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viernes, 10 de mayo de 2024 | Última actualización: 09:06

Vicent Carda expone sus particulares 'Horitzons' en la galería Cànem de Castellón

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El pintor Vicent Carda (Burriana, 1962), inaugura hoy viernes en Cànem, Horitzons. La exposición es la continuación de las series Memòria d’un Paisatge y Els Secrets de l’Illa Negra, expuestas en Amsterdam (2012 Ververs gallery) y en Borriana (2014 CMC La Mercé).

Horitzons, es la serie que cierra la trilogía Titerroigatra, expuesta en Barcelona (2011 LaGaleriaArt-LGA), y hace referencia a la estancia del pintor en Lanzarote, en palabras del propio pintor, “es un viaje, una visita, tal vez un recorrido para volver al principio. Una muerte, un duelo, una cura, un recuerdo o un olvido, la memoria. La verdad, una experiencia gratificante para escuchar el verdadero silencio de la tierra”.

Con estas obras, Vicent Carda, nos introduce en una interpretación del paisaje y dentro de él del papel del horizonte, pero también de la relación existente en la isla entre el cielo y la tierra, y el mar. Y sobre todo el silencio y la soledad. Sus anotaciones pretenden trascender más allá del encuentro común con el paisaje, según el pintor, “este tiene que ser tomado como un pretexto para desarrollar el trabajo, y no hay que intentar buscar una referencia topográfica, una imagen conocida, ni siquiera una referencia a las miles de postales turísticas que existen”.

Esta es la cuarta vez que Vicent Carda expone en la galería Cànem, ahora vuelve a hacerlo presentando las obras que durante el 2014 ha ido trabajando, y toman como pretexto el horizonte, un horizonte que como apuntó hace tiempo Maurice Merleau-Ponty es “No más que el cielo y la tierra, el horizonte es un conjunto de cosas que se mantienen unidas...”, y ahí está la clave de las nuevas obras del pintor de Borriana, la unión de las cosas, de las texturas y las manchas, del color.

Unas obras divididas por la línea imaginaria que conforma el horizonte y que mantiene una contraposición entre los colores primarios (la infancia) y uniformes, y la dureza del blanco y el negro (la madurez) y que crean entre ellos paisajes imaginarios, o sus particulares paisajes de Lanzarote. La dureza pero al mismo tiempo la suavidad de la pincelada, el color y la luz, la memoria, el mundo rural y el industrial, el campo y la ciudad. El paisaje urbano y rural.

Vicent Carda nos codifica toda una serie de indicadores conceptuales, pero al mismo tiempo sus obras nos hablan sobre el hecho pictórico, las nuevas obras se caracterizan por la utilización de los colores primarios y puros, aplicando diferente capas, una encima la otra hasta conseguir una textura considerable, al tiempo que hace uso del lavado y el raspado, de la pincelada y las superposiciones del blanco y el negro en la otra parte de la obra, creando esos paisajes propios que ya nos mostró en las anteriores series, pero que ahora los resalta.

Al final lo que pretende Vicent Carda no es otra cosa que enfrentar al espectador ante una obra emotiva e imaginativa, que nos traslada al pasado pero con conceptos actuales. La intención de Vicent Carda es reubicar la mirada del espectador y que se dé cuenta que el horizonte es algo más que una línea imaginaria en nuestro inconsciente, es la unión de un conjunto de cosas que se mantienen unidas, como el cielo y la tierra, el mar y la tierra, el cielo y el mar, y que aparecen una y otra vez en sus pinturas, de manera repetitiva, pero diferente en cada una de ellas.