La próxima edición se celebrará en Feria Valencia entre el 20 y el 24 de febrero de 2017
La 34ª edición de Cevisama cierra hoy sus puertas en Feria Valencia. El sector económico más potente de la provincia de Castellón ‘vuelve a casa’ y con él, los periodistas que han trasladado sus equipos para dar cumplida información de todos los detalles, todas las presentaciones, ruedas de prensa, oferta de productos y presentación de novedades. La próxima edición ya está señalada en el tiempo, será entre el 20 y 24 de febrero de 2017. En la capital de la Plana, la cerámica sigue ruta con la celebración de Qualicer la próxima semana.
Esperanza Molina/Castellón Información
En 1982 se creaba la Feria Cevisama que representaba al sector económico más potente, el azulejero, representado fundamentalmente por los empresarios de la provincia de Castellón. Se organizaba en Feria Valencia, donde ha continuado a través de los años pese a las múltiples polémicas que cada año presentaban la misma preguntan ¿Por qué no hacerlo en Castellón?
Detrás del esfuerzo de los empresarios y sus trabajadores, arropados por las instituciones para presentar lo mejor del sector en esta feria del azulejo español, también se encuentra otro sector no menos importante, el de los periodistas.
Los primeros producen, exponen y realizan su actividad de negocio con sus clientes, intentando captar nuevos destinatarios de los productos. Las instituciones aprovechan la oportunidad para presentar sus múltiples facetas de apoyo a los empresarios: programas, políticas, planes, herramientas de difusión y divulgación.
En el colectivo profesional de los medios de comunicación, destacan los comunicadores profesionales, unos más que otros, pero sobre todo, la labor previa de los comerciales de los medios, para que la inversión sea rentable a corto y medio plazo, y de los periodistas para lograr el objetivo que los primeros ya han pactado de antemano. Son ‘El equipo Cevisama’.
El ‘Equipo Cevisama’
Cevisama ha sido un reto para cualquier medio de comunicación de Castellón, fundamentalmente los periódicos, y hoy por hoy, lo continua siendo.
Hay historias que no han cambiado: la composición del
‘Equipo Cevisama’, que fechas antes ya trabaja a destajo para la elaboración del ‘extra’ de la feria.
Y luego, la cobertura del certamen. De buena mañana el equipo se pone en camino hacia Valencia. Unos medios tienen stand propio, como es el caso de Mediterráneo; otros trabajan en la sala de prensa. Pero todos ellos pasarán el día a la carrera, cubriendo eventos, presentaciones, hablando con los representantes de las empresas que han comprometido publicidad con los comerciales de sus medios…
Y luego toca elaborar el producto para sacarlo a la calle.
La mecánica general sigue siendo parecida, pero los medios y la tecnología ha cambiado mucho.
Los datos registrados por Castellón Información se remiten, fundamentalmente, a la experiencia de algunos de sus profesionales en medios como Castellón Diario.
Anécdotas de una periodista novata en Cevisama
En 1987, Castellón Diario era ‘el segundo’ periódico de Castellón. Solo había dos, el otro era Mediterráneo. Había sido fundado por empresarios, la mayoría de ellos relacionados con la cerámica. Cevisama era, por tanto, una pieza fundamental en su mecanismo y en su entrada de recursos a través de la publicidad.
Castellón Diario contaba con un estand físico en Cevisama, que servía como punto de referencia. Corto de plantilla, como la mayoría de los medios de ahora, la cercanía de Cevisama obligó a buscar ‘colaboradores’ para sacar adelante el número extraordinario que precedía a la feria; y luego, para cubrir día a día la evolución del certamen. Nadie preguntaba al colaborador cuando se le contrataba: “¿sabes lo que es un azulejo?”
La culpa fue del … de la tecnología… y de las prisas
Castellón Diario había nacido a la sombra de la última revolución tecnología de la época, la foto composición.
Los textos se realizaban con máquinas de escribir y los contenidos eran corregidos a mano una y otra vez sobre la letra impresa. La maquetación se realizaba también sobre el papel, con la ayuda de los tipómetros para medir el tamaño del cuerpo de la letra y los titulares, y poder calcular el número de caracteres para un espacio determinado. Unas veces con el texto se ajustaba la página, y otras, el procedimiento era a la inversa: primero dibujar el espacio, calcular los caracteres para luego escribir la noticia. Con el mismo criterio, se seleccionaban las fotos. No había ordenadores en redacción e internet solo era una quimera de Star Trek
Una vez escrito, el texto iba a talleres, donde ‘los teclistas’ los ‘picaban’ (copiaban) en un ordenador que imprimía en papel fotográfico.
El paso siguiente era de completa artesanía. El montador cortaba y pegaba hasta encajar en un marco todas las piezas al tamaño real de la página y en orden al dibujo de la maqueta; textos e imágenes. Posteriormente se sacaba un negativo (fotolito) del papel fotográfico. Se ordenaban los fotolitos de las páginas en orden al resultado final de la numeración, y se componían de cuatro en cuatro. Y con ello se grababa la plancha de metal para ajustarla al rodillo de la rotativa. Cada cuerpo de la rotativa imprimía cuatro hojas por las dos caras; o lo que es lo mismo, ocho páginas. El tratamiento de estas planchas permitía que el texto y las imágenes grabadas en ellas absorbieran la tinta y por tanto imprimieran al paso del papel.
Montadas las planchas en los cilindros, las bobinas de papel, equilibrado el tratamiento, la tinta, la velocidad… el ‘aparatejo’ se ponía en marcha y se producía el milagro de la elaboración del periódico.
La elaboración del suplemento de Cevisama era ya complejo, porque había que hacerlo al mismo tiempo que se trabajaba el periódico del día, sin horas. Los suplementos diarios de la cobertura de la feria eran todavía más estresantes. El ‘Equipo Cevisama’, integrado por redactores, comerciales y fotógrafos pasaba el día en la Feria, y cuando retornaba al periódico, a última hora de la tarde, debía hacer el suplemento: escribir los textos, revelar las fotografías, maquetar las páginas… No había horas porque, además, la rotativa imprimía primero el diario y luego el suplemento. Y la rotativa estaba en casa.
Para avanzar, mientras el ‘Equipo Cevisama’ estaba en la Feria, en el periódico se adelantaban algunas páginas con los comentarios, artículos de opinión, reportajes que se habían realizado de antemano.
Porque… comer en Cevisama…
Este fue el caso de lo que ocurrió en aquella feria. Uno de los temas elaborados y guardados era una entrevista al presidente de Inalco, Cotanda, sobre el sector azulejero. Escrito, corregido en papel y grapado, se guardó como material de apoyo.
El primer día de Feria se paga la novatada: querer llegar a todo, que no se escape nada… y un intento de comer en uno de los restaurantes… donde el tiempo se hizo eterno. De regreso al periódico el equipo instaba a la periodista novata: “escríbelo”, “que lo sepan”, “que no hay derecho”.
Y la periodista novata lo escribió. Empezaba más o menos así: … “Porque comer en Cevisama es como ir a la Seguridad social, que uno sabe cuándo llega pero no sabe cuándo le van a atender…”
Escrito el texto, se le pasó al director, entonces, Basilio Trilles, que todo comprensivo miró a la periodista y le dijo: “mira guapa, está muy bien, pero la feria la organizan los empresarios, la montan los empresarios y la pagan los empresarios… y la feria es Cevisama…”
En resumen y con buenas palabras: no.
El texto, en papel, quedó sobre la mesa. Se escribió el suplemento, se maquetó, pasó a montaje… y a las mil de la mañana, se recogieron todos los artículos sobrantes del día, los de recurso, los de adelanto… y se agruparon en un montón que se metió en un cajón, para el día siguiente.
A partir del segundo día, la feria se imbuye ya de la rutina. Los pasos son los mismos, pero cuando el ‘Equipo Cevisama’ llegaba al periódico ya había varias páginas pasadas a los teclistas y a composición.
Y el tercer día… cuando la periodista novata llegó a la feria, se encontró al presidente de Enalco delante del stand, cruzado de brazos con mirada de lobo; y a los otros compañeros con caras serias y circunspectas. Allí estaba pasando algo.
El Sr. Cotanda cogió el suplemento, miró a la periodista y le dijo: “Esto no es de recibo, yo no he dicho esto”
Y… efectivamente, allí estaba su entrevista, impecable. Se había maquetado y pasado a componer el día anterior, en el periódico, cuando el ‘Equipo Cevisama’ trabajaba en la feria. Pero en medio de la entrevista, en un recuadro, a modo de opinión personal de este señor se podía leer… “Porque comer en Cevisama es como ir a la Seguridad social…”
En esos momentos, un periodista quiere que se abra el suelo o poder esconderse debajo de una baldosa…
La bronca fue monumental…
Pero después este buen señor asomó una sonrisa y le dijo a la periodista novata: “mire, no me ponga más escusas porque yo ya me lo creo todo, mi hija es periodista.
Pero por favor, haga una rectificación que se sepa que eso no lo he escrito yo”.
Errores de interpretación del orgullo nacional
Otras de las anécdotas más significativas de aquella feria para la periodista novata, tuvo que ver con ‘un error de interpretación’.
En la entrevista realizada a uno de los comerciales de una empresa azulejera, aquel presumía que aunque el origen de la entidad era italiano, ellos se identificaban como un producto español con marca española. Y con lógica, la periodista quiso escribirlo así y habló de la empresa española. Pero se ve que las interpretaciones son, a veces, más personales de lo que uno piensa. Cuando aquel comercial leyó estas palabras en el periódico, protestó efusivamente a los comerciales del periódico. Su empresa era española, sí, pero ni llevaba a sus clientes a los toros ni les ofrecía paella (el texto no decía nada de eso).
Descubriendo nuevos procesos cerámicos
Y la tercera en la frente de aquella feria inolvidable de la periodista novata, sucedió por puro y duro desconocimiento del gremio y del sector. Los procesos de producción pasaban por la aplicación de dos técnicas: mono cocción: una cocción; bi cocción: dos cocciones.
Cuando uno de los empresarios entrevistados relató cómo trabajaban el producto sometiéndolo a una tercera cocción, la periodista novata no lo dudó y encabezó el siguiente párrafo con la palabra: “tri cocción”.
Luego supo, que ese procedimiento no existía.
Y ahí se acabó la experiencia. En 1988 el periodista Daniel Llorens cogió el relevo acertadamente al frente del ‘Equipo Cevisama’, y hubo muchas más ediciones en las que trabajaron muchos otros profesionales, entre ellos, el director de este periódico digital, Ximo Tirado o Pascual López Carda.
Treinta años después, Cevisama sigue siendo Cevisama, se sigue celebrando en Valencia, y los profesionales del periodismo se dejan la piel en la feria. Un homenaje a todos ellos por su trabajo.
