Oceana denuncia que casi 12 de los 26 millones de hectáreas de aguas españolas en el Mediterráneo están bajo la amenaza de la búsqueda de petróleo y gas.
British Gas realizó las campañas sísmicas que ahora solicita Cairn Energy e incluso, llegó a perforar un pozo petrolífero al norte de las islas Columbretes, de escasa rentabilidad.