Martirián Martín. Presidente de Astrauto.
Los automóviles y el petróleo están ligados hasta nuestros días, aunque la tendencia está cambiando por la irrupción de una serie de combustibles que logran mover los vehículos con la misma soltura ofreciendo a los conductores las mismas prestaciones que los motores de gasolina con una característica en común que es la reducción de las emisiones contaminantes, son más limpios con el medio ambiente.
El GLP, gas licuado del petróleo, es una mezcla de gas butano y propano, la proporción viene delimitada por la normativa un 80% de butano y un 20% de propano. El GNC, gas natural comprimido, está compuesto por una mezcla de gases en la que predomina un 70% del metano y el resto de gases en proporciones apreciables son el nitrógeno, dióxido de carbono y etano.
El Etanol, flex-fuel, utiliza como combustible el etanol, pudiendo afectar negativamente a elementos del motor como la bomba para la inyección, el raíl, inyectores, etc., por lo que se hace necesarios reforzarlos, además requiere una calibración de la unidad de control, lo cual incrementa el coste del sistema.
