Apostar por la línea C-6 del servicio de trenes de cercanías de Castellón es parecido a jugar a la ruleta
Castellón Información
El servicio de trenes de cercanías que unen las ciudades de Castellón de la Plana y Valencia está sufriendo una dramática pérdida de pasajeros. De hecho, se estima que en los últimos meses han sido más de 500.000 usuarios los que han dejado de apostar por esta opción de movilidad. ¿El resultado? Multitud de cancelaciones e incidentes que cada vez provocan más incertidumbre entre los viajeros.
Un problema especialmente grave para los madrugadores
Apostar por la línea C-6 del servicio de trenes de cercanías de Castellón es parecido a jugar a la ruleta. Una auténtica lotería si tenemos en cuenta los datos del pasado 28 de octubre. En concreto, el primer tren de la mañana, que debía partir de la ciudad castellonense a las 6:05 horas, fue cancelado. Por su parte, el de las 7:45 horas fue retrasado hasta las 8:10 horas. Algo parecido sucedió con el de las 9:20 horas, que tardó casi media hora en salir.
Esto es solo un ejemplo de lo que se ha convertido en tónica habitual dentro del servicio de trenes de cercanías entre Castellón y Valencia. Esto ha provocado que cada vez sean más los usuarios que apuesten por otras opciones de movilidad para lograr llegar a tiempo a sus centros de trabajo. Eso sí, por el camino han dejado un reguero de críticas y reclamaciones. Las plataformas Trens Dignes e Indignats amb Renfe son las que más están trabajando en este sentido.
Renfe se justifica
La compañía Renfe, responsable de este servicio de trenes de cercanías, justifica estas cancelaciones y retrasos aduciendo que hay problemas de disposición de materiales. Esto pudo comprobarse el pasado 25 de octubre, día en el que hasta 15 trenes se vieron afectados por un problema eléctrico entre las estaciones de Almenara y Moncofa.
Por su lado, las autoridades públicas achacan a las obras del Corredor el descenso en el número de usuarios. Y es que, mientras que en 2018 se superaron los 4,5 millones de usuarios solo en la línea C-6 de trenes de cercanías, la previsión para 2019 es que no se llegue siquiera a los 4 millones. Un descenso drástico que también supone pérdidas económicas para la ciudad y que tiene incidencia sobre la contaminación. Según diversas encuestas, el coche particular es la principal alternativa para estos usuarios, lo que también provoca un incremento de los atascos.
Otro dato que refleja a las claras este problema es que, atendiendo a informes oficiales de Castellón y Valencia, el trayecto entre ambas ciudades en tren de cercanías tiene una duración media de 20 minutos más que en 2004. De hecho, ese año ir de una ciudad a otra conllevaba un desplazamiento de 1 hora y 12 minutos. Actualmente, supera con creces la hora y media.
Solo la colaboración entre Renfe y los órganos administrativos de Valencia y Castellón pueden dar solución a este problema antes de que sea demasiado tarde. Y es que la pérdida de pasajeros puede dejar de hacer rentable este servicio, que antes era uno de los pilares estratégicos de comunicación entre ambas ciudades.
