Marta Barrachina. Candidata a la presidencia del Partido Popular de la provincia de Castellón.
Isabel Díaz Ayuso es pueblo. Y por eso ella representa mejor que nadie el espíritu de ese PP que ha abandonado la senda de la moqueta para regresar a las calles y conocer de primera mano -y sin intermediarios- las necesidades e inquietudes de los ciudadanos para buscar soluciones rápidas y eficaces a sus problemas cotidianos. La izquierda elitista y sectaria llamó a los madrileños ‘tabernarios’. Isabel Díaz Ayuso se puso al lado de cada uno de ellos, compartiendo sus problemas y poniendo las instituciones -y el Partido Popular- al servicio de las familias, de los mayores, de los autónomos, de los jóvenes… Todos la han apoyado porque a todos ha respetado.
Isabel Díaz Ayuso le habla a los madrileños en su mismo idioma. Y llama a las cosas por su nombre, sin eufemismos ni ambigüedades: “Comunismo o libertad”. Ella ha recuperado el verdadero significado de cada palabra, y ahora los ciudadanos saben que la extrema izquierda que representan Pedro Sánchez y Pablo Iglesias es sinónimo de la ruina económica y social de nuestro país. No hay otra lectura. No hay otro mensaje.
Los madrileños han vuelto a dar a todo el país una magistral lección de dignidad y coherencia y, por encima de ideologías, han depositado mayoritariamente su confianza –y su voto- en una mujer que, con uñas y dientes, ha defendido sus derechos e intereses, y que, incluso en los peores momentos de la pandemia, ha sabido plantar cara a las presiones y extorsiones que le llegaban desde la Moncloa.
Isabel Díaz Ayuso es un ejemplo para todos los hombres y mujeres que formamos parte del PP. Ella ha recuperado, desde la Comunidad de Madrid y para toda España, el orgullo de ser del PP, el partido que ha escrito las páginas más gloriosas en la historia democrática de nuestro país. Isabel Díaz Ayuso, bajo la sabía dirección de Pablo Casado y Teodoro García, ha devuelto la ilusión no solo a los militantes del Partido Popular, sino a todos los españoles que ahora saben que hay una alternativa real a las políticas socialcomunistas.
Y ese es el PP que yo quiero para Castellón. Ese es el PP que todos queremos para España. Un PP que salga de los despachos para tomar el pulso a la sociedad en la calle. Un PP que abandone el banquillo de los reservas para volver a ponerse al frente de las instituciones y devolver la ilusión, y el futuro, a este país.
El PP ha vuelto. Y ha vuelto para quedarse.
