Aquello que se barruntaba como probable ya ha llegado; estamos en una situación nueva, como al inicio de la pandemia, en la que sabemos que hay una imposición arancelaria a todos los productos y países por parte de Estados Unidos con la idea de fortalecer el país y defenderlo de los impuestos que se han aplicado a sus productos. Con ello, se dice, que será un país más fuerte y que ya está bien de 'buenismo' y de pagar más por la globalización.
Hay una subida de aranceles que nos va a afectar como miembros del país y, particularmente, como ciudadanos. Pero hay que ser cautos y no caer en el desánimo y en que nos va a ir peor. Es cierto que hay productos que verán sus exportaciones afectadas, pero hemos de evitar creer que esto va a complicar, y mucho, a la economía española en general y castellonense en particular.
Pero como ciudadanos sí podemos intuir algunas cosas sin que apenas haya pasado un tiempo para ver hasta qué punto tienen lugar.
En nuestro caso, tenemos un sector muy relevante en la provincia, el cerámico, que fue el primer producto exportado a Estados Unidos en 2024.
Es un sector en el que, salvo excepciones, le falta prestigiar más el producto de forma que el consumidor americano, ante el mayor precio, siga adquiriéndolo. También tiene el hándicap de no tener producción en USA, a diferencia de Italia. Es un sector que exporta a casi todos los países del mundo y que tiene la competencia creciente en distintos mercados de la producción turca e india. Pero sabe hacer las cosas.
Lo que es probable es, y eso quienes mejor lo saben son las propias empresas, que se reduzca en parte el envío de cerámica a ese país. Ello podría dar pie a dificultades en algunas firmas y que algunos trabajadores se vieran afectados.
Se exportó muy poco de cítricos por este sector, que ha ido perdiendo importancia, a diferencia de hace algunos años. Que afecte al agricultor más de lo que ya sufre por los precios y cargas actuales y la competencia foránea en España, no lo creo.
La práctica totalidad del resto de producciones agrarias de la provincia, aceite y vino, entre otras no envían o apenas lo hacen a ese mercado por lo que los aranceles no les afectarán; lo mismo que al sector cárnico de la provincia, aunque sí lo hará para el conjunto del país.
Y dos terceras partes de lo importado de USA son crudos de petróleo, pero le vendimos en 2024 en torno al nueve por ciento de gasolinas. Hay que decir que la provincia exportó el año pasado casi tres veces más de lo que importó, siendo la cerámica lo más exportado como ya he comentado.
Como ciudadanos, si tenemos inversiones en bolsa, ya estamos notando los efectos de la gran incertidumbre en los mercados. De la misma forma, los inversores y las empresas con planes o proyectos de inversión, con gran probabilidad, paralizaran o estudiaran más a fondo si esa incertidumbre mundial les permite continuar o no.
Como país, es el momento de ese gran acuerdo de estado, de ese pacto del que siempre se sueña, pero que, la realidad es todo lo contrario. Y aún ahora la unanimidad no será total ni firme de futuro, por desgracia. Ojalá me equivoque; esperemos que sea así, pero…
Y como miembro de la UE, que también ha adoptado medidas arancelarias, es precisa esa unidad de los veintisiete, que no se resquebraje, que es lo que intentará alguno de sus miembros y que el propio Trump tiene como objetivo. Unidad, bonita palabra, pero que tiene demasiada burocracia que la eterniza o que, realmente falta en demasía. Pero hay que mantener el diálogo.
Pero, seamos cautos, como decía al principio, en esta guerra comercial, que ahora inicia un nuevo paradigma del que no tenemos elementos en que basarnos para ver lo que pueda ocurrir en los próximos meses. Ojalá haya algo de inteligencia en este planeta para ver que esto nos conduce a todos a perder. Nadie gana con esto, todos pierden.