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jueves, 16 de mayo de 2024 | Última actualización: 14:12

¿Agresión o ‘bullying’? Da igual

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José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.

Esta semana los medios de comunicación se han hecho eco de un acontecimiento totalmente execrable en un colegio público de Baleares: la agresión de unos niños de entre doce y catorce años a una compañera de ocho años en el patio del colegio, al parecer por recogerles un balón al acabar el partidillo de fútbol.

El ser menores no exime del juicio moral que merecen ellos, una reflexión a sus familias y algo más que un tirón de orejas al colegio.

Muchas cosas estás fallando en nuestro sistema educativo en tanto en cuanto que ocurren tropelías como estas. No es concebible en ningún caso que niños de doce años se pongan a pegar patadas a otro compañero, menor e indefenso, actuando con la impunidad que da el ser mayores  y además el número.

Me resulta difícil de entender qué valores están recibiendo esos chicos en sus casas, en la que comportamientos de este tipo puedan caber en su modo de actuar. Los hijos no son una carga de la que uno se libera durante unas horas cuando están en el colegio; los hijos para muchos de nosotros son un regalo que la vida, para los creyentes Dios, nos regala y a los que hemos de entregar lo mejor de nosotros e intentar que sean personas buenas, con principios y valores para andar por la vida con respeto a los demás, entre otras cosas.

Por último, el colegio, ¿cómo es posible que un patio de colegio, aunque se haya producido una emergencia con otro aluminio, se quede sin la supervisión de ningún maestro o personal del centro?

No es posible, no es admisible ese comportamiento, porque si mal, no justificable, deleznable, reprochable es el comportamiento de los menores, la mala organización del colegio es infumable, y la inspección educativa debe tomar cartas en el asunto, puesto que después de la agresión, que produce un desprendimiento de riñón y una fisura de costilla, además de resto de magulladuras y llorera de la niña, la directora se limite a decirle a la madre que la ve bien, resulta tercermundista.

No quiero entender al colegio con un especial nivel de agresividad, pero los intereses laborales, el corporativismo son el origen de este tipo de comportamientos.

En estas situaciones, siempre me hago la siguiente pregunta. ¿Si a la hija de la directora del colegio hubieran hecho algo similar, como hubiera reaccionado?

Tolerancia cero a estos comportamientos y no solo eso, sino respuestas ejemplares por parte de las autoridades educativas, pues el tamaño de estas reacciones habla mucho de la no permisividad ante estas agresiones, que aunque viniendo de menores no dejan por eso de ser menos reprochables.