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Los futbolistas del Castellón siguen de vacaciones. No volverán al trabajo hasta el martes 2 de enero de 2017. No competirá hasta el día 17, aunque para el día 4 tienen un partido amistoso en el campo del Valencia Mestalla contra un Segunda B. Las vacaciones se las han ganado a pulso ya que han realizado tres intensos meses de competición liguera, yendo de menos a más. Llegaron al parón navideño acumulando dieciséis encuentros sin perder, a expensas de ver qué sucede con el partido suspendido en el minuto 54 en el campo del líder Olímpic, donde perdían por 1-0. El equipo llegó en segunda posición en la tabla a la conclusión de la primera jornada de la segunda vuelta.
Ahí, a nivel deportivo, ningún reproche. En cuento a la gestión llevada a cabo por el presidente del club, David Cruz, eso es harina de otro costal. La situación económica es catastrófica, por no entrar en el apartado social donde la actitud del máximo responsables con las autoridades y los aficionados es penosa, siendo la relación prácticamente nula.
A la plantilla se les adeuda noviembre y en breve diciembre. A algunos futbolistas (Jordi Marenyà y Alejandro Zagalá, por ejemplo) y a parte del cuerpo técnico (al entrenador Frank Castelló) se les adeudan más meses. Todo ello dentro de una semana, la que se estrena, que será decisiva dado que para el día 28 está prevista la Junta General de Accionistas donde se aprobarán las cuentas del anterior curso liguero (déficit de unos 300.000 euros), se aprobará el presupuesto para el actual temporada y también se someterá a aprobación la reducción y posterior ampliación de capital (por poco más de 900.000 euros). Y en este último punto hay mucha controversia.
