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jueves, 16 de mayo de 2024 | Última actualización: 22:43

N-340 versus CV-10. ¿Seguridad o negocio?

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Enrique Domínguez. Economista.

Desde hace bastantes meses, cuando me desplazo los fines de semana con mi esposa a nuestra segunda localidad de adopción y desde ésta hacia la capital, constato que, cada vez es mayor el número de camiones que utilizan la CV-10 como vía alternativa a la N-340 en todo su trayecto. De esta forma, ahorran tiempo, gasoil y reducen la posibilidad de un accidente. Y ello se ha visto como algo normal ya que la autopista sigue siendo de pago y la carretera general está cada vez más colapsada.

También en estos días se comenta, y parece que así va a ser, que en 2019 no se renovará la concesión de la autopista a la empresa concesionaria, Abertis, y que será gratis circular por ella. Y esto es bien visto, eso parece, por los diferentes establecimientos que pululan en el entorno de la N-340.

La carretera general tiene sus problemas, le faltan varias circunvalaciones a diferentes localidades o desdoblamientos, tiene una fuerte intensidad de tráfico y, lo más preocupante, es peligrosa y con puntos negros que han causado y siguen provocando accidentes mortales. En años anteriores, la principal zona de accidentes graves y/o mortales se situaba en el norte de la provincia, mientras que en los dos primeros meses de 2014 ha sido el área de Nules-Les Alqueries la que ha registrado casi tantos muertos como en todo 2013.

El Ministerio de Fomento, ante el grave problema de seguridad vial que suponen estos luctuosos hechos, ha adoptado la medida temporal de desviar obligatoriamente a los camiones de más de 7,5 toneladas por la CV-10 entre Nules y Torreblanca excepto los que tengan origen, destino o  residencia habitual en la zona y los autobuses. Y aquí comienza la historia.

Lo cierto es que la provincia de Castellón adolece de vías de comunicación terrestres rápidas: dispone de una autopista, de pago por supuesto, de una carretera nacional colapsada y que sigue atravesando municipios y de una autovía interior, la CV-10, que termina en Vilanova d’Alcolea y que no se quiere (se dice que no hay dinero) el prolongarla como está previsto, hasta el límite con Tarragona. Y esta carretera va a ser fundamental para el desarrollo de la parte interior de la provincia.

Los establecimientos entre Cabanes y Torreblanca a los que les parece bien, o al menos no han dicho que esta boca es mía, la decisión de un camionero de ir por la CV-10 o que a cinco años vista (quizás por esto) la autopista sea gratis, ahora, ante una medida que prima la seguridad vial crean una plataforma para defender sus intereses legítimos, pero cargando en demasía, en mi opinión, sobre la consecuencias de la medida.

Se habla de 60 ó 70 establecimientos afectados (habría que conocer sus nombres y su ubicación) con mil familias afectadas (sería interesante saber los trabajadores de cada uno de ellos), con unos dos mil doscientos camiones que dejarán de pasar por esa carretera general y con unas pérdidas estimadas en unos tres millones de euros por la Cámara de Comercio.

Hay que ser claro y preciso, con datos reales. No me imagino a esos 2.200 camioneros aparcando todos los días sus vehículos para comer o cenar entre Cabanes y Torreblanca y pernoctar en sus hoteles en lugar de la cabina del camión o a todos los proveedores de esos establecimientos afectados de manera grave por el desvío. Sí que imagino a un porcentaje de los camioneros parar a comer o cenar, echar gasoil, tomarse un café o comprar algo en la tienda de la gasolinera. ¿Qué pasará dentro de cinco años cuando la autopista sea gratuita?

La medida temporal afectará a los establecimientos, pero se impone pensar un poco más en los demás, en la seguridad vial, en exigir que se acabe la CV-10 y más controles e inversión en la carretera general, y también un poco más en nuestro sacrosanto negocio, pero de otra manera porque, ¿no es cierto que el negocio de esos establecimientos depende principalmente de los coches que pueden seguir circulando por ella mucho más que de los camiones que tienen unos horarios y gastos muy ajustados, sobre todo ahora? ¿Por qué no mejorar, si cabe, la atención a esos clientes y suplir en todo o en parte la incidencia de esa medida temporal?