Rafa Cerdá Torres. Abogado.
Cuentan los agoreros que al cruzar el umbral de la cuarentena, se produce una especie de fenómeno cuyos efectos se conocen como ‘Crisis de los Cuarenta’. Chorrada supina en alto grado, y lo digo como recién estrenado miembro del Club de Cuarentones, el pasado junio conseguí soplar las velas de los dos mágicos número: 4 y 0, y cuando años atrás pensaba que mi actual edad marcaría el comienzo del declive, en realidad me encuentro más satisfecho que nunca.
Entrar en la quinta década me ha proporcionado un enorme valor del momento presente. El Hoy significa la oportunidad que siempre estamos esperando, y aplicando ese estupendo consejo, me decidí un 11 de enero de 2014 a tomar la mejor decisión de los últimos tiempos. Verán: soy usuario de la Piscina Provincial desde hace muchos años, pero del estilo "cómodo"...asistiendo lo justo para que el pago de la cuota no supusiera un gasto superfluo a eliminar en tiempos de crisis. Así que una de las pocas jornadas en las que me disponía a cumplir con la uno o dos veces que acudía a practicar algo de deporte, observé un cartel que ofrecía la posibilidad de ‘Entrenamiento Personal’. Llamé a la persona responsable, y tras un breve encuentro el mencionado 11 de enero, comencé la aventura.
Y menuda aventura...de una forma divertida, responsable y sobre todo segura, el entrenador Raúl Gutiérrez, me acompaña cada minuto de todas las sesiones de entrenamiento que llevo disfrutando desde hace justo un año. Como las cosas buenas hay que compartirlas, el formidable Miguel Izquierdo se unió a las sesiones, aunando su proverbial constancia y buen hacer. Resultado: he dejado en el camino casi quince kilos, mi estado físico ha dado un vuelco y mi dieta se ajusta a lo que se entiende por hábito sano. Mi compañero de fatigas Miguel todavía ha acusado más los efectos de un entrenamiento regular y personalizado; su ya atlética figura ha mejorado en un verdadero tipazo.
En la Piscina Provincial de Castellón, un joven equipo liderado por Raúl Gutiérrez y su empresa No Limits, ofrecen la oportunidad de practicar deporte bajo la supervisión de un experto deportivo y de forma totalmente personalizada. Lejos de exclusivismo y tarifas desorbitadas, todo lo contrario: precios más que razonables por una atención inmejorable. Para un adicto del sofá como yo, alérgico a todo lo que sonara a esfuerzo físico, la decisión de empezar a entrenar de forma individual con la supervisión de Raúl Gutiérrez, supuso tirar por la borda las peores decisiones que tomaba todos los días: no dar importancia a los hábitos alimenticios saludables, evitar la actividad física, no cuidarse de verdad (relativizar lo malo, cultivar aficiones y cuidar a los amigos), dejarme arrastrar por el estrés,....
Si quieren un consejo; atrévanse a dar el paso de probar el entrenamiento personal. No tiene nada que ver con las ideas de falsa exclusividad y elitismo con el que se asocia. Reitero: nada que ver. Una buena disciplina deportiva reglada y bajo control supone una estupenda opción para mejor la calidad de vida, la creencia que un ‘nivel alto’ equivale a vivir mejor es un grave error. Optar por encontrarse bien y sentirme mejor, equivale a una solución.
