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jueves, 16 de mayo de 2024 | Última actualización: 11:18

Ha aparecido el bisabuelo

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Guillermo Miró. Ingeniero Industrial.

Estuve este verano en Burgos y tenía enfrente un largo viaje en tren de vuelta a casa, así que decidí amenizar el trayecto con un libro. Rebuscando en la librería encontré un libro que rápidamente escogí con mucho interés, que trataba sobre la historia del descubrimiento del yacimiento de Atapuerca, una historia llena de emoción, polvo y huesos. En este libro, Bermúdez de Castro cuenta la historia de cómo viajaron en los 90 a Dmanisi, en  Georgia, a visitar un yacimiento que en ese momento acaba de ponerse en marcha, pero en el cual, según señala en el propio libro, se albergaban grandes esperanzas. Veinte años después se ha cumplido este vaticinio, ya que en la portada de la revista Science ha aparecido un cráneo completo extraído de este yacimiento, y que hace replantearse el origen de la especie humana a todos los estudiosos de la materia.

En agosto de 2005, se descubrió la parte superior de un cráneo entre la tierra del yacimiento. Después de una concienzuda excavación, apareció un hallazgo sin igual: el cráneo completo, casi intacto, de un ancestro humano que vivió hace 1,8 millones de años. Sin embargo, este cráneo desapareció de la primera plana pública hasta hace poco, cuando se anunció que se había encontrado el cráneo más antiguo y completo de un homínido, ya que no sólo el cráneo está íntegro, sino que además, una mandíbula hallada cinco años antes ha resultado corresponder al mismo individuo. Su complexión apunta a que fue un macho, medía un metro y medio y tenía un cerebro muy pequeño incluso para los estándares de su especie, de la mitad que un humano actual, pero su cara era enorme, muy simiesca y alargada, con grandes dientes y unos arcos de las cejas muy prominentes. Aquella complexión ceñuda era una rareza, incluso comparada con los restos de otros cuatro erectus que vivieron en Dmanisi. Por eso es aún más sorprendente la conclusión que los expertos sacan de este cráneo: los primeros miembros del género Homo, el nuestro, pertenecían todos a una misma especie, ya que las evidencias apuntan a que hubo una gran variedad morfológica entre los primeros especímenes de Homo pero que unos y otros- los hallados en África y Asia - pertenecen a un mismo linaje. De acuerdo con estas conclusiones, el equipo arqueológico propone agruparlos a todos bajo el paraguas de Homo erectus.

Este hallazgo ha provocado una agitación en el mundo científico. Hasta hoy la historia oficial de nuestros orígenes era muy diferente. Allí donde se encontraba un fósil de un homínido solía proclamarse el descubrimiento de una nueva especie. Así sucedió con el Homo habilis, una versión aún más primitiva del erectus que vivió entre los árboles y el suelo en Kenia, con el Homo ergaster, la versión africana del erectus, y con el Homo rudolfensis, que según algunos debería ser sacado del árbol genealógico de los Homo junto al habilis. Sin embargo, esta propuesta de que todos los cráneos pertenecen a la misma especie no ha gustado a muchos paleoantropólogos, y muchos de ellos están en desacuerdo con las afirmaciones de este estudio. En los próximos años habrá muchas contestaciones porque el debate sobre si hay una sola especie o son varias lleva mucho tiempo sobre la mesa, aunque los fósiles hallados en Georgia ofrecerán una ocasión única para intentar aclararlo. La historia de la humanidad no ha sido fácil, pero aún lo es más reconstruirla desde el presente. Como siempre, los comentarios están abiertos para cualquier sugerencia, opinión, etc. Hasta la semana que viene.