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jueves, 28 de marzo de 2024 | Última actualización: 19:48

La asociación Moviendo el Arte de Ludiente celebra las segundas Jornadas del Pan

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Bajo el lema ‘130 años de historia’, este proyecto busca poner en valor la memoria del Horno de Pan Cocer de la localidad

La asociación Moviendo el Arte de Ludiente celebra este fin de semana las segundas Jornadas del Pan, que bajo el lema ‘130 años de historia’, busca poner en valor la memoria del Horno de Pan Cocer de Ludiente.

Es un proyecto que comenzó en 2021 con la recuperación como espacio cultural del antiguo horno moruno del pueblo. Gracias a una serie de entrevistas y a la recopilación de documentación e imágenes aportadas por los vecinos, la asociación ha recuperado una parte importante del pasado de Ludiente, que este viernes será presentado ante todos los vecinos.

El Horno de Pan Cocer se creó en 1886, por un movimiento asociativo vecinal por el bien común, para cubrir una necesidad esencial, cocer el pan, un alimento fundamental. Unas 60 familias crearon una sociedad y levantaron un horno que funcionó durante más de un siglo de forma comunitaria.

Eran años difíciles en los que la población no disponía de dinero, pero donde todas las etapas de la elaboración del pan (plantar, trillar, moler, masar y cocer) se realizaban en el pueblo a través de una rueda de subsistencia de forma que la comida quedaba garantizada sin manejo de dinero. La gente que tenía tierras plantaba trigo y los que no, lo conseguían a cambio de jornales. Igual ocurría en los molinos del pueblo, pagándose la molienda con sacos o talegas de harina. Y finalmente y gracias al horno comunitario, se cocía el pan a cambio de una pequeña parte de la masa.

El Horno en Ludiente fue un espacio reservado para las mujeres, que fueron las que siempre se encargaron de hacer de horneras. Los hombres de la familia traían la leña, llenaban el horno y de madrugada lo encendían. Por la mañana, cuando se barría la ceniza para dejar el horno listo para cocer, eran las mujeres las encargadas de introducir el pan en el horno vigilar la cocción y extaerlo una vez cocido. Era un trabajo duro ya que el horno era muy grande.

También eran las mujeres las encargadas de hacer el pan para toda la familia. En todas las casas había una artesa donde se elaboraba la masa, que se fermentaba con la masa madre guardada del día anterior. La masa envuelta en los mandiles, se colocaba en las cestas y se llevaba al horno, donde se cocía a cambio de una pequeña cantidad de masa llamada la poya que se pagaba a la hornera. Así, se podía tener pan sin necesidad de dinero.

El horno de Ludiente y su modelo de funcionamiento fue un ejemplo de colaboración, que nos enseña como en los momentos duros la unión es necesaria para salir de las situaciones difíciles. El horno de pan cocer, sacó lo mejor de nuestras gentes, y por ello representa un ejemplo claro de cooperación vecinal.