Miguel Prim Tomás. Ex Parlamentario Nacional.
Iniciamos un nuevo año y el lector que nos honra con su ‘compañía’ al leernos puede que haya observado que no he comentado durante el 2016 el tema de la nuestra agricultura, y por ende de nuestra citricultura; y la ponemos en negrita pues ésta debe estar siempre en el candelero de los que nuestros citricultores desean sea mejora el sector.
Cuando años atrás las Agencia de Extensión Agraria tenían unos técnicos que, entre otras actividades, ayudaban a los agricultores a mejorar las técnicas de cultivo, estar en contacto con el Centro de Investigación Agraria (IVIA), promover la comercialización en común de la fruta, divulgar nuevas técnicas de riego o los Planteles de Extensión Agraria para la formación de jóvenes agricultores, algunos de los cuales adaptaron las nuevas técnicas del riego localizado, instalaban invernaderos para hortalizas o se integraban, pasado el tiempo, como dirigentes de cooperativas.
Todo ello lo hemos vivido sobre el terreno, y he de decir que los técnicos hemos disfrutado enseñando al agricultor y aprendiendo de él. Con la incorporación de España a la Unión Europea, las ayudas al agricultor por parte de la Política Agrícola Comunitaria (PAC) se canalizaron a través de las oficinas de Extensión Agraria y ello supuso dedicar mucho tiempo a desarrollar dicha temática, pero el contacto técnico con el agricultor se iba dejando hasta llegar a la actualidad, donde en éstas oficinas que se crearon para estar más cerca del agricultor se ha dejado parcialmente de desempeñar el papel de divulgador de técnicas a aplicar para reducir costos de producción, mejorar la comercialización, evitar el minifundio y la excesiva parcelación, como otras muchas cosas.
Venimos leyendo en los medios escritos de la Comunitat que técnicos de sindicatos agrarios como Fepac, La Unió o AVA, por citar algunos, y economistas han ido poniendo el ‘dedo en la llaga’ para que el citricultor reciba más atención por parte de las Administraciones, echando de menos el papel que antes llevaban a cabo los técnicos reseñados anteriormente. Y no solo en citricultura. Nuestra Provincia además es muy variada en frutales y hortalizas, además de cultivos de secano y ganadería.
Voy acabando estas líneas añadiendo la desolación que se nota en muchas comarcas por el abandono de cítricos, hortalizas y de jóvenes en el sector agrario y ganadero. Puede que se me tache de catastrofista, pero también me gustaría que se me explicara en que estoy equivocado, que medios se ponen y cuáles son esos para enderezar el barco.
Desde aquí podemos abrir un ‘Buzón de Sugerencias’ para dar por lo menos una pequeña esperanza al agricultor o ganadero que nos lea. Pues mucho me temo que 2017 será otro de los temas pendientes. Y eso que nuestras comarcas saben ser buenos agricultores o ganaderos. Lo han demostrado con creces.
