Noticias Castellón
jueves, 17 de julio de 2025 | Última actualización: 21:40

Corrupción: la herida abierta de nuestra democracia

Tiempo de Lectura: 1 minutos, 55 segundos

Noticias Relacionadas


La corrupción no es un escándalo aislado ni un desafortunado accidente institucional. Es una amenaza persistente contra el buen funcionamiento de la democracia. Los hechos que hemos conocido sobre Santos Cerdán generan desafección. La ciudadanía acaba percibiendo la política, como un juego de intereses ajeno a sus problemas cotidianos.
Cerdán ha sido durante los últimos años, nada más y nada menos, que secretario de Organización del PSOE, cargo en el que llueve sobre mojado, pues el anterior fue Ábalos. La concatenación de esta secuencia en la organización del PSOE hace que el gobierno penda de un hilo. No es para menos. La corrupción en el PP propició la moción de censura de 2018, con la que Sánchez finiquitó el gobierno de Rajoy.

Hoy la corrupción es la excusa para lanzarse reproches mutuos desde la tribuna. Mientras los casos se multiplican y la sensación de impunidad se consolida, unos por otros y la casa sin barrer.

Necesitamos penas ejemplares que disuadan a los políticos de las corruptelas. Y, en este sentido, una justicia más ágil. Hay que dotar de más recursos a la Administración de Justicia en la lucha contra la corrupción. Y podría ser oportuno, tener juzgados específicos.
Y hay otra pata de la corrupción que no podemos ignorar: la de los corruptores. Porque donde hay un político corrupto, hubo una empresa dispuesta a pagar por su favor. Grandes empresas que son contratistas de nuestra obra pública.

Para mi, no bastan las sanciones con multas. Hay que impedir que las empresas que corrompen, contraten con la Administración. El sector privado también debe asumir su parte de responsabilidad. La solución pasa por todas las dimensiones del problema. Mientras la corrupción sea rentable seguirá existiendo.

Y esto no quiere ser una simple queja, queremos soluciones. Y las hay: penas ejemplares para los cargos que traicionan la confianza pública y sanciones efectivas para las empresas que compran favores.

No hay nada fácil, la lucha contra la corrupción tampoco, pero se pueden dar pasos decididos. Los políticos honestos queremos recuperar la reputación de nuestra democracia. Pero no se recuperará con resignación, sino con acciones.