la incertidumbre generada a las trabajadoras y a las familias que dependen de ella”, remarca Carrasco.

“Estamos acostumbrados a este tipo de situaciones. Tenemos un equipo de gobierno al que le gusta hacer grandes anuncios y que se autocalifican con muchas etiquetas que suenan muy bien, pero que luego no hace nada. Lo hemos visto en el caso cuando se autodenominan ‘Ciudad libre de desahucios’, ámbito en el que no han conseguido ni un solo avance, y lo vemos ahora también en el caso de la Escuela Infantil San Vicente Ferrer. Detrás de sus buenas palabras no hay nada. El balance de su gestión es desolador”, concluye Begoña Carrasco.

Guarderia Bancaja 2001 El Pais

Este sería el segundo cierre de la Guardería de Bancaja…

En 2001, y como se ve en la fotografía del artículo que publicó El País el 23 de junio de ese año, se cerraba la única guardería municipal que tenía Castellón. Y fue traumático para muchas familias.

Posteriormente, Cáritas llegó a un acuerdo con Bancaja y puso en funcionamiento nuevamente esa guardería… de eso hace 16 años, y así lo recogía la entidad en su web:

Guarderia Bancaja CAritas

Cáritas Interparroquial de Castellón pone en marcha el Centro de Acogida San Vicente Ferrer

“Cáritas Interparroquial de Castellón ha puesto en marcha recientemente el Centro de Acogida San Vicente Ferrer, que con una capacidad para 12 madres y sus hijos, está dirigida a mujeres embarazadas que han optado por no abortar y por tanto, traer al mundo a sus retoños a pesar de encontrarse en situaciones difíciles que incluyen riesgo de exclusión social.

Financiado en su integridad por la Fundación Caja Castellón-Bancaja, el centro es regentado por las Siervas de la Pasión, orden religiosa que tiene el carisma de la vida y que dirige hace muchos años la Casa Cuna de Valencia, Santa Isabel.

El nuevo centro, ubicado en la avenida Gran Vía Tárrega Monteblanco se encuentra anexo a la Guardería San Vicente Ferrer y al proyecto educativo y de apoyo escolar Sambori, gestionados ambos también por Cáritas Interparrroquial. Se trata de una sólida construcción en planta baja con amplios ventanales y rodeada de jardín, que dispone de calefacción central y habitaciones tanto individuales como dobles para las madres y sus hijos , con baño incorporado, armario y cunita. Existe también una zona común en la que se encuentra el comedor –donde se ha instalado una cocina para las clases de cocina- y las aulas formativas.

El periodo máximo de estancia en el Centro de Acogida San Vicente Ferrer oscila entre seis meses y un año. Intervalo de tiempo en el que se intenta preparar a las mujeres con hijo a su cargo para su inserción laboral y social. Una de las labores que primero se les enseña incide en el aprendizaje de los hábitos de limpieza tanto personal como de los niños al tiempo que se hace hincapié en las diferentes formas de llevar una casa. En este sentido, la hermana Julita Díez, comenta que “al tratarse de chicas que en muchos casos vienen de la calle o inmigrantes que llegaron en pateras es necesario enseñarles lo más básico para que se puedan valer por sí mismas, siendo la higiene un factor fundamental”.

También se hace eco de que uno de los mayores obstáculos con los que se encuentran estas madres es con el cumplimiento de horarios del centro, puesto que “están acostumbradas a vivir con mucha libertad”. Respecto al hecho de si existen problemas en relación a la creencia religiosa de las mujeres que llegan al centro, la hermana Díez indicó que “en absoluto, puesto que nosotras atendemos a todas las mujeres que han optado por no abortar, independientemente de sus creencias. Nosotros respetamos sus credos al igual que ellas respetan el nuestro”, recalcó.

Bloques formativos

En el Centro además de las tres religiosas de la Orden Siervas de la Pasión, contratadas por Cáritas, también trabajan una asistente social, una psicóloga y una educadora. Los servicios que prestan giran en torno al apoyo psicológico y formativo a base de talleres en diferentes áreas para dotar a las mujeres de recursos personales y laborales para su inserción.

Los bloques formativos son nueve: crecimiento personal, educación infantil, área de embarazo, parto y post-parto, gestión doméstica: economía, reorganización de espacio y tiempo; bloque de salud e higiene, nutrición y cocina económica, salud mental, convivencia comunitaria y ocio (aerobic, relajación, manualidades, etc...).

Los criterios de admisión residen en varios apartados: mujeres embarazadas o con niños menores de 2 años que estén en situaciones tales como las de ser víctimas de la violencia doméstica, exclusión social determinada por –falta de recursos mínimos y vivienda, ausencia de apoyo familiar, insuficiencia de habilidades maternales así como encontrarse en situaciones de conflicto familiar. La forma de ingreso viene dada por derivación de los servicios sociales municipales, las parroquias o cualquier entidad de acción social mediante un informe que valore la conveniencia de su ingreso.

El hecho de que el centro se encuentre anexo tanto a la escuela infantil como al proyecto educativo “Sambori”, favorece enormemente la disponibilidad de las mujeres para asistir a sus propias clases formativas. Estas tres iniciativas, que ocupan una superficie de casi diez mil metros, constituyen uno de los más sólidos programas destinados a la infancia y por consiguiente al núcleo familiar.

Origen del proyecto

El centro de Acogida San Vicente Ferrer tiene su origen en una idea lanzada, hace casi tres años, desde el Centro de Orientación Familiar que buscaba un proyecto de apoyo y colaboración. Con este objetivo se dirigió a Cáritas “que lo acogió con ilusión, y como algo necesario que podría hacer mucho bien”, indica Mercedes García, directora de Cáritas Interparroquial de Castellón. Tras un periodo de búsqueda se contactó con diversas instituciones interesadas con la iniciativa hasta encontrar el respaldo total de la Fundación Caja Castellón-Bancaja. A esta serie de soportes se sumó el obispo de entonces, Juan Antonio Reig Pla, que lo tomó como un proyecto personal, buscando una comunidad que se pudiera hacer cargo. Así se contactó con las Siervas de la Pasión, que ya realizaban un apostolado similar en Valencia.

La inauguración del centro contó con la presencia del obispo de la diócesis, Casimiro López; su antecesor en el cargo, y actualmente obispo de Cartagena-Murcia, Juan Antonio Reig; el presidente de la Fundación Caja Castellón-Bancaja, Antonio Tirado; la directora general de La Mujer, Clara Abellán; la directora territorial de la conselleria de Bienestar Social, Rosario Vicent; la concejala del ramo, Carmen Amorós, y la directora de Cáritas Interparrroquial, Mercedes García, entre otras personalidades…”