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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 11:57

Castelló reclama la cesión del CV Eolo para transformarlo en un centro deportivo náutico

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Costas ha ordenado su demolición como hizo con el 'Ortega Playa' en el 2019 porque se encuentra en zona de dominio público terrestre

El Club de Vela Eolo, lo que queda del antiguo Círculo Mercantil, se encuentra en peligro de demolición por una orden de la Dirección General de Costas. El Ayuntamiento ha vuelto a solicitar la cesión para convertirlo en un centro deportivo náutico, dado que este club ya realiza una potente actividad, allí entrenan deportistas internacionales y acoge una de las pruebas más importantes del circuito de Kitesurf.

Club de Vela Eolo

El Club de Vela Eolo de Castelló es una antigua instalación perteneciente a la denominada 'Casa de Baños' del Círculo Mercantil de Castelló . Se encuentra ubicado en la Playa del Gurugú, en una zona afectada en su día por las modificaciones realizadas por Costas en la Ley de 1988 sobre el litoral costero de la capital de la Plana.

En 2019 y después de un largo pleito con sus propietarios y de desalojar al 'okupa' que se había alojado el merendero, más conocido durante sus últimos años como el 'Ortega Playa, Costas procedió a la demolición del edificio principal.

Pero quedaba en pie una parte del aquel antiguo Circulo Mercantil. Una instalación rebautizadla como Club de Vela Eolo donde se realizan actividades de carácter náutico-deportivas.

Sin embargo, y pese a que el ayuntamiento solicitó la cesión para proteger esta escuela de vela, Costas siguió adelante con el expediente.

A día de hoy el Club de Vela Eolo de Castelló da cobertura a muchas actividades náuticas, como la vela de kitesurf. Una modalidad deportiva que consiste en navegar sobre una tabla en el mar con el impulso del viento en una cometa sujeta al navegante mediante un arnés.

Y no solo eso, sino que ha servido de centro de entrenamiento para los deportistas más señalados del mundo y acoge durante los últimos años las pruebas nacionales de Fórmula Kite Foil, en uno de los circuitos más prestigiosos. Allí han entrado deportistas como Gisela Pulido, que es toda una leyenda en esta práctica deportiva.

El campeonato de Fórmula Kite Foil más conocido como KKSS2023 tiene previsto celebrar su tercera aprueba de circuito en Castelló los próximos días 7, 8 y 9 de julio.

Sin embargo, la permanencia del Club Eolo de Vela también está amenazada por Costas y parece ser que ya hay una orden para su demolición. Tanto es así, que el ayuntamiento ha vuelto a aprobar un dictamen para solicitar a Costas la concesión el dominio público terrestre para poder rehabilitar el edificio y convertirlo en un centro náutico para el aprendizaje y la práctica de los deportes náuitcos.

círculo Mercantil

La historia del Círculo Mercantil Industrial de Castelló, al que pertenecía lo que hoy es el el Club Eolo de Castelló, da para un libro y representa una de las etapas que vivió la ciudad de Castelló cuando aspiraba a convertirse en referente turístico de lujo, antes de que se construyera la Fertiberia.

Como ya publicó Castellón Información, la demolición del antiguo merendero de la casa de baños, el 'Ortega Playa' cerraba un capítulo de la historia de la ciudad, y finiquitaba un proyecto que, en 1960, planificó un desarrollo turístico singular para promover las excelencias de la costa de la capital de la Playa…

La revolución turística del Castellón de mediados del siglo XX

Cabe remontarse a finales de los años 50 del pasado siglo. Castellón se reponía de las terribles consecuencias económicas y sociales de la posguerra de la Guerra Civil, y apenas había pasado una década de la finalización de la II Guerra Mundial.

Poco a poco la ciudad se transformaba, crecía, y buscaba nuevos horizontes. La economía prosperaba y surgían las sociedades culturales.

El 4 de enero de 1954 se legalizaban en el Gobierno Civil los estatutos del Círculo Mercantil e Industrial, una sociedad “cuyo objetivo es ensanchar y dilatar los horizontes del comercio y la industria atendiendo al fomento y estudio de las materias con ellos relacionadas, llevando y aumentando el caudal de conocimientos de carácter mercantil e industrial de cada uno de sus socios”.

La industria florecía en Castelló que mantenía también su vínculo con la agricultura. Pero además, comenzaba a surgir el mito de la ‘modernización’ y la necesidad de montarse en el tren del turismo que llamaba con fuerza a la puerta.

Desde el Ayuntamiento, presidido entonces por José Ferrer Forns, se promovía un desarrollo para la construcción de espacios para viviendas de alto estanding en la zona del Pinar, en la Costa de Azahar. Un proyecto que perseguía también crear espacios comunales y recreativos. Por aquella época se llegaron a regalar parcelas a gente famosa del momento para que popularizaran el frontal marítimo de la ciudad. Es cierto que hubo algún listo de la capital de España que hizo su agosto en la capital de la Plana, pero el objetivo principal venía a ser ese: aprovechar un litoral privilegiado como era el de Castelló para promover un turismo de lujo y calidad.

Según investigó Castellón Información en las crónicas de la época, comenzado el año 1958, el delegado de Hacienda cedía, en nombre del Estado, al Ayuntamiento de la capital de la Plana una parcela situada en la Playa del Pinar, “está situada en “el paraje denominado ‘Prado’ o ‘Cuadro’”, de 5.300 metros cuadrados, ubicada” “a unos 60 metros al norte de la Urbanización conocida como Costa de Azahar, lindante con la carretera del Grao de Castellón a las Villas de Benicàssim”.

Se trataba de un lugar más que idóneo para culminar el proyecto de desarrollo urbanístico del Ayuntamiento, con un Centro Recreativo de Verano, a pie de playa, cerca del Pinar, bien conectado con el Grao, para el que se elaboró un pliego de condiciones donde se regulaba la construcción de un edificio merendero- restaurante, y junto a él, una casa de baños.

En el pleno del 1 de abril de 1961, el Ayuntamiento, presidido por Eduardo Codina aprobaba la enajenación (venta) mediante subasta pública de esta parcela, ya inscrita a nombre del ayuntamiento, y el pliego de condiciones de cuanto se tenía que realizar y cómo en esta superficie, que se había elaborado en septiembre de 1960. El tipo de licitación se estimaba en 9.540 pesetas, al alza. El proyecto, regulado por el pliego de condiciones debía estar concluido en un plazo de 5 años.

La subasta pública se llevó a cabo pero solo se presentó una plica, la del Círculo Mercantil e Industrial, con una puja de 9.541 pesetas (una peseta más que el precio de salida). La Junta Permanente municipal oficializó los trámites de la venta el 29 de diciembre de 1961. La venta quedó concluida el 3 de enero de 1962.

¿Cuáles eran las condiciones que tuvo que cumplir el Círculo Mercantil?

Según el pliego de condiciones el Centro Recreativo debía contar con un edificio moderno, con una altura no superior a los 7 metros, con hall, servicios de guardarropa, teléfono, sala amplia de estar y lectura, comedor, restaurante, terrazas, cocina, y todas las necesidades. El presupuesto estimado por los técnicos municipales para este edificio superaba los 2,7 millones de pesetas.

Así mismo, el adjudicatario tenía la obligación de construir, dentro o no de esta parcela, pero colindante al edificio principal una Casa de Baños sobre una superficie de 600 metros cuadrados, dotada con duchas, servicios para hombres y mujeres, zona de duchas, cabinas… el presupuesto técnico se situaba en 1.500.000 pesetas.

Se estimaba un periodo de ejecución de 18 meses y se condicionaba incluso el tipo de materiales, e incluso el alicatado.

El Círculo Mercantil cumplió lo pactado, inscribió a su nombre la parcela y desarrolló el proyecto.

Llegó Fertiberia, se acabó el turismo

Los sueños turísticos de Castellón no duraron demasiado. Todo cuanto se planificó, cuanto se proyectó se disolvió de la noche a la mañana cuando, desde Madrid, se pensó en Castellón para la instalación de una fábrica de abonos en plena costa. Fertiberia llegaba a Castellón con la bendición del gobernador Civil Carlos Torres, que no quiso escuchar reparos ni dio su brazo a torcer. Fertiberia se inauguró en 1966 y fue la peor maldición que hubiera esperado Castellón. La instalación de los depósitos de Campsa frente a la fábrica de abonos remató las posibilidades del Distrito Marítimo.

Años de bonanza ‘en buena compañía’

A pesar de todo, tanto el restaurante como la casa de baños del Mercantil tuvieron sus años de bonanza. Un Centro recreativo de una sociedad que llegó a tener más de 3.000 socios, y donde sus ‘invitados’ podían presumir de haber podido codearse con tan buenas compañías.

Pero pasaron los años y la casa de baños de El Mercantil fue a menosBenicàssim crecía, se imponía la doble residencia. La playa de Castellón perdía fuelle frente a las costas de Benicàssim. Cambiaban los tiempos

Mantener el patrimonio de la sociedad, tanto en la playa como en el centro de la ciudad, costaba dinero.

Una forma de costearlo fue alquilar el edificio principal como merendero de playa o restaurante.

Costas cambia las reglas del juego

En 1988 La ley de Costas cambiaba los lindes, la casa de baños y el merendero quedaron dentro de la zona de dominio público marítimo terrestre. Comenzaron los pleitos.

Por no complicar mucho la historia, las posturas encontradas fueron las siguientes: en una zona de dominio público terrestre no puede haber concesiones eternas, se pueden autorizar actividades que cumplan con la ley, por un periodo de tiempo de 30 años, y con el pago de un canon por la utilización del suelo. Así lo veía Costas y así lo reclamó. Es más Costas llego a ofrecer al Mercantil la posibilidad de ‘legalizar’ el merendero con estas condiciones.

Desde el Mercantil alegaban que eran propietarios de la parcela, que seguía registrada a nombre de la sociedad. Que eran una sociedad sin ánimo de lucro, que no tenían por qué suscribir un periodo de concesión ni pagar un canon por ejercer la actividad.

Hubo algún momento de acercamiento, cuando Costas, en mayo de 2011, dio un periodo de 10 días para que el Mercantil legalizara su situación: periodo de explotación de 30 años que cumpliría 6 años después y un canon de anual de 21.594,77 euros al año.

El Mercantil estaba en sus horas más bajas, el canon parecía excesivo. En sus alegaciones alegaron indefensión, reparos a las condiciones, un canon mucho más bajo y beneficiado en un 70% por su actividad.

Además, en contra a lo solicitado por Costas tampoco presentaron informes técnicos ni la documentación requerida…

El 17 de noviembre de 2011 Costas se pronunció. El Mercantil no había presentado la documentación requerida, por tanto, definitivamente, no se podía legalizar su situación, la actividad era ilegal y por tanto cabía la demolición del inmueble.

El Círculo tuvo también mala suerte con sus arrendatarios, los explotadores del restaurante, unos pagaron mal, otros ni siquiera lo hicieron. De esta forma, la negociación pasó a los tribunales; se sucedieron los pleitos, los recursos y la sentencia de la Audiencia y finalmente la del Supremo. Ya no había vuelta atrás.

En sus últimos años la zona del Restaurante, que se había popularizado como el ‘Ortega Playa’ se había ido deteriorando, tras el paso de los últimos arrendatarios, llegaron los okupas. Y como no hay dos sin tres la desesperación de Costas no pudo ser mayor cuando, además, se dio la circunstancia de que se metieron a vivir allí menores y el Ayuntamiento los empadronaba.

La conclusión de la historia estaba más que anunciada. Una vez que se liberó el edificio principal Costas procedió a la demolición el edificio principal del Círculo Mercantil.

Quedaba la Casa de Baños, convertida en Club de Vela Eolo. Ahora, si costas no accede al requerimiento municipal, también se irá a pique.