F. F.
El técnico del Castellón dio un toque de atención a su plantilla porque no le gustó nada cómo se emplearon casi todos los futbolistas el domingo ante el Benigánim, a pesar de que la escuadra de la capital de la Plana se impuso por un claro 4-1 en Castalia. Hubo muchas cosas que no le gustaron al entrenador tarraconense Kiko Ramírez.
«He perdido un batalla con los futbolistas porque mi función es que el equipo salga en plan ‘play-off’, y si esa barrera no la rompemos difícilmente podemos aspirar a algo más», comentó. Y es que al entrenador del equipo albinegro «el público de Castalia quiere ver goles, al Castellón apabullando al contrario o que no pierda balones. Y va y el equipo hace todo lo contrario. Empieza a tener miedo porque piensa en los tres puntos y no en el partido».
El equipo castellonense, pese a golear, estuvo muy opaco. Muy ramplón. «Muchos desajustes, pases imprecisos y cosas raras. De haber tenido enfrente a otro rival a buen seguro que nos hubiese puesto contra las cuerdas». Kiko Ramírez dejó claro que «pretendo que el equipo sea intenso, que tenga actitud, que intente jugar bien y que gane, y ante el Benigánim salió bien lo último: ganar».
Salvó de la quema a los dos más jóvenes del equipo, con 19 años: Carlos López (debutante en Castalia y perteneciente al filial) y al lateral ondense Luismi Ruiz. «Carlos López ha sido el jugador que más criterio le ha dado al juego. Pocas pérdidas. Muy seguro. Y Luismi ha transmitido al equipo la intensidad que quiere su entrenador. Los demás les ha costado. No se salva ninguno», dijo Ramírez.
El Castellón sigue cuarto en la tabla y mantiene la diferencia de tres puntos más el ‘gol average’ respecto a su más inmediato perseguidor: el Villarreal C.