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domingo, 21 de diciembre de 2025 | Última actualización: 21:27

ZP

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Muchos en España pensamos que después de una meritoria remontada democrática iniciada en 1978 con la restauración monárquica, la adopción de la nueva Constitución y el moderado proceso de transición, la decadencia de nuestro país comenzó en 2004 con el terrible atentado del 11M y con la llegada a la Moncloa, sorpresivamente, de Rodríguez Zapatero, más conocido entre sus correligionarios y muchos otros, como Bambi o ZP.

La llegada de ZP fue traumática por muchos conceptos. Principalmente porque sin el atentado terrorista no hubiera habido cambio de liderazgo. Aznar hubiera cumplido sus dos mandatos como se había comprometido hacer y Rajoy le hubiera sucedido dentro de una normalidad que conllevaba un tranquilizador progreso económico. El atentado y las vacilaciones de los primeros momentos lo cambiaron todo.

Pero es que, por añadidura, Zapatero no era el llamado a presidir el gobierno. Bono se encontraba mejor situado para hacerlo. Por pura carambola, ZP logró superar a su rival por escaso margen. Nunca sabremos cómo hubiera funcionado España con otro liderazgo pero si sabemos cómo lo ha hecho con ZP.

Con él empezó la ruina económica del país, los incontables millones de parados, los deplorables niveles de vida, el fraccionamiento del país no solo por el flanco vasco sino desde entonces también por el catalán, el descrédito internacional, el distanciamiento de nuestros aliados tradicionales en especial de los Estados Unidos -recordemos la "sentada" de ZP al paso de la bandera norteamericana en el Desfile Nacional y mas grave aun, la campaña montada por Zapatero para la retirada de los contingentes español y de otros aliados de la operación de Irak. Dos gestos que aun ahora Washington no ha olvidado.

La tónica del paso de gobiernos socialistas por La Moncloa era bien conocida hasta la llegada de Sánchez. Tanto González como Zapatero dejaron el país esquilmado hasta que llegaron los Populares para lograr la recuperación económica. El mayor éxito de Sánchez radica en haber logrado convencer al país de que nuestra economía va como una moto o un cohete: 22 millones de trabajadores, un crecimiento del PIB como no lo ha conseguido ningún otro país del mundo, sin aclararnos que ello es así porque en pocos años y gracias a los inmigrantes, España ha pasado de tener 40 a 50 millones d habitantes, que los apoyos de la Unión Europea no tiene precedentes y que la acumulación de la deuda externa tampoco los tiene, maquillando una prosperidad que pronto o tarde deberá desvelarse.

ZP dejó el país arruinado, pero él mismo no estaba dispuesto a dejar La Moncloa con los bolsillos vacíos. Desde un primer momento, no se conformó con el generoso arreglo que nuestro país tiene para los ex Presidentes -pensión vitalicia de 80.000 euros anuales, despacho, coche, chofer, secretaría, seguridad-.

De la mano de su ex Ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se orientó a conectar con líderes hispanoamericanos, especialmente con los venezolanos, llegando a convertirse en consejero áulico de Maduro. Los negocios que se han traído entre manos y que pueden haber beneficiado no solo a ZP y a su familia sino también a Sánchez y a otros políticos españoles, explican no solo la ruina en que se encuentra Venezuela -el primer país en reservas petroleras del mundo- sino también el enriquecimiento multimillonario de Zapatero y de sus amigos.

Esta columna solo intenta ser una introducción al tema. En los escándalos políticos que abundan en España se habla de muchos políticos -Sánchez, su parentela, Ábalos, Cerdán, Koldo y un largo etc.,- pero hasta el momento Zapatero se encontraba a salvo. Es probable que en cualquier momento estalle la bomba ZP que deje empequeñecidos los restantes escándalos que desde hace meses ocupan las portadas de los medios informativos y que aclaren ciertos enriquecimientos fulminantes, rescates aéreos, unidos a extraños movimientos diplomáticos bolivarianos, marroquíes e incluso chinos.