Dos candidaturas para unas elecciones y un abandono antes de finalizar la legislatura ¿Qué pasará con Ciudadanos?
La hasta ahora concejal de Ciudadanos, Paula Archelós ha sido la última pieza en caer del dominó de CS en Castelló, arrastrada por las decisiones de Inés Arrimadas de guardarle las espaldas al PSOE. La renuncia al grupo se ha producido ya pero la formalización culminará en el pleno ordinario del próximo jueves. Pero la crisis en CS había comenzado mucho antes, cuando se presentaron dos listas municipales a poco de cerrar la presentación de candidaturas. ¿Desaparecerá CS en las próximas elecciones?
Esperanza Molina / Castellón Información
Tal como ha indicado Castellón Información , Castelló ha tenido dos tránsfugas y medio e n la historia democrática desde 1979. El trásfuga olvidado por ‘los ahora antiguos’ del ayuntamiento, se produjo entre 1990 y 1991, con la salida de Francisco Caparrós del PSOE y del Grupo Socialista, para formar un partido nuevo.
La segunda fue la protagonizada por Juan María Calles, ante el “acoso y derribo” al que, según dijo, le había sometido Amparo Marco. Fue en 2014, y también en el Grupo socialista.
La tercera, se produce ahora con Paula Archelós, adscrita inicialmente a Ciudadanos.
Pero para llegar a este punto cabría iniciar este relato en lo que sucedió antes de las elecciones municipales de 2015, en medio de una crisis económica solo comparable a la de los famosos años 30 del siglo XIX… ¡Quien hubiera pensado que solo 5 años después sería diluida por la provocada de la pandemia!.
La crisis de 2010 que se comparó a la de los años 30 del siglo XX
La crisis del final de la década del 2000 fue lo nunca visto en Castellón. Cierre de empresas, paro, desahucios, pobreza, miseria y una sensación de traición generalizada hizo surgir un nuevo movimiento político, el de los antisistema, cuya antorcha recogió Podem, de Pablo Iglesias. Un movimiento asambleario, organizado por círculos que agrupó a derechas e izquierdas.
Los ‘desheredados’ de aquella sociedad, jóvenes sin empleo, parados, deshauciados y ‘iaioflautas’ convergieron para alzarse contra el sistema político que los había apartado. No cabe equivocarse, no era un resurgimiento de las izquierdas, era una manifestación contra el orden establecido que no los había respaldado en su desgracia.
Al amparo del fracaso del bipartidismo PSOE-PP, surgían nuevos grupos políticos. La antorcha del intento de UPyD, Unión, progreso y Democracia, liderado por Rosa Díez, también se dejó los esfuerzos en el intento.
Eso, y los movimientos independentista en Cataluña, alzaron al grupo político, Ciudatans, que ya tenía una fuerte presencia en Cataluña y que ahora daba el salto a la política nacional: Ciudadanos, con Albert Ribera al frente.
Elecciones municipales de 2015, la izquierda arrebata la alcaldía al PP
Con todos estos mimbres, el que había tenido que apretar cinturones y recortar gastos ‘a saco’ en Castelló, las elecciones municipales 2015 (legislatura 2015-2019) arrojaron el presente resultado: PP, encabezado por Alfonso Bataller, sacaba 8 ediles, perdía 7 concejales y la mayoría absoluta. Era el más votado, pero eso no fue suficiente. PSOE, más que quemado por todas las luchas internas, elegía en primarias, ‘por lo justito’, a Amparo Marco, que obtenía 7 concejales, perdía 2 con respecto al 2011. Ciudadanos, de nueva creación nacional, liderado por Cristina Gabarda, entraba en el ayuntamiento con 4 concejales. Compromís obtenía el mejor resultado de su historia y conseguía 4 concejales, liderado por Enric Nomdedéu. Y Castelló en Moviment, marca local de Podem, también aseguraba su presencia con 4 concejales; su portavoz era Xavi del Señor.
Y las matemáticas consiguieron el resto. La suma de PSOE, Compromís y Castelló en Moviment era indiscutible. De aquí surgió el Pacto del Grau, una alianza de izquierda que desembarcaba al PP de la alcaldía. PSOE y Compromís constituían gobierno con el apoyo CSeM, desde la oposición.
Así pues, gobernaba PSOE con Compromís en minoría, frente a una oposición de 4 ediles afines, y 12 de centro-derecha. Amparo Marco fue proclamada alcaldesa, la primera mujer en ocupar este puesto en el Ayuntamiento de Castelló. Se producía el cambio.
La renuncia de Bataller
Pero para acabar de contar bien el cuento, cabe hacer mención a otro tema: el popular Alfonso Bataller, con mayoría pero sin posibilidad de gobernar, renunciaba a su puesto y a su acta de concejal después de que saliera a la luz que, el Ayuntamiento de Castellón era uno de los consistorios investigados por la Guardia Civil en la Operación Púnica, de dimensiones nacionales. Después de la pesadilla de la Gürtel, Bataller no pudo aguantar más, renunció a su acta, al partido y abandonó la política activa. En su lugar el PP elegía a Begoña Carrasco como portavoz municipal.
Una legislatura 'movidita'
Durante esta legislatura se dieron situaciones muy interesantes. Las presiones de CseM desde la izquierda tambaleaban periódicamente al equipo de gobierno de Amparo Marco. A petición de CseM se abrió una Comisión de Investigación, nunca antes pensada contra el món de la festa, que se centró en el PP y en el presidente de la Junta, López.

Por otra parte, Enric Nomdedéu renunció también a su acta de concejal y a su puesto de vicealalcalde al ser nombrado secretario autonómico de empleo. Lo reemplazó Ignasi Garcia
Compromís atacó directamente a las asociaciones vecinales y rebotó el gallinero. Luego, pasado el primer impulso optó por ignorarlas en lo posible. El nuevo equipo de gobierno con el apoyo de CseM modificó las bases del PGOU que había comenzado a tener el PP en la anterior legislatura con los foros de urbanismo. Una de las consecuencias era la modificación en la calificación de diferentes zonas de la ciudad, entre ellas en la Marjalería.
Y La Cruz del Ribalta comenzó a ser objeto del acoso y derribo con una iniciativa directa de Compromís. Mientras, se sucedían denuncias y sentencias, como la que afectaba a la zona ZAS y a las tascas.
En lo positivo, el Ayuntamiento de Castelló abrió la puerta de los fondos europeos, con un reconocimiento en inversiones de 20 millones de euros, la mitad cofinanciados por Europa para inversiones; y adquirió la totalidad del Cuartel Tetuán XIV.
Pero, paralelamente, se frustraron otros objetivos. Se había pactado con la Generalitat la cesión del edificio de Borrull, como nuevo Ayuntamiento. La petición de de la Conselleria de Políticas Inclusivas para el uso de este inmueble frustró la operación…
También se había acordado la construcción de una residencia de Tercera edad pública, y se planteaba la remodelación integral del camí Caminás, así como la obtención de la Declaración de Impacto Ambiental para acelerar el Plan General… Los desencuentros entre el ayuntamiento y las consellerias de Compromís fueron letales. Castelló hubo de redestinar los fondos del Caminás al Camí de La Plana, para no perder la ayuda europea; La Residencia de Tercera Edad sigue aún hoy sin proyecto; y el Caminás… Castelló hubo de pagar tasas a Conselleria con el enorme descontento y las protestas de la primera edil de Castelló, Amparo Marco.
Víctimas del Código de Buen Gobierno
Por otra parte, aquel famoso Código de Buen Gobierno, creado para formar la dimisión de Bataller, aprobado en 2015, pasaba factura a Compromís, y más concretamente a la vicealcaldesa Ali Brancal, investigada formalmente por el denominado 'caso de los sobres'. Un proceso que todavía se encuentra en instrucción por el que se acusa a Ali Brancal y a Nondedéu por malversación de caudales públicos al utilizar el correo municipal para enviar candidatura y papeletas en las elecciones europeas de 2014.
En lo que concierne a Ciudadanos, como grupo municipal, ni empezó con buen pie, ni acabó de la mejor manera. Cuando comenzó la legislatura ya hubo enfrentamientos internos y una de las concejalas electas renunciaba a su acta. durante la legislatura fue el concejal Zamora el que abandonó el grupo, porque tenía que dedicarse a su actividad privada. Aunque lo peor llegó cuando se plantearon las municipales de 2019
Moción de censura, cae Rajoy y Pedro Sánchez es proclamado presidente
Con todo esto, en el ámbito nacional Ciudadanos disfrutaba de sus logros electorales, tanto nacionales como autonómicos y locales. La estrella de Alberto Ribera brillaba con fuerza mientras el PP pasaba las de Caín. Una moción de censura encabezada por el PSOE, al mando de Pedro Sánchez desmontaba a Mariano Rajoy en junio de 2018. El líder socialista fue investido presidente. El PP se desmoronaba y elegía en primarias a Pablo Casado.
Aunque Sánchez había prometido elecciones inmediatas, no las planteó hasta certificar que le resultaba imposible sacar adelante sus presupuestos. Fueron convocadas en abril de 2019. El PSOE obtenía la mayoría, pero sin escaños suficientes para gobernar. El PP caía y Ciudadanos se reforzaba como la nueva alternativa de centro-derecha. Vox asomaba tímidamente en escena.
Ciudadanos se resquebraja en Castelló
Si en abril los españoles tuvieron que asistir a las urnas para las Nacionales, en mayo tuvieron que volver a votar en las municipales y los valencianos en las autonómicas.
En Castelló, Ciudadanos comenzaba a hacer aguas por todas partes y se resquebrajaba a marchas forzadas.
Dos candidaturas para Castelló
La más sonada se produjo en el momento de registrar la candidatura. Toni Cantó, como dirigente autonómico del partido imponía su lista, encabezada por el neurólogo Jesús Merino. Los ‘Ciudadanos’ de Castellón protestaron el intervencionismo de Valencia y montaron su propia candidatura con el ginecólogo Alejandro Marín-Buck como líder.
El último día y a última hora, Jesús Merino no pudo registrar la candidatura que le habían aprobado Madrid y Valencia. La representante legal de Ciudadanos en Castelló, registró otra lista, la de Alejandro Marín-Buck, donde figuraba en los primeros puestos la ex concejala de Benicàsim, Paula Archelós. La anterior portavoz, Cristina Gabarda estaba inscrita en la candidatura de Toni Cantó como representante autonómica de Castelló.
La campanada de Ciudadanos fue total. El juzgado registró a Marín-Buck y sus seguidores, candidatura oficial de CS de Castelló. Y tanto en Castelló, como en Burriana, que había sucedido algo similar, los ‘rechazados’ interpusieron una denuncia que acabaría siendo desestimada.
Elecciones autonómicas y municipales 2019. Legislatura 2019-2023)
En las elecciones autonómicas, en Valencia se reeditaba el gobierno del Botánico, un pacto a tres, esta vez con la participación de Podem.
En Castelló, el PSOE de Amparo Marco, ya candidata natural y sin primarias de por medio, obtenía 10 concejales. Era la candidatura más votada. Los socialistas comenzaban a recobrar el terreno perdido y ‘prestado’ a Compromís, que recortaba un concejal (3) y a CseM, que ahora, como Confluencia, obtenía 2. Cabe recordar que ninguno de los concejales de CseM fueron en lista, contrarios a las primarias que planteaba Podem. El PP perdía un concejal y se quedaba con 7 y, milagrosamente, Ciudadanos se mantenía con 4.
El no de Albert Ribera precipita la caída de Ciudadanos
Mientras Castelló estrenaba un nuevo acuerdo de gobierno entre PSOE, Compromís y Confluencia (Podem-CseM-EU), el Acuerdo de Fadrell; el país afrontaba el verano sin un gobierno firme resultante de las elecciones nacionales de abril.
Todas las esperanzas estaban puestas en un pacto PSOE-Ciudadanos, (Sánchez Ribera), para la consecución de un gobierno de centro -izquierda. Pero Albert Ribera se negó en redondo. Había prometido durante la legislatura que no lo haría y se mantuvo firme. Y Sánchez rechazó pactar con Podem, de Pablo Iglesias ,y dijo aquello de “yo no podría dormir tranquilo” con Pablo Iglesias y Podem como compañero de Gobierno.
Y así se convocaron nuevas elecciones generales en noviembre de 2019. Si Sánchez lo había tenido una oportunidad con Ciudadanos en abril, en noviembre esta alternativa se diluyó. Los votantes no perdonaron a Albert Ribera y el partido se estrelló estrepitosamente. Poden perdía votos, el PP comenzaba a recobrarse y VOX dejaba huella. Hubo quien apostó por un gran pacto político PSOE-PP para evitar la entrada de Podem en el Gobierno, pero ni Sánchez ni casado estaban por la labor. Y aquí Pedro Sánchez firmó el pacto de Gobierno con Podem, entre abrazos y promesas de amor eterno.
Ribera renuncia, Arrimadas da un giro a la izquierda y Ciudadanos... ¿desaparece?
Albert Ribera plantó cara al desastre electoral y dejó la política. Su sucesión sembró polémicas, Inés Arrimadas nunca llegó a ser reconocida como líder de la agrupación naranja par todos sus militantes. Menos aún, cuando pactó con Pedro Sánchez para sacar adelante los presupuestos.
El giro de CS a izquierdas cayó como un jarro de agua fría entre los suyos, que comenzaron a abandonar la agrupación. Pero la puntilla se producía el pasado mes de enero, cuando se anunciaba una moción de censura en el gobierno autonómico de Murcia. El pacto PSOE-Ciudadanos de Murcia fue recibido por el PP como una traición que compartieron muchos de los naturales de CS. Madrid convocaba elecciones autonómicas, mientras Castilla y León y la Junta de Andalucía llamaban a filas a los suyos y a consultas a los diputados naranja para asegurar sus pactos de gobierno.
En la Comunitat Valenciana, Toni Cantó discrepaba abiertamente de la política de Arrimadas, y tras asistir a una ejecutiva en Madrid abandonaba el partido. Otros compañeros siguieron su ejemplo.
El 13 de mayo lo hacían también algunos de los diputados autonómicos. Y la ola de dimisiones llegó a la provincia de Castelló. La concejal de Borriana de CS, y Paula Archelós, de Castelló, también renunciaban a su pertenencia a Ciudadanos. En Borriana CS pierde a la única representante que tenía. En Castelló, Paula Archelós deja el Grupo con 3 concejales y se constituye como concejal independiente.
Es el tercer caso de transfuguismo en la historia de los ayuntamientos democráticos de Castelló desde 1979.
Los derechos de Paula Archelós
Una vez que Paula Archelós comunicó su decisión a su grupo y a la alcaldesa de Castelló, un informe técnico determinó cómo debería ser el tratamiento, derechos y deberes de la nueva concejal independiente. En lo fundamental, la situación de Paula Archelós será muy similar a la de Juan María Calles, en la legislatura 2011-15 tras abandonar el PSOE.
No perderá el tratamiento que le corresponde como concejal de Castelló. Pero no podrá percibir un suelo mayor del que tenía como concejal adscrita al grupo al que pertenecías. Es decir, que cobrará como una concejal rasa. Y no constituirá grupo propio por lo que no podrá tener los derechos que corresponden a los grupos políticos: No podrá participar en la Junta de Portavoces, ni asesor ni despacho propio


















































































