Enrique Domínguez. Economista.
Recientemente, el Ayuntamiento de Castellón de la Plana ha realizado una declaración institucional por la que se reclama la puesta en marcha del Corredor del Mediterráneo; de la misma se ha eliminado la petición de que el AVE llegue a Castellón porque uno de los componentes del tripartito considera que el AVE es elitista y daña al medio ambiente y que lo que hay que promocionar son las cercanías.
Creo que contraponer los servicios de alta velocidad y de cercanías en el transporte ferroviario es un error y que los dos son necesarios. Entiendo que habría que priorizar e invertir antes en lo próximo que en lo lejano, en el transporte diario de los ciudadanos de la provincia antes que en la afluencia de foráneos a nuestras costas.
Hay un error de partida y es el llamar AVE al transporte que llegará a la capital (habrá que ver si será este año). Realmente es alta velocidad porque será una de las pocas líneas, si no la única, no específica para la alta velocidad en España y por la que circularán todos los demás trenes.
En aras a la rentabilidad de las líneas AVE, todas deficitarias según recientes estudios, aceptaría que el tercer carril que tendremos entre Valencia y Castellón de la Plana (pero en las dos vías porque si solamente hay una, ¿la alta velocidad siempre irá por la misma vía?) es suficiente y que la inversión que supondría una línea especial se dedique a otros menesteres. Pero, ¿es elitista el querer llegar antes al destino? ¿Lo usan sólo las personas de mayor poder adquisitivo? ¿Es que si un trabajador quiere llegar antes a su destino, irá en su coche (si lo tiene) o en autobús en lugar de ir en alta velocidad “porque es elitista”? Seamos serios; ir en preferente sería elitista para mí, pero ir en clase turista, no.
Pero, ¿es correcto contraponer la alta velocidad a la inversión en cercanías? Entiendo que la crítica va en la línea de que antes de llevar a cabo las grandes inversiones en la alta velocidad, deberíamos solucionar los problemas que las personas de Castellón de la Plana hasta Vinaròs tienen; Renfe solamente tiene servicios regionales y de largo recorrido pero no de cercanías; no hay una comunicación fluida con la capital provincial tal como la hay entre ésta y Valencia. Es necesario el servicio de cercanías entre Castellón de la Plana y Vinaròs, no sólo por sus ciudadanos sino también por los posibles visitantes de todos los municipios, costeros o no.
Y aquí está el quid de la cuestión. Ya a finales de los años noventa del pasado siglo, desde la Cámara de Comercio se elaboró un estudio para ver la viabilidad de la implantación del servicio de cercanías entre Castellón de la Plana y Vinaròs; el estudio se hizo y se reunieron los empresarios implicados con Renfe. Del estudio se deducía que no hay una masa crítica suficiente de viajeros; hay pocos ciudadanos que lo puedan utilizar para hacer rentable ese servicio. Si no es rentable, alguien tiene que pagarlo tal como se hace con las líneas de autobús hacia los municipios del interior de la provincia.
Si estamos de acuerdo en la necesidad del servicio y en que hemos de pagarlo con parte de nuestros impuestos (no todo, claro), debería implementarse enseguida este servicio de cercanías.
Sin embargo, el decir que lo importante es lo cercano, es decir, ese servicio de cercanías y que la alta velocidad es elitista, no cuadra. Además, si se reivindica el Corredor del Mediterráneo que implica una vía especial para mercancías y otra para viajeros y si queremos llegar con el menor tiempo a la frontera francesa, es obvio que necesitamos la alta velocidad y no los transportes de antaño.
Si los problemas se analizaran de forma global situando en primer lugar a los ciudadanos y, a continuación, a las empresas que, no lo olvidemos, dan trabajo a esos ciudadanos, seguramente el servicio de cercanías ya estaría establecido y se utilizarían los medios más adecuados para esa alta velocidad entre Valencia y Castellón de la Plana y entre ésta y Vandellós. Sin embargo, a pesar de la animosidad del gobierno central actual hacia el Corredor del Mediterráneo y de las escasas inversiones en el eje Castellón- Vandellós, es posible que ese corredor tarde mucho más de lo necesario porque el túnel de Serrería en Valencia plantea serias dudas técnicas y la empresa que gestiona el túnel bajo los Pirineos en Le Perthus está en concurso de acreedores y, a lo mejor, alguna empresa china lo compra tal como ha ocurrido con el aeropuerto de Ciudad Real.
A pesar de nuestras continuas reivindicaciones, es posible que nos quedemos con un “corredorcito”, con un “avecilla” y sin cercanías. Tiempo al tiempo.
