Noticias Castellón
sábado, 27 de abril de 2024 | Última actualización: 02:05

El copago

Tiempo de Lectura: 2 minutos, 33 segundos

Noticias Relacionadas

Jorge Fuentes. Embajador de España.

Nunca he sido un hombre de negocios ni he tenido gran gusto por los números ni por las finanzas. Por añadidura siempre he sido bastante ingenuo respecto a las intenciones de los partidos políticos en materia de recaudación fiscal. Me creía aquello que decía el PP que su vocación era bajar los impuestos y que donde mejor estaba el dinero era en el bolsillo de los contribuyentes. También me hacía ilusiones que habiendo contribuido con cientos de miles de euros a la caja de Hacienda  durante mis años activos, el Montoro de turno seria generoso conmigo cuando llegara la hora de mi jubilación.

Financieramente hablando hice un pésimo negocio ya que si hubiera colocado en un banco mis retenciones para la seguridad social durante mis años laborales ahora estaría percibiendo diez veces más del monto de mi pensión, por lo demás nada desdeñable, de la que por añadidura Hacienda me araña una buena parte.

Leo en estos días que la nueva responsable de Sanidad, claramente Ministra de cupo por doble motivo (por mujer y por catalana) dice que el copago farmacéutico de los jubilados puede aumentar. No creo que la mala intención de la señora Dolors Montserrat vaya a prosperar porque la oposición no se lo permitirá. Pero su propósito estaba clarísimo.

Todos sabemos que, tal como está nuestro sistema sanitario, muchos jubilados (y no jubilados) al caer la tarde, prefieren ir a  que su médico gratuito les eche un vistazo y les recete algunos medicamentos también gratuitos antes que marchar al cine o al teatro, cada vez más caros. También sabemos que los hipocondriacos, jóvenes o viejos, acumulan medicamentos que se desperdician al pasarse de fecha.

Podría haber otras formas para corregir estos defectos sin convertir nuestro sistema sanitario, uno de los mejores del mundo, en otro bastante peor. Al hacerlo habría que evitar cargar sobre el sector más frágil de la sociedad, las necesidades fiscales del país y procurar por el contrario un régimen realmente progresivo en el que además se corrigieran las ocultaciones fiscales.

Subir el copago de los jubilados, aun cuando no representara una enorme cantidad de dinero para los contribuyentes, representaría una gran injusticia ya que supondría cargar sobre ellos una triple imposición: la doble es el hecho de que los jubilados tengan que pagar impuestos sobre sus pensiones que ya tuvieron retenciones  durante la vida laboral del contribuyente. La triple retención proviene del hecho de que un servicio público -el sanitario- que se nutre con parte del presupuesto nacional, se ha formado ya con las aportaciones de nuestros bolsillos.

El Ministerio de Hacienda en lugar de afanarse tanto en buscar fondos que gastar, debería preocuparse por reducir los gastos estatales, algunos de los cuales son prescindibles o, por lo menos, más que discutibles.