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miércoles, 24 de abril de 2024 | Última actualización: 21:31

La abdicación

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Jorge Fuentes. Embajador de España.

No es mi propósito hacer un alegato a favor o en contra de la Monarquía o de la República. Me atrevo a decir que casi la mitad de España es republicana. Lo es IU, ERC, Podemos,  Compromis, Bildu etc. También tiene raíces republicanas  el PSOE aunque desde los tiempos de la transición acatara el Pacto Constitucional monárquico en un gesto de conciliación que le permitiría ocupar el poder durante 20 de los 37 años de nuestra reciente democracia. Hoy el PSOE tolera la Monarquía pero no es a excluir que en el futuro deje de hacerlo. No debemos olvidar que en el mundo hay grandes Repúblicas y prósperas Monarquías y que ninguna de las dos formas de Estado es, per se, superior a la otra.

La abdicación del Rey Don Juan Carlos I como Rey de España ha sido un hecho sorpresivo para la inmensa mayoría de los españoles entre los que me encuentro. También estoy entre los que hubieran deseado aun durante unos pocos años la continuidad de Don Juan Carlos y ello por dos razones muy concretas: por haber intentado recuperar algún grado de prestigio para la Institución monárquica antes de pasarla al Príncipe Felipe y también por haber acortado el plazo de reinado de Felipe VI quien va a enfrentar una dificilísima etapa de , previsiblemente, 30 o 35 años.

Los Reyes con el Embajador Jorge Fuentes.

Don Juan Carlos abdica después de 39 años de reinado, uno de los más prolongados de nuestra ancestral monarquía. Esos años han sido sin duda de los más decisivos en la Historia de España, años en que se ha pasado de una Dictadura  a una Democracia sin nada que envidiar a las más avanzadas del mundo, con un extraordinario nivel de libertades políticas y respeto de los derechos humanos. Solo por esa decisiva razón, la figura del Rey Don Juan Carlos entrará en la Historia con todos los honores.

Ha reinado sobre siete Presidentes que, con mayor o menor fortuna han ido dibujando la España que hoy tenemos con las luces expresadas antes y algunas oscuras sombras que complicarán no poco los años de Felipe VI: el centrifuguismo catalán y vasco  alentado por el permisivismo de no pocos gobiernos; la crisis económica mundial que ha azotado al sector laboral español de forma particularmente cruel; el debilitamiento de las Instituciones, desde la propia Monarquía hasta la clase política, la sindical y la judicial; la aparición de una convulsa sociedad anti-sistema como consecuencia de las anteriores limitaciones.

Aunque no eran pocas las voces que apuntaban a la conveniencia de proceder a la abdicación, todos nos preguntamos por qué ahora. El propio Rey expresó en su breve intervención del día 2 de Junio que se trataba de dar paso a la nueva generación para hacer frente a las nuevas necesidades del país. Aparte de esa motivación central, es posible que otros factores hayan influido también en la abdicación: los ejemplos recientes de los monarcas de Países Bajos y Bélgica; la conciencia de que el precario estado de salud del Rey no le permitía representar al pais con el vigor con que Don Juan Carlos lo hizo hasta fecha reciente; el temor a no ser capaz de remontar el prestigio de la Monarquía enfrentada al juicio por el caso Noos.

El Rey, saludando al Embajador Jorge Fuentes.

En dos semanas Felipe VI comenzará su Jefatura del Estado. La inmensa mayoría de los españoles le deseamos un largo y exitoso reinado. Es sin duda el Rey mejor preparado de la Historia de España aunque solo ello no es garantía de éxito. Posee muy buenas cualidades incluso superiores a las de su progenitor, aunque carezca del carisma que caracterizó a éste. Tampoco este factor será decisivo a la hora del triunfo o del fracaso. Serán las circunstancias internacionales, la evolución de la Unión Europea, la salida de la crisis, la recuperación económica, la sabiduría de los sucesivos gobernantes con que tenga que trabajar los factores que decidirán el futuro de España y de Felipe VI.

El resto de incógnitas prácticas –qué titulo ostentarán los Reyes salientes, dónde residirán, qué pensión tendrán, de qué inmunidades gozarán, quién será el Jefe de la Casa Real, cómo se seguirán llamando los premios Príncipe o Princesa de Asturias etc- se irán desvelando en estos días.

Lo que no cabe dudar es que Don Juan Carlos y Doña Sofía han sido protagonistas principales de la escena mundial de la segunda mitad del siglo XX y del principio del XXI. Su presencia en los cinco continentes, su relación con los restantes líderes mundiales de distintas generaciones les convirtió en figuras esenciales en el panorama internacional. Para España, han sido nuestros mejores Embajadores que con su actividad han contribuido al prestigio y reconocimiento de nuestro país.

Gracias Don Juan Carlos. Mucha suerte Don Felipe.