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lunes, 13 de mayo de 2024 | Última actualización: 20:59

Sorribes: “Hay dos grandes conflictos en los centros educativos: el acoso y los intentos de suicidio"

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La nulense Susana Sorribes Membrado es la presidenta de la Asociación de inspectoras e inspectores para una nueva Educación, de ámbito nacional

Susana Sorribes Membrado, natural de Nules, es inspectora de Educación y actualmente presidenta de la Asociación de inspectoras e inspectores para una nueva Educación (Insnovae), de ámbito nacional. En esta entrevista explica a qué se dedican en la asociación, analiza la nueva ley de libertad educativa en la que trabaja el Gobierno Valenciana y cuáles son los principales conflictos que hay en los colegio e institutos. En su currículum también figura entre otros cargos el de orientadora Educativa de la Conselleria de Educación de la Comunidad Valenciana (Funcionaria de Carrera del Cuerpo de Secundaria), directora del Servicio Psicopedagógico Escolar SPE C02 de Castellón, Inspectora de Educación en la provincia de Castellón (Coordinadora de Educación Especial y Servicios Psicopedagógicos Escolares, Inspectora General de la Comunitat Valencia de la Conselleria de Educación, Inspectora de Educación de la Dirección territorial de Valencia, Coordinadora de inclusión en la ciudad de Valencia y Coordinadora de los SPEs de la ciudad de Valencia y zona norte de la provincia.

¿Qué es Insnovae y cuáles son sus objetivos?

Insnovae nace por la necesidad de un grupo de inspectores de hacer una nueva inspección que logre una nueva educación. Nacimos a partir de una reunión de 10 mujeres inspectores que pensábamos que el modelo de inspección que existía en ese momento, que era muy tradicional y añejo, en el que el inspector se veía como una figura de control, no era lo que necesitaba el sistema para lograr una mejora educativa, que es lo que nosotros hacemos. Supervisar o controlar es una de nuestras funciones, según marca la Lomloe, pero pensamos que había que hacer un paso más.

Nuestra filosofía era que podemos controlar según la norma, pero cuando hay procesos de innovación y de inclusión, que son muy relevantes para el proceso educativo, hay que acompañar a los centros para que asuman estas nuevas ideas pedagógicas. Ahí nace la voluntad de cambiar la educación a través de una puesta en valor de la educación, no solamente de control. Y también somos una entidad formadora porque el cuerpo de inspección debe estar formado por un grupo de personas que tengan una inquietud permanente en el aprendizaje. Debemos ser como puntas de lanza que llevan a los equipos directivos a realizar nuevos proyectos.

Así pues, Insnovae es una asociación de ámbito nacional, que actualmente estamos en las comunidades de la Comunidad Valenciana, Madrid, Andalucía y en Galicia.

¿Cuántos inspectores forman parte de esta asociación?

Actualmente somos pocos. Inspectores de educación somos unos 40 (de los 1.300 que hay en España), pero también hay más de 80 docentes como adheridos porque quieren tener un contacto con el inspector. Nos consultan como si fuéramos una asesoría o un coach, nos preguntan problemas sobre la situación en los centros y por eso hemos pasado a esa otra dimensión de, no solo hacer el trabajo de inspectores, sino también de hacer de coach con los docentes y ofrecemos cursos de formación para ellos.

Una novedad que dio nuestra asociación es que organiza un evento en el que da premios. Y esto lo pensamos para que, a los que lo hacen bien se les reconozca su trabajo. Aquí solo mandan al inspector cuando tiene que resolver un problema, pero no se no decía ¿quién lo hace mejor que nadie? ¿cómo se puede premiar? Y por eso pusimos en marcha los premios 'Acción Docente 10', con la que estamos ya en la 3ª convocatoria y en la que premiamos a docentes, equipos directivos, a centros y a personas de reconocido prestigio. De hecho, este año por primera vez vamos a premiar al Ministerio de Educación.

¿Cómo fue el proceso para llegar a ser la presidenta de la entidad?

Fue un poco porque alguien tenía que ponerse al frente, pero siempre apoyada por el resto, con Adoración Morales y Esther Álvarez a la cabeza.

El Gobierno de Carlos Mazón está trabajando en una ley de libertad educativa para primaria, secundaria y bachillerato, para sustituir a la ley de plurilingüismo. ¿Qué opinión tienen de esta ley Insnovae?

La proposición de ley que prepara el PP y Vox tiene sus ventajas y sus matices. Nosotros hemos tenido una reunión con el Partido Popular y haremos alegaciones porque ahora está en un proceso de mejora y es para el 2025. Han sido valientes porque trasladan lo que elegía el consejo escolar a las familias, es decir cuando un consejo escolar de un centro elige su programa lingüístico de centro (PLC) los que votan son los que allí están y cuando tú trasladas eso a las familias de niños 3 años que entrarán en el centro, le estás dando mucha más visibilidad.

"Una verdadera ley de libertad educativa lingüística sería aquella en la que mi elección se confirmara"

Ahora bien, nosotros ponemos nuestros matices porque una verdadera ley de libertad educativa lingüística sería aquella que mi elección se confirmara. El mayor peligro será ‘tú me dejas elegir, pero ¿voy a poder tener lo que yo quiero? Porque entonces seré libre o ¿es una ley de la libre elección? Porque cuando alguien dice ‘te dejo elegir, pero luego lo que decida la mayoría’ entonces estamos en un proceso democrático, pero no tengo lo que quiero para mi hijo.

¿Cuál es su propuesta?

Nuestra propuesta ha sido que en el proceso de admisión las familias puedan seleccionar una casilla que ponga castellano o valenciano como lengua base, pero además tienen que seleccionar un número de centros. Si lo hacemos de esta manera, garantizaremos la elección de la lengua. Es una propuesta que se puede hacer porque no estamos bajando las ratios de 3 años. Estamos bajando la natalidad. Estamos perdiendo unidades hasta el que punto que se podrían bajar hasta las ratios. De hecho, la anterior administración en algunas localidades para no perder unidades, bajó de 25 alumnos a 20. Esto es algo que no solo le pasa a la Comunidad Valenciana, le pasa a toda España.

¿Por qué no se bajan más las ratios?

Porque creo que se necesita un estudio de ámbito nacional de varios factores: de espacios en los centros, de unidades y de profesorado para no perderlo. Se trata de un trabajo de planificación que requiere al menos dos cursos de planificación. De hecho, la propuesta de la nueva ley de libertad educativa introduce este tema porque tiene que decidir si da ese paso de analizar qué pasa con los alumnos sobrantes de los grupos que no han elegido castellano o valenciano o quedarse con la norma de que se aprueben los grupos con lo que diga la mayoría, ese es el gran dilema del gobierno de Carlos Mazón. Una verdadera libertad, a nuestro juicio, es que le des a los padres lo que quieren porque si no volvemos a un modelo de imposición lingüística, es lo que ha querido la mayoría de padres y madres, pero se lo has impuesto a quien no ha elegido eso.

"Ahora mismo hay dos grandes conflictos en los centros educativos. La convivencia por temas de acoso y los intentos de suicidio"

A nivel general, ¿Cuáles son los principales conflictos en los centros educativos que tienen que resolver como inspectores de educación?

Ahora mismo hay dos grandes conflictos. La convivencia por temas de acosos y el otro gran tema son los intentos de suicidio. Los casos se dan tanto en primaria como en secundaria, aunque en secundaria hay más. Esto era muy raro, pero a partir de la pandemia se ha disparado. De hecho, vino, a través de un estudio realizado cuando terminó la pandemia, que en la Comunidad Valenciana los casos de intento de suicidio habían aumentado un 35%. En adolescentes hay más de ‘ideación’, en un momento dado como inspectora llegué a tener un centro en el que había 10 adolescentes con ese pensamiento que lo verbalizaron a sus profesores y en Valencia también se dio a conocer que había un instituto en el que había 11 casos.