Jorge Fuentes. Embajador de España.
Por razones higiénicas, procuro mantenerme al margen de según qué cadenas de televisión por lo que el domingo pasado me perdí un programa interesante. Pero he ahí que al día siguiente mi muy inteligente teléfono me permitió verlo integro. Ya habrán adivinado que se trataba del espacio de Jordi Evole ‘Salvados’ dedicado al cara a cara entre los líderes de Ciudadanos y Podemos.
En el breve espacio de una hora y en el ambiente acogedor de un café de un barrio modesto de Barcelona, muy del estilo del Port de Lilas parisino, los dos jóvenes líderes, con un talante suave y magnifico rollo, nos descubrieron lo esencial de sus proyectos y sus ideologías. Parece ser que los editores cortaron dos de las tres horas de rodaje pero lo que queda es suficiente para conocer los proyectos políticos de Albert y de Pablo. Para quienes no hayamos tenido la paciencia para seguir los cientos, quizá miles, de entrevistas de esos dos políticos, el programa del domingo 18/10 resulto muy útil.
Albert se presentó como un liberal moderado y conservador. Un joven sano, deportivo, aseado incluso en su vestimenta informal y haciendo afirmaciones que sin duda a nadie molestaran:
- Hay que crear riqueza antes de empezar a repartir pobreza.
- Mientras esa riqueza llega se crearía un paquete de 7500 millones de euros como complemento salarial para quienes perciban sueldos de miseria.
- Hay que reducir el IBI.
- Sanidad para todos pero los no residentes deberán pagarla.
- La edad de jubilación dependerá de la dureza de la profesión pero debe tender a los 68 años.
- Los partidos no deben endeudarse con los bancos y deben devolver los créditos bancarios recibidos.
- No prometer en campaña lo que no se pueda cumplir.
- Luchar sin cuartel contra la corrupción.
- Exigir más impuestos a los ricos pero sin ensañamiento, en la convicción de que en un país más próspero todos saldremos ganando.
- No estatalizar las grandes compañías. A las que incumplan las normas el Tribunal de Competencias les impondrá fuertes sanciones.
- No debe convocarse un referéndum independentista en Cataluña. En una España que funcione, el separatismo catalán desaparecerá.
- La Iglesia, como los sindicatos y los partidos, deben pagar IBI.
- Los presos de ETA deben cumplir condenas sin reagrupación.
- La condena del franquismo ya no tiene sentido.
Frente a esas afirmaciones perfectamente aceptables por el cuerpo social del país que abarca desde los grandes empresarios y el mundo de las finanzas hasta la clase media e incluso las más desasistidas, apareció una vez más un proyecto suavemente presentado por el líder de Podemos y que incluía ideas tan rotundas como las siguientes:
- Hay que empezar a repartir riqueza YA, para alcanzar ahora salarios medios de 1200€ mensuales.
- Proceder a nuevos aumentos del IBI.
- La sanidad debe ser pública y abarcar a todos quienes se encuentren en España. A los no residentes pobres no se les cobrara. A los ricos (turistas alemanes), sí.
- Jubilación a los 62 años.
- Los partidos no deben subvencionarse con créditos bancarios.
- La clave está en luchar contra las desigualdades.
- Los ricos les temen porque les subirán los impuestos.
- Hay que nacionalizar las grandes compañías tales como Iberdrola, Repsol, Iberia, Tabacalera.
- Defiende la unidad de España pero apoya la celebración de un referéndum independentista.
- Sin duda, la Iglesia debe pagar IBI.
- Otegui nunca debió ser encarcelado. Los presos de ETA deben ser aproximados a sus familias.
- Condenar el franquismo.
No insistiré en quien resultó vencedor en aquella tertulia/debate. Parece ser que el 80% de los 5 millones de espectadores se inclinó por las ideas de Rivera. Yo pienso que ambos políticos se mostraron educados y convincentes, algún que otro taco aparte. Creo, sin embargo, que mientras que Rivera se presenta cada vez más como un líder con posibilidades de alcanzar la Moncloa a medio plazo, Iglesias se aleja cada vez mas de esa meta. Su programa es utópico, sus cuentas no cuadran y así lo reconoció.
Fue estatalizador, igualador, anticlerical, de un comunismo anticuado que ha fracasado en el mundo entero y que quizá hubiera servido para una España de hace un siglo, pero ciertamente no para implantarse en la décima potencia del mundo y socio distinguido de la Unión Europea.
Y entre tanto, los dos grandes partidos, los clásicos, se encuentran envueltos en rifirrafes entre Montoro y Margallo, también por la defenestración de Arantxa Quiroga, por el portazo de Consuelo Álvarez de Toledo, por la admisión en el PSOE de la tránsfuga Irene Lozano ¡Cuidado señores. ¡Solo faltan dos meses para las Generales!
