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jueves, 28 de marzo de 2024 | Última actualización: 14:15

320 mujeres víctimas de violencia de genero son atendidas en los Centros Dona Rural de la Comunitat

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Las oficinas está ubicadas en Elda, Yátova, Sant Mateu y Segorbe y son itinerantes, para poder dar servicio a las mujeres del ámbito rural

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La red de Centros Dona Rural ha atendido desde su puesta en marcha en el mes de abril a un total de 320 mujeres por problemas de maltratos físicos y/o psíquicos, agresión sexual y acoso sexual en el ámbito laboral, según ha informado la directora general del Institut Valencià de les Dones, María Such.

Such, que ha facilitado estas cifras con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer Rural, ha destacado que del total de mujeres atendidas, 244 acudían por primera vez a los servicios que la Vicepresidencia y Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas pone específicamente a disposición de las mujeres víctimas de la violencia machista.

La mayoría de los problemas atendidos corresponden a casos de maltrato físico y psíquico, con un total de 152 mujeres atendidas, dos de ellas menores. En estos casos, el vínculo sentimental más habitual entre la víctima y el presunto agresor es el de marido/pareja, con 84 casos.

El segundo problema con mayor número de atenciones son los maltratos psíquicos, con un total de 54 casos (22,13%), de los que también dos han sido presentados por menores. En este grupo, el 57,41% de los supuestos maltratadores son el marido o pareja.

En cuanto a los casos relacionados con la violencia sexual, los Centres Dona Rural han atendido a 7 mujeres por agresión sexual; 2 por acoso sexual, 4 por abuso sexual; además, 23 mujeres sufren maltratos físico-psíquico-sexuales por parte de sus parejas.

Por otra parte, cabe señalar que, de las 244 mujeres atendidas por primera vez, casi un 70% (169 casos) han presentado denuncia, mientras que el 30,74% (75 mujeres) no lo han hecho.

Such ha valorado la acogida recibida por este nuevo servicio rural e itinerante, lo que demuestra que "existía una necesidad de un servicio que pudiera llegar hasta aquellas zonas más alejadas de los núcleos urbanos más grandes y de las zonas costeras".

El servicio está compuesto por unos equipos itinerantes que se coordinan desde cuatro bases fijas ubicadas en las localidades de Elda, Yátova, Segorbe y Sant Mateu y cuentan con una plantilla total de unas 50 personas entre psicólogas, trabajadoras sociales, educadoras sociales y técnicas de integración social.

Así, desde la sede de Elda se da atención a las comarcas de Alt Vinalopó, Vinalopó Mitjà, L'Alcoià, El Comptat, La Costera, La Vall d'Albaida; desde Yátova se presta servicio a la Canal de Navarrés, Cofrents, Plana de Utiel, Racó d'Ademús y Els Serrans; Segorbe coordina las comarcas de Alt Palància, Alt Millars y Alcalatén; y Sant Mateu las de Els Ports, Baix y Alt Maestrat.

Such ha resaltado especialmente este papel "itinerante" del servicio, lo que "les permite acercarse hasta localidades más pequeñas situadas en estas comarcas, ofreciendo así un servicio necesario de atención a las mujeres.

"De hecho, -ha añadido- de las 112 intervenciones psicológicas, sociales y jurídicas que se han atendido desde el mes de abril a través de los centros Dona Rural "un 66,55% han sido en itinerancia, es decir, fuera de las oficinas ubicadas en Elda, Yátova, Sant Mateu y Segorbe".

La puesta en marcha de este servicio parte del Estudio de las mujeres valencianas en el ámbito rural con perspectiva de género, que sirvió de base para la puesta en marcha de este servicio, a partir de un diagnóstico de la situación de las mujeres en el mundo rural y su percepción frente a las agresiones machistas.

En él se puso en evidencia que, aunque el rechazo frente a este tipo de violencia es similar al que existe en el ámbito urbano, las mujeres en el ámbito rural están sujetas a un mayor control de la comunidad, ya que "las opiniones y creencias comunitarias tienen más peso frente a las individuales"; tienen una menor percepción de las formas discriminatorias, existen menos oportunidades laborales, lo que las aboca a mayores desigualdades socioeconómicas y carecen de servicios especializados en materia de violencia de género.

Ante esta realidad se consideró necesario articular este recurso la función, por un lado, de dar atención especializada a las mujeres víctimas de violencia machista y sus hijos e hijas y, por otro, ofrecer ayudas para la transición hacia una vida independiente y lucha contra la feminización de la pobreza, ha explicado Such.