Luis Aleixandre Giménez. Ingeniero Técnico Industrial. Técnico de Energía.
Transcurrido el periodo electoral y asentadas las bases del gobierno de Vila-real con una mayoría absoluta del partido socialista, liderado por José Benlloch, me vienen a la memoria momentos vividos durante el periodo de campaña electoral. En ella todos los candidatos proclamaban entre otras virtudes su accesibilidad y cercanía para y con los ciudadanos de Vila-real, programando mesas informativas, cafés con ciudadanos y reuniones con las distintas agrupaciones vecinales y sectoriales, de forma que pudieran mostrar su preocupación por los problemas que atenazaban a cada uno de ellos. Resumiendo, durante la campaña se mostraron todos los candidatos especialmente accesibles, solicitando algunos, incluso, que se acercaran a ellos haciéndoles llegar sus preocupaciones y sus propuestas.
En mi artículo de opinión en este mismo medio de fecha 07 de febrero del presente, incidí en la idea que el ‘café con los ciudadanos’ para solucionar sus problemas, no debería hacerse antes de las elecciones, sino una vez el candidato ha logrado hacerse con el gobierno local, porque de esta manera la ejecución de las medidas que tiendan a solucionarlos tienen un porcentaje mucho mayor de llevarse a cabo con resultado satisfactorio.
Pues este razonamiento ha hecho que me decidiera a realizar un ‘experimento’ que me ayudase a comprender si estoy equivocado con mi idea de que se trata, principalmente, de una estrategia de imagen electoral y no tanto de un empeño real de ayudar a resolver problemas. Ojalá me equivoque. Para llevar a cabo mi experimento, busqué una acción de gobierno que el ayuntamiento no estuviera llevando a cabo y que fuese útil, valiosa y novedosa para Vila-real. La propuesta que decidí aportar al equipo de gobierno, tampoco fue contemplada durante la campaña electoral ni por el Partido Socialista ni por Compromís, ni se está llevando a cabo en ninguna localidad de la provincia ni de la Comunidad Valenciana, de ahí lo novedoso. Mi propuesta puede, a ojos de otro, ser buena o no, pero no es ese el tema de mi investigación, sino la accesibilidad del alcalde Benlloch a recibirme, y al menos, a escucharme.
Una vez concebida una propuesta novedosa y realizable, me propuse contactar con el ayuntamiento para pedir una cita con el alcalde de Vila-real. Lo intenté como un ciudadano cualquiera, sin utilizar amistades ni contactos en el ayuntamiento. La sistemática planeada fue: primero realizar la petición por los medios proporcionados por la página web, es decir por correo electrónico. En caso de no recibir contestación favorable y tras unos días de espera razonable, realizar una llamada telefónica a secretaría del ayuntamiento y solicitar una reunión con el sr. Alcalde con la base siempre de presentar una propuesta útil y real de gobierno. Tras otro periodo de espera y en caso de que tampoco obtuviese el resultado deseado, procedería a solicitar dicha reunión por escrito y previo registro de entrada en las oficinas del ayuntamiento. La única condición a la que quería aferrarme fue la de hablar directamente con el alcalde Benlloch; no cumplía mi objetivo una reunión con el concejal correspondiente ni con el funcionario designado.
Transcurridos menos de 15 días desde la fecha del envío de la 1ª petición de reunión, el resultado ha sido sorprendente. Fue la concejal de Economía, María Dolores Parra, quien contactó conmigo en tan sólo cuatro días para coordinar la reunión con el alcalde. Y así fue. Ya he tenido la reunión con el alcalde de mi ciudad. No sólo con el alcalde Benlloch sino también, y en el mismo acto, con la concejal de economía María Dolores Parra. En la reunión he tenido la oportunidad de explicarles mi propuesta y les he entregado la documentación que había reunido para poder realizar un estudio de implantación. Mi propuesta podrá llevarse a cabo o no, pero lo realmente interesante ha sido poder averiguar que yo estaba equivocado. Tenemos un alcalde accesible y preocupado por los problemas y propuestas de los ciudadanos de Vila-real. Al César lo que es del César y esa es la impresión que me he llevado. Me alegro de haberme equivocado.
