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sábado, 27 de abril de 2024 | Última actualización: 02:00

El sentido trágico

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Juan Teodoro Vidal. Químico.

En Grecia se ha cumplido lo inevitable: un partido ha canalizado el malestar general y, en las votaciones, el pueblo griego ha elegido no seguir el sentido común y no respetar a quienes en el resto del mundo han estado ayudando con sus préstamos a sostener y salvar el país. En lugar de cumplir sus compromisos, el pueblo griego prefiere creer que va a poder salir adelante volviendo a gastar lo que no tiene. Cuando reaccionen puede que sea demasiado tarde. Europa es un club, resultado de un delicado equilibrio en el que todo se negocia. Por eso mismo no se puede ir contra todos los demás socios del club.

Para disfrutar de una carretera primero hay que planearla, financiarla y construirla. Para disfrutar de una comida, primero hay que sembrar, cosechar y cocinar. Para tener unas vacaciones primero hay que trabajar y ahorrar. Si en lugar de cobrar en euros por nuestro trabajo cobráramos en millones de euros sin producir más, un pan, en lugar de costar un euro costaría un millón de euros. No se puede subir el gasto público, aumentando el salario mínimo de espaldas al mercado o contratando de nuevo funcionarios que no se pueden pagar, si antes no se han generado nuevos ingresos, preferiblemente sin esquilmar a la población.

Yo no tengo tan claro, como han insinuado algunos, que Europa cederá y que Grecia cederá y se llegará a un nuevo entendimiento sin que llegue la sangre al río. Europa no puede perdonar una deuda de Grecia que hemos pagado todos los demás y Grecia no creo que vaya a ceder en sus pretensiones, porque eso es justamente lo contrario que acaban de votar. A mí me parece que, si las cosas siguen su lógica interna, vamos a asistir al choque de un tren contra un 'seiscientos'. No creo que los del tren se resientan demasiado ni que descarrile el tren. Me da a mí que el 'seiscientos' no saldrá entero de esta. Ojalá con ello nos vacunemos los demás países.

Y se escribirá una nueva tragedia, esta vez en los telediarios. Los anticiclones, como lo es Europa, por analogía, son bastante estables, pero en sus proximidades o en sus bordes, se generan las borrascas que es donde hay precipitaciones. Grecia, que un día fue la cuna de nuestra cultura; y nos enseñó casi todo lo que sabemos de filosofía; que inventó la moneda tal como la conocemos; origen de nuestro alfabeto, modificado luego por los romanos; y de tantas palabras que permanecen intactas en los prospectos médicos y en las publicaciones científicas; que imaginó los mitos que tanto han inspirado nuestra forma de vivir... está en el borde de este inmenso anticiclón. Ay pobre Grecia, se acabaron, ya hace mucho, los tiempos de Homero, Fidias, Aristóteles y Alejandro. Los bárbaros del norte, sin imaginación ni humor, capitaneados por los germanos, desprecian tu creatividad y saber vivir. Y no entienden de tragedias. Para ellos son simples apuntes contables.