Pedro Tejedo. Abogado.
Así, al más puro estilo mafioso, debieron pensar los mandamases de la dictadura cubana cuando planearon acabar con la vida de Oswaldo Payá y Harold Cepero el pasado 22 de julio de 2012 mientras viajaban en un vehículo junto con el español Ángel Carromero y el sueco Aron Modig.
Oswaldo Payá, luchador incansable por la democracia en Cuba, fundador del Movimiento Cristiano de Liberación, líder del Proyecto Varela, Premio Sajarov a los Derechos Humanos del Parlamento Europeo en 2002 y varias veces candidato oficial al Premio Nobel de la Paz, fue una de esas personas que con su testimonio de lucha por la democracia y la libertad se ha convertido, como Vaclav Havel en la antigua Checoslovaquia o Nelson Mandela en Sudáfrica, en referente ético para toda la humanidad, pues constituye un ejemplo de dignidad ante el totalitarismo.
La semana pasada estuvo en España Rosa María Payá, hija de Oswaldo. Se reunió con Ángel Carromero que le confirmó que la muerte de su padre solo tuvo de accidente la apariencia. Le relató cómo un coche golpeó por detrás a su vehículo sacándolo de la carretera. Tras salirse de la carretera los cuatro integrantes del vehículo estaban vivos. A Carromero y al sueco se los llevaron inmediatamente; unas horas después Oswaldo Payá y Harol Cepero estaban muertos.
Desde diversas instancias se ha solicitado una investigación internacional sobre la muerte de Payá y Cepero. En España el único partido político que la ha solicitado es UPyD. El Gobierno español, por medio del Ministro de Exteriores, se ha limitado a manifestar que da por buena la versión de la dictadura cubana, y ello tras las declaraciones de Ángel Carromero, militante del PP. Se esconderá tras supuestas razones de Estado pero lo que hay es indignidad, debilidad y mediocridad, mucha mediocridad. La indigna actitud del gobierno español no tiene excusa; más si tenemos en cuenta que Oswaldo Payá tenía la ciudadanía española. Ya vemos lo que valora nuestro propio gobierno esa ciudadanía.
La oposición, salvo UPyD, ha estado tan lamentable como el gobierno. Imagínense este escenario: Dos jóvenes políticos europeos, uno de las juventudes del PSOE, viajan al Chile pinochetista para ayudar a los disidentes a la dictadura y sufren un extraño accidente en el que fallecen dos opositores a la dictadura de Pinochet. ¿Qué hubieran dicho el PSOE e IU en ese caso? ¿Qué han dicho ahora? ¿Por qué la izquierda oficial española cuando ha de optar por democracia o sectarismo lo hace por este último?
Para los castellonenses, además, la figura de Oswaldo Payá tiene una especial relevancia pues era pariente directo de la conocida familia que creó en Burriana el Teatro Payá. Por ello considero que sería acertado dedicar, tanto en Castellón de la Plana como en Burriana, una calle a este incansable defensor de los derechos humanos y de la democracia.
