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miércoles, 15 de mayo de 2024 | Última actualización: 00:03

¿Con que Trump nos encontraremos?

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Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.

Tengo que empezar reconociendo que me he equivocado totalmente en mis pronósticos  del resultado de las elecciones Presidenciales de EEUU.

Pese a haber estado bastantes veces en esa nación, quizás el no haberla visitado en los últimos años o el hecho de conocer únicamente las grandes ciudades tanto de la costa atlántica como de la occidental (Nueva York, Filadelfia, Miami, Orlando, Los Ángeles o San Diego entre otras) no me ha permitido conocer las zonas rurales, en las que se ha cimentado la victoria del magnate americano.

Lo cierto es que en estas elecciones, se enfrentaban dos malos candidatos, por lo que difícilmente (en mi opinión) podría salir un buen presidente.

Si tuviera que definir a Trump las palabras indicadas serían “un empresario arriesgado” acostumbrado a órdagos continuos en su vida profesional, que le han llevado de la abundancia a la ruina en bastantes ocasiones.

No tiene término medio, es “jugador de envite continúo al todo o nada” y no parece el perfil mas indicado para la persona que va a llevar en sus manos las riendas del mundo o una parte muy importante de ellas, durante los próximos años.

Nunca tuve constancia de su actividad política, ni se preocupó de prepararse para poder desempeñar la mas alta magistratura del Estado norteamericano, por lo que dentro de la mas pura lógica y después de oír muchas de sus declaraciones durante la campaña electoral, entendí que se estaba descalificando a si mismo como posible Presidente.

Pocas fechas antes de las elecciones, personas significadas, dentro del partido Republicano, como Powell o Rice hicieron pública su negativa a apoyar a Trump, por no creer ni en él ni en sus ideas, por lo que yo mismo deduje que no creían en él, ni quienes parecían ser representados por él.

Ahora los republicanos mantienen el control total y absoluto tanto del Congreso como del Senado, un gran número de Gobernadores estatales y la Presidencia del Estado, pero mi pregunta sería:

¿Se va a imponer el partido a Trump o Trump al partido?

De la respuesta a mi pregunta, dependerá la estabilidad internacional a corto plazo.

Últimamente parezco yo el desorientado, ya que ni creía en el ‘Brexit’ y acabó imponiéndose, ni en Trump y ha acabado de Presidente, luego no me sirve de nada toda la experiencia acumulada a base de años de tratar tanto a ingleses como a americanos, y de analizar de una forma detenida las pautas de los distintos gobiernos.

De Hilary Clinton sólo diré que no me gustaba por mil razones que no merecen ser analizadas, pero la consideraba un ‘mal menor’, porque su experiencia como Secretaria de Estado de Obama, al menos parecía ofrecer un sentido común en el ejercicio de sus funciones.

Seguramente supo conectar menos con la América profunda y decepcionada, se confió en exceso en Estados que han resultado trascendentales como Florida y daba por ganadas las elecciones antes de realizarse y por eso ha ganado en votos populares sacándole mas de 180.000 a los republicanos, pero no  supo calibrar  la estrategia Estado por Estado y se quedó sin los representantes necesarios, ya que la Ley Electoral Americana, difiere sensiblemente de las europeas y acumulando el mayor número de votos no garantiza la Presidencia de la Republica.

Lo que me parece ejemplar ha sido el ‘el día después de las Elecciones’.

Tanto vencedores como vencidos, se olvidan de la campaña electoral y de las afrentas e insultos que se prodigaron y todos a una se ponen al servicio de su Presidente y de su Patria.

A partir de ahora, tendremos que juzgar al Presidente por sus hechos más que por sus palabras.

Estoy convencido de que tendrá los asesores y consejeros propios de la Democracia mas consolidada del mundo, junto con la inglesa, que se encargarán de controlar y dirigir las energías y decisiones del Presidente de la forma más adecuada, para solucionar los problemas latentes y no generar crisis adicionales de imposible solución.

Es posible que a EEUU le venga bien un empresario, controlado por los políticos profesionales, para darle un impulso necesario a la economía  de su país, que a fin de cuentas podría actuar de locomotora del tren del orden económico mundial.

El riesgo es que el ‘populismo nacionalista de derechas’ del que ha hecho gala Trump en su campaña electoral, acabe imponiéndose al sentido común.

Todos los populismos son muy peligrosos, tanto de derechas como de izquierdas, porque se basan el la insatisfacción y el desespero de la gente.

Pero es inevitable que en todo el mundo y en todos los órdenes de la vida haya insatisfechos (por mucho bienestar del que dispongan) y sobre todo desesperados que sufren con motivos algunas injusticias sociales.

Lo lamentable es querer explotar  esas situaciones para alcanzar un poder, que luego una vez conseguido, ‘ni satisface nunca a los insatisfechos ni soluciona los problemas de los desesperados’.

Lenin,  Stalin, Hitler,  Fidel Castro y más recientemente Chávez y Maduro son buena muestra de ello.

Aprendamos del pasado, para poder aspirar a un futuro mejor.

Hasta la semana que viene.