La Semana Santa de Castellón se vuelca con la celebración del viernes Santo
El Viernes Santo es, sin duda, el momento más especial para la Semana Santa de Castellón. Las Cofradías de la Capital de la Plana han desfilado en la procesión del Santo Entierro. Un momento que une la tradición al fervor religioso en torno a los pasajes de la pasión y muerte de Jesús. Pero sobre todo, la capital de la Plana dedica su atención más especial al momento del sacrificio de la muerte del Dios hombre como homenaje a la vida, la resurrección y el perdón de los pecados. La procesión de esta tarde es la más bella y también la más sentida, y la figura del Cristo Yacente, una parte imprescindible para entender la tradición histórica de Castellón.
EV/Castellón Información
La Semana Santa de Castellón, como semana de índole religiosa, llega hoy a uno de sus momentos más bellos, pero también más importantes para concebir el espíritu de religión y tradición de la capital de la Plana.
Al contrario de otras ciudades, donde la Semana Santa se vuelca en el culto a la pasión y muerte de Jesús, la tradición de Castellón se centra especialmente en el pasaje del sacrificio, la muerte y la resurrección. La muerte como paso del Dios hombre, al Dios Resucitado. La tradición y la religión en el círculo de la vida, que renace, gracias al sacrificio.
Hoy, Viernes Santo es, sin duda, uno de los momentos culminantes de esta semana Santa. Y el capítulo más importante, la procesión del Santo Entierro, la única donde coinciden todas las Cofradías de la capital de la Plana.
El programa comenzó a las 18:30, con la Salida de las Cofradías de Castellón y sus pasos en dirección a la plaza Mayor: Paz y Caridad, Cristo de Medinaceli y Santa María Magdalena.
Mientras estas cofradías se dirigen a la Plaza mayor, a las 19 horas se ha realizado la bajada del Cristo Yacente en la capilla de la Sangre. Una de las tradiciones es el paso de los fieles por debajo del Cristo. Se trata de un momento especialmente importante.
Es a partir de las 19:30 horas, cuando confluyen todas las cofradías en la plaza Mayor, a la espera de la Cofradía de la Sangre, para la procesión del Santo Entierro, que se realiza en torno a las 20:30 horas.
Procesión del Santo Entierro
El orden del desfile viene señalado un poco por la antigüedad y la tradición de las diferentes Cofradías:
La Cofradía del Santísimo Cristo de Medinaceli (fundada en 1994), con la imagen del Cristo Prendido. Van ataviados de una vesta morada, cíngulo dorado, guantes negros, en señal de luto por la muerte de Jesús y escapulario igual que el Cristo. Las mujeres, llevan luto riguroso, con mantilla y escapulario. La Cofradía está ligada a la parroquia de la sagrada Familia, y por tanto, a una parte humilde pero muy tradicional de la ciudad: el Raval de San Felix, que en su momento se dedicó especialmente a la agricultura, y a la que se sumaron después, los barrios de la Guinea.
La Venerable Orden Tercera, relacionada con el sector oeste y sur de la ciudad.
Santa María Magdalena, ligada a la calle San Vicente, y la Germandat dels Cavallers de la Conquista (Fundada en 1990). Con el Estandarte, Cetros, Cruz "In Memoriam", el Prior o representante Parroquial del Clero, el paso, 30 cofrades, incluida la Sección Interna de Tambores y Bombos; 30 Camareras; 4 Pajes, 6 Cavallers, (escoltas del Paso), 7 Damas de la Germandat ("Na Violant" y "Dones de Companya" del año). Su imagen es la veneración de María Magdalena.
El hábito se caracteriza por una Vesta o sayal morado nazareno, con Fajín, que lleva el Escudo; Capirote, guantes negros en señal de luto, y Medalla. El morado del Fajín, el Capirote y los Puños es más claro. Las Camareras llevan traje negro con teja y mantilla española, guantes negros y Medalla. Los Pajes van igual que el de los Cofrades, pero con la cabeza cubierta. También existe una Capa especial, púrpura, para uso del Prior en las Procesiones de la Cofradía, que aprobó la Junta Rectora en Marzo de 1993.
Paz y Caridad. Por lo que se conoce (sus archivos se quemaron en 1960), se remontaría a 1910, pero adquiriría su estructura actual en 1977. Tiene a su cargo el paso de La Piedad (1987, de Pedro Gil Moreno -Vila-real), que representa a la Virgen al pie de la Cruz con Jesús en brazos.
Su uniforme consta de: Túnica blanca, capirote, botonadura y fajín rojo.
Esta cofradía ha tenido siempre un valor especial, porque la misión benefactora de los cofrades era la de prestar fraternal asistencia a los condenados a muerte, a los que confortaba y atendía mientras estaban en capilla, hasta acompañarlos hasta el suplicio. La última vez que así acompañaron a un reo fue en 1953, cuando fue condenado a pena de muerte el "Gallego".
Y cierra la procesión, La Muy Ilustre Cofradía de la Purísima Sangre de Castellón. Es la más antigua, según recogen los documentos, cuya creación se remonta a 1561. También es la más numerosa, en cuanto a cofrades, se refiere. Es la encargada de guardar y velar por las imágenes: Cristo Yacente del Siglo XVII, atribuida a Alonso Cano; Virgen de la Dolorosa, del año 1941, de Adsuara. Virgen de la Soledad, restaurada en 1939, de Porcar; Nuestra Señora del Amor Hermoso, del año 1940, de Porcar; Nuestro Señor en el Huerto, restaurado en 1940, de Porcar; y El Crucificado del año 1940.Autor: Adsuara.
Sus penitentes van vestidos de Negro, el traje y el capirote, el cinturón de tres colores, rojo, azul y morado, correspondiendo a Licenciados, Labradores e Industriales, respectivamente.
El paso más importante es el Cristo Yacente. Que solo una vez al año abandona su urna, para salir en procesión en Viernes Santo, junto al resto de las Cofradías.
La procesión recorrerá diferentes calles del centro de la ciudad: plaza de la Hierba, Colón, En medio, Gasset…
Aquí, la Cofradía de la Sangre sigue su camino hacia su capilla, junto a María Agustina, mientras el resto de las Cofradías vuelven a la plaza Mayor, donde se da por finalizada la procesión y los penitentes retornan con sus pasos a sus respectivas iglesias.
La Vela al Cristo Yacente
Hay muchas ciudades donde, el Viernes Santo cierra un ciclo y con él se impone una regla de silencio tradicional, que no se rompe hasta el domingo de resurrección.
El ciclo de la pasión y muerte se acaba. Dios ha fallecido, las imágenes se cubren y es el fervor de la gente el que mantiene vivo el espíritu de la Semana Santa a la espera de la resurrección.
La Semana Santa de Castellón presenta una estampa diferente. El Viernes Santo no es el final de un ciclo, sino el principio.
A las 11:30 de la noche, en la capilla de la Sangre, comenzarán los turnos de vela del Cristo Yacente, que se sucederán hasta el sábado por la noche. El Cristo se expone al rezo de los devotos que según la tradición, deberán rezar 33 credos.
En el atardecer del sábado, 4 de abril, a las 20 horas, se terminan los turnos de vela y se realizará el acto de subir al Cristo a su urna. Y a las 11:30 se realizará el traslado de la Virgen del Amor Hermoso, desde la Capilla de la Sangre a Santa María.
El domingo, 5 de abril, se contará el último episodio de esta semana Santa. Jesús resucita, y para conmemorarlo, a las 09:30 horas de la mañana se realiza lo que se denomina ‘el encuentro’ entre la Virgen del Amor Hermoso y Jesús Resucitado en la plaza Mayor. Al finalizar, ambas imágenes volverán a la Capilla de la Sangre de Castellón. El ciclo comienza de nuevo.
