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viernes, 10 de mayo de 2024 | Última actualización: 13:43

Sin un pacto con el PP es imposible reformar la Constitución o el Senado

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Esperanza Molina/Castellón Información

Estudiantes Periodismo UJI: Natalia Álvarez, Gisel·la Esteso, Víctor Palacio y Elia Yago

El mapa político español tras las elecciones del 20D es no solo complejo, sino de promesas imposibles.

El senador por el PP y jurista, Manuel Altava, confirmaba a Castellón Información y al grupo de estudiantes de la UJI durante la noche electoral, que las demandas realizadas por Pablo Iglesias eran poco menos que imposibles de cumplir. Y es más, la realización de este tipo de demandas y promesas demuestra ignorancia sobre el funcionamiento del Parlamento Español y sus competencias, o un intento de despistar a votantes y opinión pública.

La reforma de la Constitución

La reforma de la Constitución, como el máximo documento en el que se ampara el sistema de Gobierno y la democracia española, establece como casi ‘intocables’ una serie de artículos asociados a los títulos 1, 2, 4 y 8 de la Constitución. Se pueden reformar, pero para ello es necesario lo que se denomina una ‘mayoría cualificada’, no basta con una mayoría simple (tener más partidos que las otras agrupaciones), porque se entiende que son derechos fundamentales de los ciudadanos, y que sea refrendado también por el Senado.

El Parlamento español está formados por dos Cámaras: la Cámara Alta, o Senado, que se elige por listas abiertas (cada ciudadano marca, en el proceso electoral y en su ejercicio al voto, los nombres de quien quiere que le represente, que pueden ser o no del mismo partido). Y la Cámara Baja, o Congreso, que responde a listas cerradas presentadas por los partidos políticos, y donde se vota a la lista completa, no a la persona.

organos_comision_explotacionHay reformas de la Constitución, señalaba Manuel Altava, que se pueden realizar por mayoría simple, pero las que se refieren a los capítulos citados (1, 2, 4 y 8), exigen una mayoría cualificada, tres quintas partes de los votos del Congreso y tres quintas partes del Senado.

En estos artículos se recogen, entre otras cosas, la unidad de España, o el sistema de Estado a través de la Monarquía.

Si se quisiera modificar el tema de estado de la Monarquía para pasar a una República, el proceso pasaría por la aceptación de las tres quintas partes del Congreso (donde los precursores deberían contar con ambas mayorías que no tienen sin los votos del PP), su respaldo por las tres quintas partes del Senado (El PP tiene mayoría absoluta) para después disolver las Cortesconvocar nuevas elecciones y que las nuevas cámaras también alcanzaran un acuerdo cualificado.

En el segundo caso, sobre la unidad de España, deberían contar, necesariamente con las tres quintas partes del Congreso y las tres quintas partes del Senado. Tras los resultados electorales del domingo, eso significaría si o si, un acuerdo con los representantes del Partido Popular en ambas Cámaras. En el Congreso el PP tiene mayoría simple y en el segundo, mayoría absoluta, luego no sería posible la modificación de forma unilateral por un pacto de izquierdas.

En la misma línea se encuentra la modificación de atribuciones del Senado.

Que Podemos demande a Pedro Sánchez una modificación de la Constitución en cualquiera de estos sentidos, representa desconocer el sistema parlamentario español, o poner al Partido Socialista de Pedro Sánchez ante una disyuntiva que no puede cumplir.

manuel altavaTampoco sería posible, según la Constitución, que los partidos electos pudieran revocar un Gobierno con la acusación de no haber cumplido su programa electoral prometido.

Se puede derrocar un gobierno mediante una moción de censura, en el que la oposición al partido en el gobierno, vote en su contra y tenga una mayoría de votos suficiente como para poder obtener los votos suficientes para hacerlo.

Esto se pude producir en una situación, como la actual, donde ningún partido tenga una mayoría suficiente para que sus propuestas sean votadas mayoritariamente por el resto de los grupos. Pero no por que hayan cumplido o no su programa electoral.

Según la Constitución Española, el partido con más votos, o la suma de los partidos con más votos pueden establecer el Gobierno… pero cualquier otra medida sería inconstitucional, porque son los españoles, a través de su derecho al voto, los que están capacitados para votar a favor o en contra de las propuestas que les realizan los diferentes partidos políticos. Por lo tanto, si un partido no consigue sacar adelante sus propuestas de Gobierno por no tener los respaldos suficientes, puede dar por finalizada la legislatura y anunciar nuevas elecciones. Pero el resto de los partidos no puede, sin la mayoría de votos necesaria, o sin que se convoquen elecciones, derrocar al Gobierno.

Ante todo eso convendría preguntarse… ¿Qué es lo que pide Podemos? ¿Conoce la Constitución o está dando palos de ciego? ¿Se está preparando el camino para una ingobernabilidad que de paso a nuevas elecciones?

El día de mañana

Natalia Álvarez/Universidad Jaume I Castellón

Pablo Iglesias declaraba (noche del domingo al lunes, 20–21 de diciembre), tras su fuerte entrada en el Parlamento, las importantes ideas y cambios que quiere llevar a cabo. Acababa su discurso de victoria hablando sobre un cambio constitucional que permita la derogación de un Gobierno que no cumpla su programa. Pero tras los resultados tan variados y la diferencia de escaños entre Congreso y Senado, la duda está servida.

El Partido Popular fue vencedor electoral en el Parlamento. Sin embargo, no tuvo la mayoría absoluta en las dos Cámaras que lo componen. El PP resiste en el Senado con mayoría absoluta, aunque pierde 12 escaños. Anoche (20 al 21 de diciembre) los populares (castellonenses) hacían especial hincapié en la gran importancia de esta Cámara (El Senado), el poder que tiene y su papel de dar la “última palabra” en las grandes decisiones. Por ello, cabe preguntarse si, como han afirmado muchas voces, si el Senado es un ‘retiro dorado’ de los políticos, o realmente tiene alguna función política y decisiva.

Constitucionalmente, el Senado tiene unas funciones muy claras. En las decisiones que implican cambios en los títulos 1, 2, 4 y 8 se necesita una ‘mayoría reforzada’. Aquí es donde entra en juego el Senado, pero primero debe haber una aprobación de las tres quintas partes del Congreso. Posteriormente, son necesarios otros tres quintos de los votos favorables en el Senado y una disolución y reelección del mismo para una nueva votación.

Después de asimilar el largo funcionamiento de este organismo, es fácil preguntarse si realmente serían capaces de cumplir sus promesas de reforma partidos como Podemos. Si se atiende a la reforma constitucional a favor de la derogación de gobiernos que no cumplan sus programas, se entra en un terreno en el que no podría aprobarse nada sin el consentimiento del Senado. Si el Senado es del PP y el Congreso de la izquierda, ¿es posible llegar a reformar aspectos tan importantes como estos? Todo indica que, tras los resultados del 20D, no serán viables propuestas como el cambio Monarquía-República, la propuesta citada anteriormente, etc.