Santiago Vila. Informador Deportivo.
No pudo ser, pero se cayó dignamente ante el todopoderoso FC Barcelona de los Messi, Neymar, Suárez, Iniesta, Busquets, Piqué, etc. Se dio la cara en todo momento y, además, en algunas fases del encuentro se llegó a superar al conjunto culé. Al final no se pudo llegar a la tan ansiada final de la Copa del Rey y hay que pasar página y afrontar el futuro con optimismo. Sin apenas tiempo el respiro la competición liguera sigue su curso con el enfrentamiento del domingo ante el Celta y la próxima semana los octavos de final de la Europa League contra el Sevilla de Unai Emery.
Y en esta competición voy a centrarme. Tras quedar a las puertas de la final de la Copa del Rey, ahora se nos presenta una nueva oportunidad de llegar a una final, en esta ocasión, europea y en la que ya tenemos experiencia. Uno se acuerda de las dos semifinales anteriores en la segunda competición europea, donde nos quedamos en las puertas de la gran final. Con la antigua denominación de Copa de la UEFA, en la temporada 2003-04 caímos frente al Valencia CF y más reciente en el tiempo fue ante Oporto, temporada 2010-11, con la actual denominación de Europa League, sin olvidarnos de la histórica semifinal de la Liga de Campeones en la 2005-06 frente al Arsenal.
Por tanto, la Europa League, debe ser una segunda oportunidad para los amarillos de alcanzar por primera vez en su historia una final. La empresa no va a ser fácil, sino todo lo contrario, a tenor de los rivales que compiten por alcanzar el cetro europeo de la segunda competición continental. El primer escollo a salvar será el Sevilla que este próximo jueves rendirá visita a El Madrigal y esperamos que sea una auténtica olla a presión para llevar en volandas a los amarillos hacia la victoria y, a ser posible, con la suficiente ventaja para poder afrontar con las máximas garantías el partido de vuelta en el Sánchez Pizjuán a la semana siguiente.
