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miércoles, 15 de mayo de 2024 | Última actualización: 22:10

Los papeles de Ramírez

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Pascual Montoliu. Ha sigut capellà, professor d'antropologia i teologia, i tècnic comercial.

No me refiero a contabilidad extraña ni a documento alguno, sino a los diarios de Pedro Jota que, año tras año, no han seguido otro ideario que el de emular a su rival Cebrián. Cada cual se retrata a si mismo al escoger sus puntos de referencia. Con razón decía Unamuno que le envidia es hija de la superficialidad mental y de la pobreza espiritual. Los buenos periodistas deben ser esclavos de la realidad, cuya descripción intentan que sea objetiva, y se mantienen al margen de las luchas de poder y de negocios espurios.

La trayectoria de Pedro Jota, que en un momento dio el pego de periodista  de raza,  no ha soportado los embates de la profesión y ha terminado en el triste papel de trompetero de maquinadores y de agitador social, usando y abusando de las informaciones retenidas y administradas a dosis como si de aplicar un veneno se tratara, incluso con sádica actitud, con el único fin de infligir el mayor daño posible en la víctima, que no objeto, de sus crónicas. Lo hemos visto en esa cruzada de acoso y derribo de Rajoy, a las órdenes de quien él bien sabe y que todos identificamos con el míster X de Bárcenas.

Bárcenas y su trompetero mantienen en la penumbra al padre de toda la corrupción del PP que ha sido Aznar, y de la que Rajoy no es más que el desgraciado heredero. Impresentable parodia de amnesia cuando le preguntó el fiscal a quién correspondían las iniciales JM. ¿Jaime Mayor o José María Aznar? El gran denunciante no recuerda. Podrían ser ambos. Lo maquiavélico de la situación consiste en presumir el director de El Mundo de independencia informativa cuando está en el ajo de toda la trama mediática orquestada con sus amigos Aznar y Aguirre en un episodio trágico de la guerra intestina del PP.

En una sociedad democrática la prensa está llamada a ser el cuarto poder. No es nuestro caso, donde los medios, lejos de serlo, no son más que el instrumento de control de la opinión pública y de secuestro de la conciencia colectiva por parte de los poderes que se reparten el pastel mediático. Lo constatamos cada noche en los reality shows y tertulias manipuladas por las grandes cadenas. Hasta el mismo Parlamento será el próximo jueves obsceno escenario de un secuestro mediático, donde en un ejercicio hipócrita de la soberanía popular, no se reportará más canto que el del coro de grillos que cantan a la histeria alimentada por los medios desde el día en que Pedro Jota activó el explosivo suministrado por su amigo Catilina. Se perderán en sus ataques del “y tú más”, que es como perderse en las anécdotas del latrocinio, sin entrar en el fondo de la cuestión, que es la ausencia de democracia en los partidos políticos, y que es el origen de la corrupción

Da pena ver a todo un Parlamento secuestrado por los papeles de Ramírez. No sólo se secuestra con el caballo de Pavía ni el jeep de Tejero. Hay asaltos más sutiles. Lamentable que, con la que está cayendo, se dediquen sus señorías a tomarnos el pelo y a reírse de los ciudadanos con estas cuitas del latrocinio a expensas de la política. Moción de censura a todo el sistema, donde los partidos políticos sólo son las tan españolas partidas de bandoleros. De eso no hablarán el jueves.