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jueves, 28 de marzo de 2024 | Última actualización: 13:20

12 usuarios de la residencia de Almassora experimentan los beneficios de la terapia con perros

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La residencia de la tercera edad de Almassora ha comenzado a explorar los beneficios que tiene para los usuarios y residentes el contacto con perros. Gracias al programa de intervención asistida elaborado por el centro, los ancianos realizan ejercicios dirigidos a mantener activas sus habilidades cognitivas y psicomotrices. Con la ayuda de 'Mauna' y 'Yukon', los dos animales que participan en la terapia, los usuarios también trabajan aspectos sociales, afectivos y comunicativos, tanto con los animales como con el resto de integrantes del grupo.

La educadora canina que dirige las sesiones, Elisensa Mir, destaca que la meta de este proyecto es "mejorar la calidad de vida de las personas a las que nos dirigimos", dado que "la mayor parte de las patologías de base son crónicas y no nos planteamos una curación, sino una mejoría o rehabilitación en alguna de sus capacidades". Para conseguirlo, los ancianos realizan ejercicios con los animales a lo largo de un sencillo recorrido con obstáculos, una actividad conocida como 'paragility' y que "despierta su satisfacción, al ver que son capaces de enseñar al perro y realizar correctamente el circuito", asegura Mir.

Por su parte, los usuarios disfrutan de las sesiones intensamente. "Algunos internos se muestran mucho más sociables y activos durante las actividades y manifiestan su ilusión por participar", ha explicado la concejala de Bienestar Social, Diana Belliure. "La respuesta positiva de los ancianos y la confirmación del personal del centro sobre los beneficios que tiene en ellos esta terapia, no hace plantearnos convertirla en una actividad anual", ha incidido Belliure.

Cabe destacar que los dos canes realizan este tipo de terapias desde hace más de cinco años junto a su educadora y ambos han sido adiestrados para  interaccionar con personas dependientes y con movilidad reducida. El proyecto comenzó a desarrollarse el pasado 13 de octubre y las sesiones, que duran 75 minutos, se repetirán semanalmente hasta finales de año. La psicóloga y el técnico sociocultural del centro acompañan y asisten a los usuarios durante las actividades, con el objetivo de realizar un seguimiento personal de su evolución.