Las duras pruebas para poder conseguir el puesto aseguran que los trabajadores están totalmente cualificados para cumplir su misión
La labor que llevan a cabo los diferentes socorristas que están distribuidos por la provincia es esencial para asegurar la seguridad de los bañistas. La dificultad de cubrir un terreno muy amplio obliga a que los vigilantes tengan que estar muy atentos para actuar con la mayor rapidez posible ante los problemas que puedan surgir.
Víctor Palacio/Castellón Información
Cada verano las playas de la provincia se llenan de bañistas que buscan disfruta del buen tiempo y de la calidad de las costas castellonenses. La labor de velar para que no ocurran accidentes y que los ‘playistas’ puedan gozar de una buena jornada recae en los socorristas. Estos trabajadores silenciosos combaten las altas temperaturas para asegurarse de que no ocurren accidentes.
Las funciones de un socorrista en la playa varían mucho con respecto a sus semejantes que trabajan en piscinas o parques acuáticos. En la costa, es normal que su trabajo diario sea más de cura de heridas o picaduras, en vez de salvamentos por posibles ahogamientos. Pero, pese a ello, la preparación que llevan a cabo es muy minuciosa, ya que realizar un rescate en el mar es peligroso incluso para los profesionales que se dedican a esta tarea.
Para asegurar que no ocurre nada es muy importante la coordinación entre los socorristas que ocupan un mismo puesto. Normalmente, cada zona está cubierta por tres vigilantes que se turnan las tareas de ronda y vigilancia desde la torre. De este modo se intenta que toda el área esté bien cubierta. Además, el contacto entre los diferentes puntos de vigilancia es constante. Por medio de ‘walkie-takies’, los socorristas están en permanente contacto los unos con los otros y confirman que todo se va desarrollando con normalidad. El intercambio de impresiones sobre cómo va funcionando todo es crucial a la hora de actuar con rapidez en caso de que ocurra algún accidente.
La responsabilidad de salvaguardar la integridad de tantas personas obliga a que las pruebas para ser socorrista en la playa sean muy duras. En concreto, los aspirantes al título deben pasar dos exámenes. Uno de socorrismo terrestre y otro de socorrismo acuático. Ambos son exámenes diferentes pero totalmente imprescindibles para obtener el certificado y ejercer de socorrista. Dichas pruebas pueden pasarse en diferentes entidades, como por ejemplo mediante la Cruz Roja o la Asociación de Socorristas Profesionales.
Una vez pasado el primer filtro y obtenido el título de socorrista. Los aspirantes a trabajar en la playa deben realizar unas pruebas de carácter físico. Estos controles obligan al sujeto a realizar una preparación física muy intensa para poder superarlos con éxito. Las pruebas físicas están relacionadas sobre todo con la resistencia, tanto en el agua, nadando y aguantando un cierto tiempo dentro, como corriendo. Y, una vez realizadas, los futuros trabajadores deben realizar una entrevista y demostrar que son aptos para el puesto.
En los que respecta a este verano de 2016, las cosas han estado bastante tranquilas en la costa castellonense, exceptuando el pasado jueves donde murieron dos personas. Uno de los principales problemas que están teniendo lugar son las picaduras de los denominados ‘Peces Araña’. Estos peces tienen púas venenosas en las aletas laterales y en la aleta dorsal. Suelen esconderse debajo de la arena y muchos bañistas los pisan, lo que provoca que el animal inyecte un pequeño veneno muy molesto para la persona. Otro de los problemas en cuanto a picaduras que suele haber en verano es el referente a las medusas. Por el momento, la actividad de estos animales está siendo muy baja, aunque el cambio de temperatura comienza a atraerles a la costa y no es raro que durante estas fechas se formen bancos.
En cuanto a rescates, la semana pasada tuvo lugar un salvamento con éxito en la playa del Grao de Castellón. Cinco personas quedaron atrapadas al lado de los espigones y el cambio de oleaje no les permitía subir de nuevo a las rocas. Los socorristas actuaron con rapidez y fueron capaces de rescatar con éxito a todos los bañistas. En cambio, durante este verano también tuvo lugar la muerte de un bañista en Benicàssim por culpa de un infarto. Según comentan los socorristas, el proceso de rescate se llevó a la perfección, pero no se pudo hacer nada por la víctima.
Dependiendo de la playa, la actividad de los socorristas y la cantidad de rescates varía. Pero, pese a que las estadísticas en las costas castellonenses en cuanto a ahogamientos son bajas, estos vigilantes siempre tienen que estar atentos para evitar accidentes. Y, a día de hoy, son unas figuras imprescindibles para asegurar la seguridad de los bañistas.
Muertes por caro cardíaco
La parada cardíaca dentro del agua es una de las causas más frecuentes dentro de los accidentes que están teniendo lugar este año en las costas castellonenses. La mayoría de los fallecidos siguen el perfil de mayor de 65 años con problemas de corazón.
Hace cuatro días tuvo lugar el fallecimiento de dos personas en las costas castellonenses. Uno de ellos fue un hombre mayor que murió ahogado en la playa Heliópolis de Benicàssim. Ni los socorristas ni lo servicios médicos fueron capaces de reanimarlo. Además, ese mismo día falleció otra persona en la playa de Torreblanca, una parada cardiorespiratoria fue la causa de la muerte.

















































