IGP Castelló marca los retos del futuro para el sector vitivinícola
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Los principales países del Mediterráneo europeo son a día de hoy el núcleo de la producción mundial de vino, aunque sus orígenes están más cerca de Asia. La antigua Mesopotamia ha sido la cuna de infinidad de productos y costumbres que se siguen manteniendo hoy en día, desde los dados con seis caras datados del 3.000 a.C. hasta la que se considera la primera evidencia de la producción y consumo de vino, los restos de la vasija hallada en el poblado Hajji Firuz Tepe de los Montes Zagros (zona entre Irak e Irán) del 5.400 a.C. Ha pasado mucho tiempo desde la época del Neolítico y ahora son Italia, Francia y España, por ese orden en cuanto a mayores productores del mundo, los que lideran el sector.
España es el país del mundo con una mayor superficie cultivada de viñas, y la Comunitat Valenciana representa algo más del 6% de esa superficie. Por lo tanto, la nuestra es sin duda una de las regiones con más peso dentro del sector vitivinícola nacional, pero para asegurarse de que eso siga siendo así, se deben afrontar una serie de retos en el futuro próximo.
La competencia o los cambios climáticos de los últimos años son algunos de los obstáculos a los que debe enfrentarse la industria. Cuestiones que se debatieron la pasada semana en una sesión titulada ‘Los desafíos del sector vitivinícola valenciano‘. La mesa redonda celebrada en la Universitat Politècnica de València contó con la presencia de representantes de los Consejos Reguladores de Denominación de Origen de València, Alacant o Utiel-Requena, y también con el presidente de la Indicación Geográfica Protegida Castelló, Ismael Sanjuan.
Sanjuan planteó cuáles son los desafíos que se refieren en concreto al vino de Castellón, los cuales se podrían encuadrar en cuatro grandes áreas de actuación: la investigación, la optimización de recursos, la distinción territorial y la acción unificada entre vitivinicultores castellonenses.
Asegurar la calidad del producto es uno de los grandes objetivos del sector, para ello es necesario invertir en investigación, de manera que se pueda mejorar tanto la producción como la gestión del proceso, desde la propia uva hasta la distribución del vino. A través del análisis se debe establecer los momentos óptimos para sacar el máximo potencial de cada tipo de variedad e intentar reducir costes. IGP Castelló apuesta por vinos más ecológicos en los que, gracias a la mecanización de los procesos, el foco se ponga en el producto. La excelencia como símbolo de
distinción de los productos castellonenses es otra de las apuestas de los productores de la región. Aquí habrá que buscar el equilibrio entre recuperar variedades tradicionales y poder adaptarlas a circunstancias climáticas que son diferentes a las que había antaño. Por último, Sanjuan hacía un llamamiento a la unidad de acción de los vitivinicultores de la región; buscar estrategias que trabajen en una misma dirección, que beneficien a todos y consoliden el vino de Castellón como un referente dentro del panorama nacional. Para ello, se ha de trabajar la comunicación, dar a conocer el producto castellonense y el valor del mismo.
La Generalitat Valenciana estableció en septiembre de 2003 la indicación geográfica de Castelló para designar los llamados “vinos de la tierra”, los cuales deben cumplir una serie de condiciones para poder acogerse a esta denominación IGP-Castelló. Se incluyen los vinos producidos en las zonas del Alto Palancia, Alto Mijares, Les Useres, Vilafamés y San Mateo, que cada vez se encuentran mejor posicionados dentro de los vinos valencianos. El sector no ha dejado de crecer e innovar en los últimos años, pero es frágil por naturaleza y debe trabajar de manera conjunta para asegurar su sostenibilidad.
Desde Castellón se han lanzado iniciativas como la Ruta del Vino o la presencia de la IGP Castelló en el Mesón del Vino de las fiestas de La Magdalena, que este año vuelve a la plaza Antonio Ferrandis. La IGP Castelló se hace cargo del Mesón desde hace tres años, buscando dar más protagonismo a los Vinos de Castellón; un excelente escaparate para un gran producto cuyo mayor reto es el de traspasar fronteras.
